Monseñor Lizama: "Chile es un país de encuentro y no de enfrentamientos"
TE DEUM. Autoridades y vecinos se sumaron a llamado de unidad en estos difíciles momentos.
Un llamado a estar unidos, dando señales que Chile es un país de "encuentro y no de enfrentamientos", hizo el arzobispo de Antofagasta, monseñor Pablo Lizama Riquelme, durante la celebración del Te Deum de Acción de Gracias celebrado ayer en la Catedral.
Al acto ecuménico asistieron las máximas autoridades de la región, representantes de diversos organismos y comunidad que hicieron suyas las palabras de monseñor, que oró en especial por aquellos que están pasando difíciles momentos a raíz del violento sismo que se dejó sentir en varias localidades del país.
El arzobispo destacó en su mensaje que es "Jesucristo quien nos congrega". Destacó que él fue profundamente marcado por la realidad cultural de su propio país "Jesús amaba a su patria". Por eso recalcó que tiene Jesús "autoridad para orar por la patria".
Asimismo agregó que los chilenos tienen el derecho de exigir a la Iglesia una forma de ser "transparente".
Misericordia
Monseñor Lizama remarcó que en la actualidad la invitación es a no juzgar, que Jesucristo el Maestro nos invita a la misericordia, "a ser misericordiosos".
Por lo tanto, expresó la autoridad eclesiástica, "debemos ser agradecidos. Cuidar a Chile en sus ciudadanos, en su profunda raíz de ser personas. Cuidar la familia con sueldos dignos y una vivienda digna es una urgencia.
Sus palabras finales fueron referidas a las instituciones. "Ellas deben ser reflejo de encuentro, velar por entregar el pan, tratar con respeto y alegría a todos y todas, Chile es un país de encuentro y no de enfrentamiento. Es el escuchar de modo inclusivo como familia más que sociedad. Las personas que forman las instituciones más significativas de la república deben contar con nuestro respeto y leal crítica en situaciones más complejas".
Como gran signo se instaló una mesa frente al altar, para testimoniar la inclusión a la que nos invita el mensaje de Jesucristo.
La mesa fue llevada por un grupo de trabajadores, dos familias antofagastinas la cubrieron con un mantel y flores, en tanto, autoridades de la zona llevaron hasta ella el altar de la Sagrada Familia.
El intendente Valentín Volta valoró el mensaje de monseñor, que llamó a la unidad.
"El llamado es que reconozcamos que somos pecadores, y que cometemos errores, por lo tanto, el juzgamiento tan rápido, no es conveniente, menos en los momentos por los que estamos pasando como país", precisó la autoridad.