"Es un gran orgullo ser profesora y servir con alegría a los estudiantes"
Entusiasta, cariñosa y preocupada de sus alumnos y su gente, está empeñada en continuar con el legado de grandes maestros. Quiere que los estudiantes tengan una formación integral, que brillen y que tengan más y mejores oportunidades.
Ana María Pinto, directora del Liceo B-13 "Domingo Herrera Rivera", se siente feliz de conducir los destinos de ese prestigioso establecimiento. Esta madre de tres hijos, hoy profesionales, quiere compartir su experiencia educativa.
¿Los valores familiares marcaron su camino?
-Soy calameña y tengo lindos recuerdos de mi infancia. Somos una familia numerosa, mi padre era contratista. Somos siete hermanos y de esos seis mujeres.
Las mujeres de la familia recibimos un gran impulso de parte de nuestros padres. Mi mamá es una mujer súper luchadora y mi padre, fue un hombre instruido que nos inculcó el sentido del estudio y de querer ser mejores.
¿Ser profesora entonces era la opción perfecta, su pasión?
-Efectivamente estudié Pedagogía en la Universidad del Norte y mi primer desafío fue trabajar con niños de educación básica. Estuve en Calama haciendo clases en institutos, luego me trasladé a Antofagasta. Soy profesora de Historia y Geografía y orientadora.
¿En ese camino llegó la posibilidad de dirigir un prestigioso establecimiento?
-Desde agosto de 2014 asumí la dirección del Liceo B-13. Me siento orgullosa de dirigir este establecimiento que tiene vasta trayectoria.
Es un enorme desafío hacerme cargo del colegio. Quiero poner mi experiencia al servicio de los estudiantes. Es un desafío entregar a la comunidad de Antofagasta, a estudiantes que sean comprometidos con todos los valores que entrega el proyecto educativo.
¿La ciudad es privilegiada al contar con esta importante alternativa educacional?
-Antofagasta se ha visto beneficiada con una serie de exalumnos que hoy son grandes profesionales y brillan en todas las áreas. Eso implica que tienen un compromiso importante con el establecimiento.
Muchos de ellos tienen a sus hijos e incluso a sus nietos estudiando en este establecimiento. Estamos hablando de generaciones, de familias antofagastinas que han tenido la confianza en depositar lo más preciado (los hijos) para que sean formados acá.
¿En qué pie se encuentra el proyecto educativo?
-Tenemos una matrícula de mil alumnos, desde séptimo a cuarto año medio. Por lo tanto, tenemos que satisfacer sus necesidades. El cuerpo de profesores está integrado por 67 profesionales y los asistentes en la educación son 37. Todo el equipo está comprometido en sacar el colegio adelante. Nosotros pertenecemos a la Red de Escuelas Líderes, que a nivel nacional llegan a cien.
El objetivo es salir de la pobreza y nosotros nos presentamos con un proyecto que es único en Antofagasta, que es la casa de resiliencia, que recibe a los estudiantes que tienen problemas de tipo social.
Tenemos excelencia académica y somos el único establecimiento que nunca la ha perdido. Eso se ha mantenido en el tiempo y es porque existe un compromiso importante entre los docentes, en cuanto a la calidad de la educación.
¿La inclusión es un punto importante para el liceo?
-Somos un colegio inclusivo. Esto nos convoca a que los demás estudiantes no tomen el tema de la inclusión como algo sin importancia. Contamos con monitoras en lenguaje de señas. Nos interesa que la inclusión no sea solamente un eslogan, sino que sea algo vivo, que el estudiante lo sienta.