A pocos días de asumir en el cargo, el nuevo fiscal regional, Alberto Ayala, comenzó a trazar sus primeras líneas de trabajo al mando del Ministerio Público, una de las cuales será la revisión de los casos de alta relevancia social que siguen sin resolver.
El abogado, nacido en Tocopilla y con amplia trayectoria en la institución, solicitó a los fiscales jefe un informe con los diez crímenes de mayor impacto que permanecen abiertos en la región, esto con el fin de revisar los procesos desarrollados y mantener un "control directo" que ayude a mejorar los resultados.
El propio Ayala comentó que la idea no es fiscalizar ni sancionar, sino contribuir al esclarecimiento de estos casos, en el entendido que se trata de investigaciones que tienen mucha incidencia en el clima de inseguridad que existe.
"Esto es importante para que la comunidad vea que estamos haciendo todo lo que podemos para esclarecer los hechos, más allá del resultado final. Acá hay un número de delitos que no es tan elevado, pero existe una sensación de impunidad que es mucho más fuerte de lo que yo pensaba", subrayó.
Plazos
El informe debe estar en escritorio de Alberto Ayala el próximo lunes y a partir de él pueden surgir varias acciones.
Ayala pidió conocer el nombre de los peritos policiales que trabajan en cada investigación y no descarta reunirse personalmente con tales investigadores para coordinar nuevas diligencias.
"No digo que no se haya hecho el trabajo, estoy diciendo que tenemos que buscar alguna mirada diferente, pero para eso primero debo conocer los casos", argumentó.
El nuevo fiscal regional apuntó que si bien la región tiene buenos indicadores de resolución de delitos, existen investigaciones complicadas y de alto interés público que no han llegado a buen puerto, asunto que transmite inseguridad a la ciudadanía.
Agregó que la revisión de estos casos emblemáticos no asegura que a futuro se vayan a resolver, pero sí es una señal potente en orden a que "estamos haciendo todo lo posible por resolver las investigaciones pendientes".
Acciones
El informe es sólo una de las acciones que está desarrollando el abogado en sus primeros días como fiscal regional.
Ayala además está definiendo la posible incorporación de profesionales a los cuatro cargos de confianza que le asigna la ley: jefe de la Unidad de Gestión Informática, jefe de Administración y Finanzas, jefe de la Unidad de Atención a Víctimas y Testigos, y jefe de Estudios.
Por otro lado, a partir de las conversaciones que sostenga con los propios fiscales, podría reorganizar algunas unidades investigativas.
Ayer, por ejemplo, tenía programada una entrevista con la fiscal jefe de Antofagasta, Ana María Escobar, precisamente para conocer falencias y delinear posibles acciones.
Dotación
Una de las grandes dificultades que deberá superar el fiscal en su nueva destinación, es la baja dotación de fiscales que posee la región.
Ayala ejerció hasta la semana pasada como fiscal regional metropolitano oriente, donde contaba con 77 persecutores, cifra que contrasta con los 23 que estarán bajo sus órdenes en Antofagasta.
El nuevo jefe regional del Ministerio Público reconoció en esto un escollo importante para alcanzar resultados, lo mismo que la falta de algunas brigadas policiales.
Lo bueno, manifestó, es que "está el compromiso para sacar el trabajo adelante".
Diferencias
En la Fiscalía Metropolitana Oriente, Alberto Ayala no sólo tenía más fiscales adjuntos, además trabajaba con un tipo de criminalidad distinta. En esa zona el delito predominante son los hurtos y en Antofagasta lo más recurrente son las lesiones. En la metropolitana también se daba alta preponderancia a los delitos económicos y en esta región los focos de atención criminal son los delitos violentos y la droga.
23 fiscales están bajo las órdenes de Ayala en la región, esto representa un tercio de lo que tenía en Santiago.
42.305 denuncias ingresaron
a las cuatro fiscalías de la región entre enero y septiembre de este año. 46%
de las causas que se denuncian en la región terminan archivadas y el 25% concluye en condena.