Secciones

30 kilómetros de colectores evitarían las inundaciones

necesidad. Estudio elaborado en

E-mail Compartir

Los grandes anegamientos que sufre Antofagasta cada vez que es afectada por un frente de mal tiempo tienen una explicación muy simple: la ciudad carece de un sistema de captación y canalización de aguas lluvia.

De esta manera, precipitaciones como las registradas el fin de semana, o las del pasado 25 de marzo, escurren sin control siguiendo su camino natural hacia el mar, provocando anegamientos en la costanera y daños en las viviendas e infraestructura que encuentra a su paso.

El tema fue estudiado por el Ministerio de Obras Públicas el año 2003 y de esa inquietud incluso surgió un diseño de prefactibilidad para un Plan Maestro de Aguas Lluvia, sin embargo, después poco se avanzó en la efectiva materialización de las inversiones.

Eso, hasta este año, que el MOP nuevamente incluyó el tema entre sus preocupaciones y consiguió financiamiento para el diseño de un sistema capte y conduzca los flujos de manera que lleguen al mar sin provocar mayores problemas.

Se trata de un proyecto de gran envergadura, tal como adelanta el estudio de prefactibilidad hecho el año 2003.

Allí, la empresa AC Ingenieros Consultores Ltda. identificaba 17 áreas de riesgo de inundación por aguas lluvia, las cuales requerían la construcción de una red primaria de 30 kms. de longitud.

La inversión necesaria para concretar este proyecto ascendía, en esa época a $48.281 millones, sin embargo hoy, los mismos trabajos, tienen un costo mínimo de $80 mil millones.

CANALES

El estudio de la consultora indicaba que la forma más segura de conducir de manera controlada los caudales era mediante la construcción de conductos, abiertos o cerrados, que crucen en sentido oriente-poniente el casco urbano de la ciudad.

La idea, en fondo, era bastante más ambiciosa que la simple habilitación de los ductos, pues se planteaba que la construcción del sistema debía ir asociada a obras de mitigación aluvial en cada una de las quebradas de la ciudad.

Así, el agua que escurriera desde tal infraestructura (concebida para detener material sólido) sería captada por los colectores de aguas lluvia y conducida sin riesgo al mar.

PRIORIDAD

El seremi de Obras Públicas, César Benítez, explicó que tras más de una década de olvido, el ministerio, "con una mirada preventiva", se propuso avanzar nuevamente en el tema.

Según informó Benítez, el diseño de este sistema de aguas lluvia fue incluido en el convenio de programación para la construcción de nuevas piscinas aluviales en seis quebradas de Antofagasta.

Gracias a esto, el MOP debiera contar durante el próximo año con los diseños necesarios para iniciar las obras.

"Sabemos que será un proyecto costoso y que tendrá que desarrollarse en etapas, pero a estas alturas y con todo lo que ha ocurrido, ya no cabe duda que es necesario", apuntó.

El convenio de programación del ministerio también considera planes de aguas lluvia para Tocopilla, Mejillones, Taltal y Calama.

El estudio realizado en 2003 por la empresa consultora indicaba que la velocidad que alcanzaba el agua en su descenso a la costa representaba un peligro, sobre todo si arrastraba material desde las quebradas. Por eso, la firma descartaba de plano que las mismas calles pudieran actuar como vías seguras para el tránsito de las corrientes. En el detalle, se proponía construir los colectores La Chimba, La Roca, Club Hípico, Bonilla, Farellones, Salar del Carmen, La Cadena, El Ancla, Riquelme, Baquedano, Uribe, El Toro, El Caliche, La Negra, Universidad de Antofagasta, Jardín del Sur, Huáscar y Roca Roja.