Chile país en movimiento
El movimiento telúrico del 16 de septiembre azotó gran parte de nuestro territorio, con una intensidad de 8,3 grados Richter, rememoró temores y nuevamente puso a prueba a la población y nuestros sistemas de alerta.
Reacción natural fue la comunicación con familiares y cercanos, lo cual, aumentó el recurrente flujo de llamadas de voz que saturó las redes. Sin embargo, en esta oportunidad se pudo constatar el aumento en el uso de mensajería de texto y datos por parte de la población para comunicarse, canales que funcionaron en forma estable.
A diferencia de lo sucedido el 27F, la disponibilidad de información rápida, confiable y oportuna desde las autoridades a la población evitó que en esta ocasión la tragedia tuviera mayores dimensiones en lo referente a pérdidas de vidas humanas.
El 2010 Chile contaba con un sistema de detección de tsunamis que solo recopilaba información desde boyas instaladas entre 350 y 400 km de la costa. Esto traía como consecuencia un margen de tiempo mucho menor para informar la alerta correspondiente.
Transcurrido cinco años podemos apreciar un nuevo contexto. Los actuales sistemas de detección cuentan con telemetría en mar abierto y son capaces de integrar información proveniente de estaciones sismológicas, georeferenciación de fosas oceánicas, y de modelos matemáticos analíticos que permiten interpretar los datos y simular las posibles zonas a ser afectadas por el tsunami en un lapso corto.
Además, en esta oportunidad este tipo de información fue accesible a autoridades y personal especializado, la que mediante su difusión por diversos medios y redes sociales, llegó a millones de personas en forma expedita.
Por otro lado, la autoridad política nuevamente acudió a los medios militares, actuando las Fuerzas Armadas en forma rápida y efectiva, siendo una vez más un pilar fundamental en la respuesta ante este tipo de escenarios. El despliegue de efectivos en la zona fue fundamental para el restablecimiento del orden y seguridad, lo cual reafirma la confianza de la población en estas instituciones.
Lo acaecido el 16 de septiembre no será, sin lugar a dudas, el ultimo evento telúrico de nuestro país este nos permitió evaluar y retroalimentar nuestro sistema de alerta de emergencias, sus protocolos operativos y la concientización de la población ante este tipo de incidentes, el rol de las Fuerzas Armadas y de Orden, la sociedad civil organizada y nuestras autoridades.
Francisco Sánchez
Centro de Estudios Estratégicos Academia de Guerra