Normalistas
El recién pasado 26 de agosto se celebró en Chile el Día del Profesor Normalista, profesor aquel en que la mística y pasión por educar y enseñar en pos del progreso del país son su aura que lo distingue y sus características más sobresalientes. Y este año, esa fecha fue especial para los maestros normalistas de nuestra ciudad, ya que la Escuela Normal de Antofagasta cumplió setenta años.
El inicio de las escuelas normales en Chile se remonta a 1842, cuando el 18 de enero de ese año el presidente Manuel Bulnes firma el decreto que crea la institución que formará a los profesionales de la educación: la Escuela Normal de Preceptores de Santiago -la primera de Hispanoamérica-, que inicia sus funciones el 14 de junio de ese año. Su primer director fue el escritor y político argentino Domingo Faustino Sarmiento. Posteriormente irían naciendo más escuelas normales en otras ciudades del país hasta que, en 1973, la dictadura militar dispone el cierre de todas ellas.
Por su parte, la Escuela Normal de Antofagasta inicia su labor en 1945 en el actual edifico de Av. Argentina con calle Gral. José Velásquez, el cual ocupa una cuadra completa, siendo en su momento la escuela normal con el edificio más moderno de Sudamérica debido al diseño y concepción arquitectónica de éste. Su primer director fue Alejandro Covarrubias.
Los programas de estudio de las escuelas normales consideraban gramática, aritmética, geometría, historia, física, química, música vocal e instrumental, manualidades, gimnasia, nociones de agricultura y/o pesca, vacunación y pedagogía técnica y práctica.
Uno de los legados de las Escuelas Normales de Chile, además de la excelencia académica-pedagógica con la que, ya como profesores, egresaban sus alumnos, es haber sido el origen de las Orquestas Sinfónicas Juveniles del país.
Como profesor e hijo de un profesor normalista manifiesto mi afectuoso saludo a todos ellos, en especial a los de la gloriosa Escuela Normal de Antofagasta, por su septuagésimo aniversario.