"Tenemos que construir" "Los niños son importantes" "Debemos convivir"
Maria Margarita Echeverri, investigadora colombiana especializada en migración, dijo que alrededor de la migración se están configurando muchas imágenes que estigmatizan al migrante colombiano que está llegando. "Hay lugares sociales donde podemos entrar de manera fuerte por ejemplo en los colegios. Hay que contarles a nuestros niños y niñas una historia distinta. Hay que comprender quienes son los migrantes y no movernos entre la imagen y el estigma, quizás sería importante construir una consciencia en la sociedad chilena. Hay que construir espacios para el diálogo". Para Echeverri el rol que tiene la autoridad es muy importante. "Me llamó mucho la atención lo que dijo la alcaldesa Karen Rojo. Hay que construir porque con esas palabras ella no daña a la comunidad de inmigrantes, daña a los propios antofagastinos", comentó la investigadora.
Clive Echagüe, sicólogo de la Unidad de Atención de Inmigrantes de la UCN, explicó que hay una buena parte de la población que tiene una valoración positiva sobre la llegada de personas inmigrantes. Sin embargo, hay otro sector que siente cierta animadversión a los extranjeros. "Hay procesos de interpretación que están siendo afectados por informaciones negativas y se configura un sujeto peligroso. Eso es bastante negativo", dijo. En ese sentido, Echagüe aseguró que es importante que los antofagastinos tomen consciencia de la historia de Antofagasta. "Hay que educar a los niños sobre este tema. Un primer paso es conocernos a nosotros mismos y saber nuestros orígenes. A partir de eso producir acciones para tener otras prácticas con aquellos que son distintos a mí".
Pablo Rojas, vocero mesa intercultural de Antofagasta, aseguró que entre los chilenos y colombianos existe una múltiple relación ya sean laborales, estudiantiles u otras. "Hay un discurso a nivel social discriminador, xenófobo y con ciertos tintes racistas. Ese es un discurso que han levantado ciertas autoridades locales, políticas y que se comienza a replicar en diferentes niveles como funcionarios del servicio público, las personas que caminan en la calle, en los foros de internet". Según Rojas, para solucionar esta relación hay que trabajar a diferentes niveles. Uno de ellos es hacer convivencia. "Por ejemplo es diferente lo que pasa en el discurso público-periodístico a lo que pasa en un grupo de personas que hacen aseo en un supermercado. El trabajo de integración no es un a corto plazo. Es muy difícil cambiar percepciones negativas que tienen las personas respecto de otras. Sin embargo, es fácil que se generen los prejuicios".
"Hay que sensibilizar sobre este tema"
Para Catalina Rojas, coordinadora del Servicio Jesuita Migrante, la relación que tienen los chilenos y los colombianos es bastante particular y marcada por la tensión social que ha generado este proceso de adaptación. "Esto les ha costado tanto a los chilenos como a los colombianos. Esto nos ha demandado muchos desafíos. Por ejemplo, talleres de sensibilización donde estamos dando a conocer a los chilenos sobre la realidad del fenómeno migratorio. Desmitificamos algunas cosas como por ejemplo el colapso de los hospitales por el tema de los extranjeros . También trabajamos con talleres de migración e interculturalidad y los niños". Rojas dijo que "hay que construir en pro de la comunidad, educando y trabajar en la diversidad. Eso nos corresponde a todos, hay que involucrarse en los procesos de manera positiva".