El sueño de obtener una mejor calidad de vida, es el principal estímulo que tienen los inmigrantes que arriban a la ciudad. Sin embargo, hoy ese objetivo parece estar más lejos de cumplirse.
Los mismos extranjeros manifiestan que la atracción que ejerce Antofagasta cada vez es más débil debido a la burocracia que no les permite trabajar y la baja general que muestra la actividad económica en la ciudad, factores que complican su permanencia.
Y los datos confirman un fenómeno. El primer semestre de este año fueron tramitadas 5.883 solicitudes de residencia, cifra que si bien sigue siendo elevada, es menor que la del mismo periodo de 2014. Aquella vez se solicitaron 6.819 visas, lo que permite hablar de una baja del 14%.
Dentro de las tramitaciones de este año los colombianos lideran el ranking con 2.534 solicitudes, seguidos de los bolivianos (2.133), peruanos (747), ecuatorianos (106) y paraguayos (69), según el Reporte Estadístico del Departamento de Extranjería y Migración de la Gobernación Provincial.
MOMENTOS
El antropólogo de la Universidad de Antofagasta, Alejandro Bustos, explicó que los procesos migratorios han tenido distintas etapas en Chile.
Durante los años 90 predominaban los inmigrantes de países desarrollados y europeos, junto a los provenientes de las naciones fronterizas. Pero esto se revirtió a partir del Siglo XXI, cuando el número de inmigrantes latinoamericanos aumentó, provocando que cambiaran las características de esta población.
Bustos piensa que la baja que registran las solicitudes de residencia, podría deberse al retroceso de la economía nacional, que hace al país menos atractivo en el extranjero.
"Se han perdido 6 mil puestos de trabajo este año en la minería. Eso significa que ha aumentado la cesantía y si no existe trabajo para los chilenos, menos habrá para los inmigrantes", manifestó.
Bustos incluso manifiesta que este factor podría motivar a los inmigrantes a regresar a su país o buscar otros lugares con mejores condiciones.
Opiniones
René Rivera Pereira llegó desde Tacna (Perú) hace tres años. Le contaron que en Antofagasta se ganaba más dinero, pero ahora cree que el cambio de moneda ya no le favorece.
"Algunos ya vinieron, hicieron sus negocios y se fueron, por el cambio del peso principalmente", contó.
Jéssica Mosquero es de Risaralda (Colombia) y está hace 2 años en estas tierras.
Hoy atiende un ciber y cuenta que "han dejado de contratar a muchos extranjeros por los problemas que han tenido los colombianos acá".
La trabajadora también cree que es difícil permanecer en Antofagasta, pero más que a temas laborales, apunta a la "monotonía" de la ciudad.
Desencanto
Valentina Vásquez tiene 18 años, es colombiana y llegó hace ocho meses a la casa de una tía en Antofagasta buscando mejores oportunidades.
Quería estudiar ortodoncia, pero no pudo porque le faltaban algunos papeles.
"No generalizo, pero es fastidioso el trato con nosotros. No nos contratan para trabajar y ya no está tan bueno como antes", argumenta la joven, que proviene de Palmira Valle.
Por ello, planea volver a Colombia, donde piensa que le será más fácil estudiar.
"Acá me ha tocado pasar hambre y es difícil, por eso pienso volver a mi país", asegura.
El peruano Fabiano Molina lleva 4 años en Chile y cree que si ganara el sueldo mínimo, como le sucede a otros de sus compatriotas, no le quedaría más remedio que regresar a su país, pues allá están mejorando las condiciones económicas.
CÓMODO
A diferencia de Fabiano, el colombiano John Anderson, de 29 años, se siente cómodo.
Asegura que Antofagasta significó un mejoramiento en su condición económica y laboral, ya que durante sus tres años de residencia en la ciudad, no ha parado de trabajar en el rubro construcción.
Los chilenos lo han tratado bien y lo favorece el cambio de moneda, ya que cuadruplica su dinero y le alcanza para enviar ayuda a su hija.
"Comparto con mis amigos de trabajo y con ellos celebré cuando 'ganamos' la Copa América", relató.