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Momentos insignificantes

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La vida está llena de instantes pequeños, aparentemente insignificantes. Momentos minúsculos, que pareciera que no valen nada. Son como soplos de tiempo que creemos tan intrascendentes que por lo mismo son desestimados y mirados incluso con indiferencia y desdén.

Subir las escaleras, lavar la loza, caminar por la calle, esperar la luz verde del semáforo, pelar una manzana, abrocharse los cordones, lavarse las manos, hacer una fila, poner la mesa, subirse al ascensor, abrir la puerta de la casa… Todos ellos, entre miles de otros, son momentos a los que les damos muy poca importancia. Claro, al lado de los grandes acontecimientos de la vida, los momentos insignificantes constituyen la parte no contada de la historia y por lo mismo pareciera como que no existieran.

Error.

No sólo existen. Sino que, después de todo, no son tan insignificantes como pensamos. Porque veámoslo de este modo: en términos de cantidad, los momentos insignificantes son muchísimos más que los sucesos rimbombantes de nuestra vida, por lo tanto, acumulados en la historia particular de cada uno, lo insignificante adquiere cierta trascendencia que se puede aprender valorar sólo con la perspectiva que da el paso del tiempo.

Suele suceder, que tendemos a subestimar los momentos insignificantes… a tal punto que cuando aparecen, ponemos la vida en pausa y los usamos sólo como la sala de espera de los eventos más importantes, como si nuestra existencia sólo estuviera hecha de lo grandioso. Sin embargo, la manera cómo vivamos esos momentos insignificantes va a determinar cómo experimentamos finalmente nuestra vida. Si tales instantes los vivimos en la inconciencia, por ejemplo, negando el momento insignificante con la mala costumbre de anticiparnos a un futuro que aún no llega, la consecuencia es que nos mantendremos inconscientes la mayor parte de nuestra vida, añorando lo que está por venir y dejando de estar en el único espacio que tenemos para existir: el presente.

Y entonces, llegamos al verdadero regalo que nos ofrecen los momentos insignificantes: si éstos son correctamente apreciados se pueden convertir en un portal del porte de un coliseo para aprender a estar en el aquí y ahora. Es más, gracias a su frugalidad, simpleza y sencillez, constituyen una oportunidad única para ejercitar nuestra capacidad de estar realmente presentes en el presente… que al final del día, es la única receta para vivir la vida a concho y para -de manera sorprendente- transformar lo insignificante… en grandioso.

San Pedro de Atacama dividido por color de su centenaria iglesia

Patrimonio. Si bien una cuarta consulta concluyó que quedaría tono 'tierra' y no blanca, en el poblado esperan una decisión definitiva.
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El color que tendrá la iglesia de San Pedro de Atacama aún no está definido, ya que entre la comunidad persisten pugnas sobre si debiera quedar de tonalidad tierra o volver al blanco que la caracterizó los últimos años.

Por esta razón, tanto en la parroquia como en la comunidad en general esperan que se repita una consulta ciudadana si así lo estiman los sampedrinos, pero una vez que se entregue la iglesia, manifestando que debería ser realizada por el Gobierno Regional y no por la Fundación Altiplano que lleva a cabo la restauración.

Consulta

El párroco de la Iglesia, Gilberto Cardona, expresó que no es de vital importancia aquel detalle del color. "Se ha generado mucha polémica al respecto, pero mi humilde opinión es que del color que la pinten no es primordial, porque las labores eclesiásticas se continuarán realizando y lo importante es que la comunidad esté satisfecha. Sin embargo, por ahora me quedaría con la última votación de color tierra, pero si luego la comunidad quiere hacer una nueva consulta ciudadana, que lo realice; pero sería mejor que esto sucediera después que la iglesia fuera entregada".

El concejal de la comuna de San Pedro de Atacama y miembro del consejo parroquial, Rubén Reyes, comentó que "nosotros tenemos la postura de que la Fundación entregue la iglesia tal como está y tal como se decidió en la última consulta, para que luego de que sea entregada a la comunidad, pueda ser el Gobierno Regional el que realice la consulta ciudadana definitiva".

Agregó que "ésta es la postura que tenemos algunos, porque otros quieren que se pinte blanca y otros que quede tal cual está, por esta razón sería bueno hacer una nueva consulta que deje de manifiesto el deseo de las personas".

En este ambicioso proceso de restauración, se realizaron cuatro consultas sobre de qué color se dejaba la iglesia según precisó Reyes.

"Las primeras tres veces la votación arrojó pintarla blanca, sin embargo, con la cuarta consulta se escogió el color tierra y no se volvió a preguntar nuevamente, quedando de manera definitiva esa decisión", añadió.

El director de la Fundación Altiplano, Cristian Heinsen, expresó que "algunos grupos aislados realizaron consultas previas, pero que no involucró a toda la comunidad, porque el 60% de los votantes que participaron de la consulta oficial con sistema de vocales de mesa, decidieron dejarla color tierra como en sus orígenes".

Explicó que "este proceso se llevó a través de la conformación oficial de una asamblea donde se firmó un acta y se regularizó de manera transparente. Por lo tanto, fue aquella la que se tomó como definitiva y la misma alcaldesa Sandra Berna ratificó el hecho, pero en realidad si luego de que nosotros nos vamos ellos quieren pintarla, será su decisión y es posible hacerlo, porque el pintado es un proceso reversible".

Inauguración

Según el padre Gilberto, aún no existe una fecha exacta de inauguración de la iglesia, ya que recién fue informado que en la primera semana de septiembre se entregarán las obras, las cuales debieron estar terminadas el 9 de junio.

Según argumentó Heinsen, esto ocurrió por el aumento de presupuesto que se invirtió en mejorar los murales que se encontraron y el órgano, lo que tomó más tiempo.

"Como la Fundación ha informado que en septiembre finalizará los trabajos, pero aún no se ha definido con la alcaldesa el día a inaugurar. Una vez que el Gobierno Regional recepcione la obra, es posible fijar un día para ello y sería posible aprovechar el Tedeum que se realiza por las Fiestas Patrias y poder invitar a todos los actores relevantes", dijo el padre Gilberto Cardona.