Secciones

"Los 4 Fantásticos"

E-mail Compartir

Precedida de las peores críticas internacionales de los últimos años, alargada y llena de expectativas que no cuajan en la pantalla grande, este aletargado producto de Hollywood demuestra, al menos, dos cosas importantes: a) que no todos los esfuerzos hechos por la industria son capaces de levantar un filme y b) que hace rato se evidencia que el estruje del universo de los superhéroes está gastándose de manera acelerada y los espectadores están cansándose de tanta parafernalia y efectos especiales.

Ésta es una película ideada por Josh Trank, aunque dicen que todo lo hicieron los productores (si nos atenemos a lo que dicen los expertos) titulada 'Los 4 Fantásticos' (2015), que toma superhéroes, casi todos provenientes de algún cómic, una veta que parece seguir dándole dinero a Hollywood, pero no prestigio a la luz de este fallido intento.

Antes de este descalabro, Josh Trank realizó un filme malogrado también: trataba sobre jóvenes que -por razones increíbles- adquirían poderes y ese trabajo se llamó 'Poder sin límites' (2012), que partía como un falso documental.

Una vez más, el director Trank vuelve a fallar y lo hace en grande. Ahora ha destruido las esperanzas que podían tenerse con el relato de estos cuatro jóvenes que adquieren poderes especiales luego de una serie de razones poco creíbles incluso dentro de este guión que desde el comienzo comienza pobre. Esos jóvenes, que serán luego los Cuatro Fantásticos, son los protagonistas de este aburrido traspaso de sus aventuras a la pantalla grande, sin lograr lo que debe ser la médula en este tipo de películas: emoción y entretenimiento.

Por supuesto que el único que se escapa de todo este bochorno es el quinto fantástico, Víctor: es el más rebelde, es un poco turbio, no le gustan las reglas y desobedece a todos. Simple, es el que se convierte en el malvado de turno y es el único que tiene alguna buena razón: destruir a todos. Se convertirá en el doctor Doom y capaz que protagonice en breve tiempo la secuela. Esperemos que no.

Es curioso que este filme tiene dos antecedentes previos: dos películas anteriores de 2005 y 2007 que, cosa curiosa, también tienen poca sustancia como para convencernos de que los famosos cuatro fantásticos son superhéroes dignos de codearse con los de las ligas mayores.

Y lo que más molesta -o les duele a los fanáticos del cómic- es que en el caso de 'Los 4 Fantásticos' nada parece funcionar bien desde el comienzo, los protagonistas son niños de cara ingenua que no logran jamás convencernos de que se transforman en los jóvenes que, era que no, están puestos allí para salvar al mundo. No convencen tampoco con que son prácticamente genios de la ciencia capaces de construir una máquina tele transportadora que ni el gobierno había detectado.

Y cuando llega el momento de la gran novedad -casi cuando la película está más allá de la mitad, luego de una larga e inútil introducción- el espectador que algo de inteligencia tiene, se ha aburrido y no se sorprende de que estos jóvenes con cara de niño son los creadores de una máquina tan poderosa y que el destino les tiene una mala jugada: serán la mujer invisible, un joven que lanza llamas, un chico que es capaz de estirarse y otro (el peor en estética) se convierte en una monumental roca.

La gran novedad del guión es que el ejército de Estados Unidos los quiere como instrumentos de guerra (¿les suena a conocido?) y viene el esquema típico de jóvenes tratando de escapar de las malas artes de un grupo de políticos y militares que desean apoderarse de sus conocimientos y por supuesto de la máquina tele transportadora.

De este modo, y muy para nuestro pesar, una vez más la maquinaria hollywoodense aplasta una idea que, en otras manos, pudo haber sido al menos un filme entretenido y energético.

'Los 4 Fantásticos' pierde gran cantidad de metraje contándole al espectador acerca de los antecedentes sobre los futuros héroes y como el villano aparece casi al final, ya no hay sorpresa, ni tensión, ni nada, todo se desbarata y cae en lo repetitivo. Y todo eso se agrava cuando el antagónico no tiene la suficiente pasta para ser el malvado que uno espera para ser combatido nada menos que por cuatro superhéroes de turno.

Y todo falla de verdad: mala la elección de actores, inexpresivos y mal dirigidos; mala la manera en que se plantean los acontecimientos, poco original el planteamiento y con una narración cansadora, perezosa a más no poder que termina abruptamente y en donde ni siquiera los famosos efectos especiales son capaces de levantar en algo el conjunto porque no son para nada tan destacados en relación a lo que ya se ha visto en las decenas de adaptaciones provenientes del universo Marvel.

En suma: una película mala que revela algo incuestionable, el desgaste paulatino de los resortes de la industria de Hollywood que, en su afán por hacer dólares, no duda un instante en inflar de manera artificial a personajes y situaciones que, en verdad, nunca fueron tan importantes.