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Sabella y su "Norte Grande"

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Los narradores de la generación de 1938 están respaldados por un fuerte sentido social. De entre ellos, me detengo en el polifacético Andrés Sabella y su "Norte Grande".

Sabella nació en Antofagasta, en 1912. Estudió en su ciudad, luego en la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Vivió muchos años en la calle Nueva de Matte del barrio Independencia. Desde allí avanzaba por calle Bandera en busca de las redacciones de los diarios y las peñas literarias de hace 50 años: la fuente de soda "Iris" y la librería Nascimento de calle Ahumada.

Pese a críticas y detractores, Sabella avanzaba en gloria y majestad. Bajo su aparente despreocupación de "maestro Ciruela" como él se denominaba, había en Sabella un lector acucioso, un erudito, siempre en plan de apretadas citas y un bohemio más bien contemplativo y glosador de la bohemia.

En "Norte Grande" la pampa es brillante y asoleada y sus hombres, disminuidos en su inmensidad. Prima en esta novela el lenguaje barroco de Sabella y su fidelidad al pueblo en sí, al trabajador salitrero, al hombre sin más defensa que la fortaleza de su cuerpo. Los hombres que laboran en la pampa, en su mayoría sureños, no subsisten en sus faenas, sea porque mueren o porque les dejan inválidos o cesantes.

El historial de las masacres nortinas, ordenadas desde Santiago, contra el obrero más disciplinado y legalista de Iberoamérica, se hace presente en "Norte Grande". Sabella todo lo muestra con precisiones bien asentadas en una severa bibliografía, con datos que a muchos eruditos se les pueden haber escapado. Y es que, tras la apariencia de Sabella, como de buen abad de una cómoda abadía, actuaba un observador severo, de línea política muy definida, imposible de encasillar en disposiciones partidarias.

Cuando apareció esta novela, en 1944, estaban en su apogeo las tendencias criollistas apegadas a nuestros campos. Hoy se impone "Norte Grande" con su artificio trágico y su rutilante pedrería. Todo lo que hace meditar en la paradoja de que un poeta de vasta obra, trasciende por su única novela.

"Bboy" antofagastino se medirá ante los mejores exponentes

baile. Actual campeón chileno de break dance ahora va por la corona latinoamericana.
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Jorge Jeraldo no necesita de las comodidades de una sala ensayo ni el auspicio de grandes empresas para dejar en claro que lo suyo es talento puro, perseverancia y pasión por lo que hace.

Con 27 años y luego de una alucinante jornada de batallas uno a uno entre los mejores exponentes del break dance chileno, Bboy Jorgito (Grupo Fuck Rock Crew - Antofagasta) se coronó como el ganador del Red Bull BC One Cypher Chile 2015, reconocido como una de las competencias de break dance más importantes en el mundo.

Un camino que el Bboying (como se conoce a quienes bailan break dance) comenzó a forjarse en la tranquilidad de su querida María Elena a la edad de 12 años junto a un grupo de amigos, que a través de videos comenzaron a sacar sus primeros giros y pasos en las polvorientas calles de la comuna salitrera.

Jorge vive en Antofagasta desde 2008. Todos los días se reúne junto a un grupo de bboying a ensayar afuera de un supermercado en el sector norte de la ciudad a falta de un espacio o sala para desarrollar su disciplina. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para lograr posicionarse como el mejor bailarín de break dance chileno.

"El break dance se aprende en la calle. Nosotros ensayamos todos los días en la calle porque no tenemos una sede ni un espacio donde bailar. Para poder practicar nos conseguimos luz con algunos de los locatarios que se colocan afuera de un supermercado en el sector norte. Llevamos siete años bailando en el mismo lugar", enfatizó el bboy antofagastino.

Para lograr llegar a la gran final nacional Bboy Jorgito participó en una de las tres clasificatorias que se realizaron en Concepción, Santiago y La Serena, donde participaron más de 350 breakdancers que arrojaron los 16 finalistas para la fecha nacional, donde terminó proclamándose campeón, pasando automáticamente a representar a nuestro país en la Final Regional que se realizará en Lima, Perú en octubre próximo.

¿Cómo fue tu preparación para esta competencia?

-Para cada batalla hay que preparar una rutina o combo como lo llamamos nosotros. En mi caso me gusta incorporar varios estilos en mis presentaciones. Siempre trato sorprender al público y al jurado con algún giro, fluyendo de forma limpia en la pista.

¿Qué evalúan los jueces a la hora de una batalla?

-En las competencias se evalúan el Toprocks (baile de pie. Simplemente hay que seguir el ritmo de la música), Footworks (son los pases de baile que se hacen en el suelo con las manos y pies), Powermoves (son los movimientos más difíciles, giros) y Freezes (son los movimientos en los que el bboy se "congela" durante un momento al ritmo de la música.

¿Cuál de estos movimientos son tu fuerte en las batallas?

-Yo me manejo en los cuatro estilos. Creo que por eso gané el campeonato. Me preocupé que mi rutina no se viera monótona, por ejemplo sacando de un movimiento básico un mortal con giro, siempre apostando a la sorpresa.

¿Cuánto tiempo te lleva armar un combo?

-En la actualidad la mayoría de los bboy busca la originalidad. Obviamente todos los trucos y pasos se conocen. La idea es imprimirle tu estilo personal a cada movimiento. Para eso necesitas al menos de un mes para armar una rutina original.

¿Con qué expectativas vas a representar a Chile en Perú?

solo hecho de representar a tu país en el extranjero quiere decir que estás en un muy buen nivel. Sé que puedo dar la pelea en Lima.