¿Qué vamos a hacer cuando el mar suba un metro?, se pregunta Jorge Melnick Israel en 'Infierno o paraíso', un libro de 350 páginas escrito junto a Sergio, su conocido hermano, ingeniero comercial.
Jorge es físico y astrónomo senior de la Organización Europea para la Investigación Astronómica -ESO- y coincide con un juicio tan categórico que asusta: la civilización que conocemos está en riesgo de desaparecer.
Es curioso y casi una paradoja. Desde 1800 la población se ha sextuplicado, la expectativa de vida se ha duplicado y el ingreso real se ha multiplicado por nueve. ¿Qué pasa entonces?
Precisamente el siglo XIX marca el inicio de la era industrial y la explosiva emisión de CO2 -dióxido de carbono- a la atmósfera. Desde entonces, el hombre, o sus acciones, se han encargado de generar fenómenos peligrosos: el calentamiento global y el cambio climático.
Para Melnick, no hay dudas. El futuro de la humanidad, tal como la conocemos, se está jugando ahora.
EL CLIMA
Hay dos apropiaciones que usted tiene respecto de estos riesgos. Los asteroides y el clima, por causas naturales o causadas por el hombre…
-Ahí aparece la historia del clima.
Si nos enfocamos en eso, ¿cuáles son los episodios más relevantes?
-A largo plazo, los episodios más relevantes son las eras del hielo, los periodos glaciales. La tierra estuvo cubierta de hielo, en el Hemisferio Norte, más o menos hasta la latitud de San Francisco (California, EE.UU.) y en el Hemisferio Sur, hasta una latitud equivalente a Osorno y eso sucedía cada 100 mil años, casi como relojito y había episodios interglaciales, donde la temperatura subía, se descongelaba; y el período que estamos viviendo es el último interglacial.
Esto se ha repetido durante el último millón de años y lo que me interesaba es saber por qué se producían las glaciaciones y no es fácil. Es la interacción entre la respuesta del sistema Tierra-clima a las fluctuaciones de insolación (cantidad de sol que llega al planeta), debido a factores astronómicos.
Así ha ocurrido por el último millón de años...
-Así es. Hay registros más antiguos, pero hace un millón de años empezaron estas fluctuaciones marcadas.
¿En qué parte del período interglacial estamos?
-Estamos hacia el final. Estos períodos duran entre 15 mil y 20 mil años.
¿Qué significa esto?
-Que debería comenzar la próxima era glacial… Claro, esto con una precisión de algunos miles de años.
¿Hay alguna evidencia de que estemos entrando en ese período?
-Ninguna porque una de las cosas que caracteriza a las eras glaciales es una disminución muy grande de CO2 en la atmósfera. Los océanos cuando se enfrían y se congelan, capturan mucho CO2. Lo normal es 280 partes por millón, típica del máximo del período interglacial, a unas 190 partes por millón, que es típica de la era glacial. Y claramente a ese nivel no ha bajado.
LOS CAMBIOS
Hace unas semanas, la Agencia Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), confirmó que junio de 2015 fue el más caluroso en el planeta desde que se tienen registros de temperatura en 1880. El escenario no parece puntual. Los seis primeros meses del año también estuvieron marcados por unas temperaturas récord para el período, lo que demuestra que el calentamiento global continúa, dijo el NOAA.
El año 2014 ya había sido el más caluroso desde que se tienen registros, antecedentes de este tipo reafirman las convicciones de Melnick.
Aquí entramos en un punto crítico. El CO2 en la atmósfera ha aumentado y eso es, según lo sostiene usted y el mundo científico, por causas antropogénicas.
-No cabe duda.
¿Este fenómeno comienza con la Revolución Industrial, verdad?
-Sí. Ahí se dispara.
Me dice que el cambio climático es un absoluto. No hay discusión.
-En los medios científicos, no.
¿Qué transformaciones acarrea el cambio climático? El aumento del clima, por lo pronto…
-De todo. Temperaturas extremas, tormentas tropicales extremas, sequías prolongadas, seguidas de lluvias tremendas. Ya estamos viendo la desertificación tanto en África al sur del Sahara; lo mismo acá, en Chile, donde el desierto avanza hacia el sur. Estas son las primeras manifestaciones del cambio climático y se irá poniendo peor.
¿Se ha visto un fenómeno de este tipo en la historia?
-Sí. Ha habido episodios de cambios climáticos que han provocado desaparición de civilizaciones como los Mayas, los Sumerios, que se expandieron demasiado y luego, ante fluctuaciones del clima, no lograron sobrevivir. Ahora mismo, basta con que deje de llover un par de años para que se produzcan efectos bastante serios.
Pero este es el primer episodio causado por el hombre.
-Claro. Antes tuvimos fenómenos causados por volcanes, o fluctuaciones climáticas. Miremos el caso de las vacas gordas y flacas del Faraón en Egipto (descritas en el Éxodo bíblico). El Faraón se preparó para los años de vacas flacas y es lo mismo que debemos hacer nosotros.
CONCIENCIA
Melnick es muy crítico con los negacionistas del cambio climático. Sostiene que aquellos "científicos" que "no ven lo evidente", son parte de una publicidad pagada por intereses económicos.
En su opinión, hay industrias, como la petrolera, que tienen mucho poder y que obviamente resultarían muy perjudicadas con las transformaciones económicas requeridas para revertir el fenómeno.
"Esto no le hace ningún favor a nadie porque mientras más nos demoremos en tomar las medidas, más caro va a ser y será más traumático", dice.
Hay que prepararse, pero también provocar cambios urgentes. ¿Cuáles son los más necesarios?
- Hay que hacerlo. Ya estamos en 400 partes por millón (CO2). Lo más serio que está pasando ahora no es el aumento de las temperaturas, sino el daño que se está produciendo en los océanos. Los océanos se están haciendo menos salinos, al derretirse los glaciares, y más ácidos, lo cual es una amenaza para la vida en los mares que juegan un papel fundamental en el clima. Recordemos que los océanos son los principales repositorios de CO2. Los océanos han sufrido muchísimo. Las pesquerías están amenazadas. Si sigue calentándose el océano, disminuyendo la salinidad, y acidificándose, todo tendrá repercusiones tremendas en el clima.
¿Qué significa disminuir nuestras emisiones de CO2 a cero?
-(Ríe) Una revolución completa en la manera en que está organizada la economía del planeta.
Se lo pregunto porque trato de imaginármelo y, de verdad, es muy difícil…
- Es muy difícil. Aquí hay dos escuelas. Una dice que no, que con el tiempo se generará la tecnología necesaria para limpiar la atmósfera de CO2, esa es la geoingeniería. Eso puede ser, pero es muy peligroso porque significa experimentar con la atmósfera y por otro lado, requiere tiempo. Me parece poco probable que en los próximos 100 años seamos capaces de hacerlo y durante todo el tiempo que experimentemos con esas tecnologías, el nivel de CO2 seguirá aumentando lo que irá empeorando el problema..
La otra escuela dice que esa opción es muy riesgosa y apuesta a cambiar la economía. Cambiarla a una que no esté basada en combustibles fósiles y eso es difícil y caro, pero puede ser más caro no hacerlo.
Mire, hay gente que predice que de aquí a fines de siglo el mar subirá entre 1 y 10 metros. Imagínese lo que eso significa.
Un metro ya es crítico…
-Ya es crítico. Tres metros es horrible, en términos de poblaciones que se desplazan y ya lo estamos viendo en Bangladesh, donde hay un sistema de islas en el estuario de los ríos Ganges y Brahmaputra. Estas islas, las Sundarbans, se están inundando. Basta que el agua suba 50 centímetros para que se inunden y la gente tendrá que salir de ahí ¿y quién recibirá a esa gente?
En el caso de Chile hay que estudiar los impactos del cambio climático y prepararse, hacer un plan, de manera que cuando llegue el momento, sepamos qué hacer.
Evidentemente son las principales potencias económicas las principales emisoras de CO2. Chile es ínfimo.
-Claro. Pero nosotros estamos insertos en el mundo y lo que pase con el resto, también nos ocurrirá a nosotros, aunque no tengamos nada que ver con el problema. Somos, si usted quiere, víctimas, pero tampoco podemos decir que no tenemos nada qué hacer.
Lo singular de esto es que se trata de un fenómeno global.
-Así es. Tenemos que participar en lo que podamos.
Se lo digo para preguntarle por cómo ve la sensibilidad de las potencias respecto a este tema.
-China la conozco bastante bien, he ido muy seguido y ellos privilegiaron el desarrollo económico por sobre cualquier otra cosa y la contaminación es enorme, tanto que es un problema de salud. Ahora tienen riqueza, mejor calidad de vida, lejos del estado de pobreza extrema en que quedaron después de Mao, y recién están empezando a preocuparse por el tema medioambiental.
En EE.UU. hay un tremendo movimiento académico, prácticamente todas las grandes universidades tienen departamentos analizando el cambio climático, están analizando las legislaciones y se están preparando porque tendrán que ponerse leyes que rijan esta nueva condición. Pero el lobby de las industrias, especialmente petroleras, es muy fuerte aún.
Y en Europa siempre ha habido preocupación. Ellos están a la vanguardia en el tema. Se promueven las energías como la solar, la eólica.
Sin querer ponerme apocalíptico, al escucharlo me queda la impresión que este es un problema que puede poner en riesgo la civilización, tal cual la conocemos.
-Claro. Por eso me puse a estudiarlo. Claro. Podría poner en peligro la civilización. Lo más preocupante es el aumento en el nivel del mar, por los desplazamientos, la falta de agua, de comida. Esto puede terminar en forma violenta, sobre todo si los gobiernos siguen ignorando el problema. El cambio climático ya está aquí. Y estoy de acuerdo con usted, el cambio climático es una amenaza para la civilización, tal como lo ha sido en el pasado.