Bryan Saavedra López
El año pasado 4.632 bolivianos solicitaron la regularización de su residencia en Antofagasta, mediante la obtención de alguna visa y/o autorización en la Gobernación Provincial. Al 30 de junio de este año, los altiplánicos llevan 2.133 solicitudes de este tipo, y sólo son superados por los colombianos con 2.534, quienes lideran el ranking de estos trámites.
En el Mercado Centro, los bolivianos trabajan entregando servicios: las plazas laborales que más ocupan. Una de ellas es Yaned Mercado (24), quien llegó a los 17 años, en 2008, cuando apenas 232 de sus compatriotas solicitaron residencia en la ciudad.
La joven es garzona en una cocinería donde conoció a Cristian Ahumada (30), un chileno operador de maquinaria pesada, con quien contrajo matrimonio hace dos años y son padres de Brian (2). Viven en un hogar antofagastino y se proyectan en la ciudad.
Hace siete años había salido de cuarto medio en Santa Cruz de la Sierra y no sabía muy bien qué hacer. Pero su madrina que vivía en Antofagasta le recomendó venir al norte de Chile a buscar trabajo.
¿Cómo fue conocer el mar? "Lo conocí a los 18 en Iquique, yo decía 'oh esto es el mar, que gigante'. No me imaginaba que lo iba a conocer", confensó.
Canción del mar
Mirian Prado (20) también llegó desde San Cruz de la Sierra hace un año por recomendación unos primos. Primero vivió con ellos hasta que se independizó.
Al principio fue difícil cambiar el clima tropical por el desierto. "Allá la juventud es más cerrada, más sana. Acá hay más desenfreno", comentó Marian mientras raya una pizarra del Mercado Centro, donde labora captando clientes.
En su trabajo conoció a Juan Ortega (40), su esposo chileno. Dice que no le importa la edad y han viajado juntos desde Iquique a Viña del Mar. "Ver el mar por primera vez es algo muy lindo, porque en Bolivia nos educan desde niños con la canción del mar, que vuelva el mar", manifestó la joven.
¿Cuál es la canción del mar? "Me acuerdo un poquito, era... Antofagasta tierra hermosa, Tocopilla, Mejillones junto al mar. Volverán, una cuestión así. En el colegio nos hacían cantarla", recordó Mirian.
Seguridad
Para José Carvalho (26), llegar a Antofagasta desde San Cruz de la Sierra significó una necesidad. "Me duele haberla dejado, pero tengo deudas que pagar", relata cortando unos tomates en una cocinería, donde trabaja hace 6 meses.
Hasta el momento se lleva bien con la ciudad, ya que aprecia su tranquilidad. Según él aquí es más seguro que allá.
En cuanto a la resolución de La Haya, el joven cree que "fue una tapada de boca, porque Chile estaba bien seguro. No hay que cantar victoria y esperar la resolución de la ley. Por eso es mejor quedarse calladito. Ahora hay que esperar qué pasa y para qué andar haciendo líos".
Por el momento no sabe si se quedará en Antofagasta. "Una de las cosas que me hará volver es mi hija, pero a veces hay que alejarse por cosas de la vida, porque hay que probar de todo", reflexionó .
Para Wilson Condori de 20 años, llegar a Antofagasta significó un paso importante, ya que antes estuvo metido en vicios desagradables y -por medio de una invitación de su tía Margarita- logró salir.
"Para qué volver atrás si ya pasó. Si me hubiese quedado en Bolivia seguiría siendo tractorista y acá me gusta. No es tan pesada la vida y hace menos calor que allá", relató.
4.632 bolivianos solicitaron la regularización de su residencia el año pasado. Este año ya van 2.133 solicitudes.
2008 los bolivianos apenas tramitaron 232 permisos de residencia, la cifra más baja de los últimos años.