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Simone de Beauvoir, el andamiaje de su intelecto

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Recientemente en nuestro país se ha proyectado la película Violette, que funciona no sólo como retrato de Violette Le Duc, escritora francesa contemporánea de Jean Genet, Jean-Paul Sartre y Jean Cocteau, sino de Simone de Beauvoir, de quien fuera su protegida.

En la película aparece Simone con su carrera consolidada, tras el éxito mundial de su famoso ensayo El segundo sexo, publicado el año 49 por Gallimard y alentando a Violette a narrar las experiencias íntimas de las mujeres a través de la literatura, para sumar argumentos a la lucha del género y propiciar cambios. La cinta muestra aspectos icónicos de la autora que llevan a preguntarse cómo fue que llegó a convertirse en aquella intelectual de peso y en sujeto histórico relevante para su tiempo y el nuestro.

Si bien Simone de Beauvoir destacó por sus ensayos y novelas, publicó mucha información sobre sí misma a través de testimonios y memorias, cuyo contenido consideró relevante legar, pues ilustraba procesos internos de la conformación del individuo.

En este sentido, Memorias de una joven formal, publicada en 1958, es un texto clave para conocer cómo fue construyéndose, estructurándose y desestructurándose esta mujer que consagró su niñez y juventud a la cimentación de una ideología personal. Es posible compartir con la autora la sensación de angustia de las etapas de transformación e incertidumbre que la llevaron a conformar lo que en sus primeros años de estudio en la Sorbonne llamó filosofía de la desesperación.

Ya muy lejos de sus prácticas piadosas de la niñez, de los sentimientos nacionalistas de una Francia afectada por la primera guerra, de su mojigatería adolescente, su relato nos lleva hasta la etapa en la que abandona su soledad y encuentra a sus camaradas de letras.

Reconocida como sujeto íntegro y libre, admirada por sus iguales, liberada de la precariedad de su juventud y ya independizada de su familia, empieza a descubrir los placeres que le tenía reservado no sólo París, sino el mundo, a través de sus logros. Haciendo el ejercicio permanente de liberarse de los convencionalismos de su época y de convertirse en un ser único, desarrolla una obra que le permite demostrar que "no se nace mujer", pues serlo consiste en una conformación cultural naturalizada.

María Constanza Castro M.

Académica Escuela

de Periodismo UCN

Máster en Literatura.

Gran Tattoo de Bandas Militares se lució entonando el Himno de Antofagasta

Tradición. Orquestas deleitaron a la ciudadanía con un innovador espectáculo musical.
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Ante un Estadio Regional "Calvo y Bascuñán" completamente iluminado y al son de la marcha militar "Adiós al 7° de Línea", una a una comenzaron a hacer ingreso al gramado las bandas del Ejército de Chile, de la Escuela Naval Arturo Prat, de Guarnición de la I División de Ejército, Sinfónica de la Fuerza Aérea de Chile y el Orfeón de Carabineros, dando el vamos al "Gran Tattoo de Bandas Militares 2015" que por primera vez se realizó en Antofagasta.

Las bandas participantes bajo, la dirección de Fabrizio Denegri, comenzaron el espectáculo interpretando de forma impecable el Himno Nacional de Chile, junto a los coro de la Universidad de Antofagasta, Universidad Católica del Norte y Jadran.

El programa continuó con la presentación individual de las bandas militares, siendo la I División de Ejército los primeros en deleitar al público presente con un espectáculo que contó con la participación de músicos provenientes de las bandas de las ciudades de Copiapó, Calama y Antofagasta, quienes en esta oportunidad usaron uniformes de la Guerra del Pacífico para recordar las victoriosas batallas obtenidas por el Ejército de Chile en esa época.

A continuación fue el turno de la Banda de Conciertos del Ejército de Chile, conjunto musical que fue organizado en forma eventual en el año 1962.

La agrupación interpretó el himno institucional junto al coro, dirigido por el mayor de Ejército, Sandro Yáñez Álvarez.

Acto seguido, el espectáculo fue animado por la banda de la Armada de Chile, formada entre los años 1910 y 1912, con la denominación de Banda del Grupo Defensa de Costa en "Playa Ancha".

En tercer lugar en pisar el gramado del Estadio Regional fue la banda de la Fuerza Aérea de Chile, creada bajo el mando del general del Aire, Diego Aracena Aguilar, el 16 de junio de 1934.

Cerrando las presentaciones individuales con la actuación del Orfeón Nacional de Carabineros de Chile.

regalo

Para el acto de despedida de este Gran Tattoo de Bandas Militares, las agrupaciones participantes obsequiaron al público la interpretación del el Himno de Antofagasta, compuesto por el Doctor Antonio Rendic, instancia que fue el broche de oro de este espectáculo nunca antes visto en nuestra ciudad.

La actividad enmarcada y organizada por las Jornadas Musicales del Norte congregó a más de más de 150 músicos en escena quienes sorprendieron a la comunidad con variadas interpretaciones y dinámicas coreografías, ante unas 6 mil personas que se ubicaron en la Tribuna Pacífico del Estadio Regional "Calvo y Bascuñán".