"Podemos perder un partido en el torneo, pero prometemos que la entrega nunca nos va a faltar"
Uno de los que había jugado toda su vida en Argentina, en diversos clubes y que este año se animó por buscar nuevos rumbos, es el volante trasandino de Cobreloa Nahuel Pansardi.
El jugador, que cuenta con toda la confianza del DT naranja, César Vigevani, dice que la mayoría de este plantel está bastante acostumbrado a trabajar con la presión de tener que conseguir cosas importantes, por lo tanto, lo que siente el hincha en la víspera del redebut de Cobreloa en la B después de muchos años, no se lo imagina como una "mochila pesada.
El nacido futbolísticamente en las filas de Estudiantes, reconoció a El Mercurio de Calama que no se encuentra en su 100 por ciento en lo que a trabajo con balón se refiere, pero aclara también que con el pasar de los partidos esta realidad debiera mejorar, para ser el refuerzo en el mediocampo que la hinchada y Vigevani esperan.
¿Cómo te sentiste en el debut. Te ahogaste?
-No comparto eso de que ahogué. Lo que sí le comenté al técnico es que sentí una molestia en el aductor. Entonces, estaba medio rengueando, pero no era por un tema de falta de aire, porque de aire estaba perfecto. Sí sentí molestias en el aductor, las que no me permitían realizar los desplazamientos que tenía que hacer. Había chicos que se sentían peor que yo, tanto de aire como de molestias, pero no tengo problemas en seguir y ocupar de la mejor forma los espacios.
¿Cómo estás en lo futbolístico?
-Bien, pero siento que me falta. Que tengo que dar más para llegar a mi mejor nivel. Debo comenzar a tener un mejor trato con la pelota, que me permita ubicarme bien y entregar el balón a mis compañeros, que son los encargados de buscar el gol.
Carlos Gómez lo sientes como un buen acompañante, un tipo que corre mucho…
-Sí, porque yo le hablaba y lo trataba de ubicar. Él es mucho de corretear para todos lados y lo hace muy bien. Yo trataba de meterme en los huecos que él dejaba, pero sí nos hemos entendido y hablado bastante bien.
¿Sientes que se dio un paso adelante tras golear a un equipo de Primera A como visita?
-Sí, definitivamente. Sabíamos que todavía nos estaba faltando. No habíamos hecho fútbol y el técnico no nos podía tirar a la cancha así como así, porque no íbamos a poder responder seguramente a la exigencia, distinto a como lo hicimos frente a Arica. Con el tiempo, todo se va a ir solucionando. Han llegado chicos nuevos también durante esta semana, donde el técnico los debe acoplar al plantel e iniciar una competencia sana, donde quien mejor esté, jugará.
¿El domingo crecerá la presión. Lo sientes como una mochila pesada?
-No creo que sea una mochila pesada. Los jugadores debemos estar acostumbrados a eso. Sabemos que esta hinchada le exige mucho al jugador, pero ellos se van a ir dando cuenta que nosotros la entrega la vamos a tener, después podemos tener un mal partido, pero la entrega no va a faltar en este equipo, porque debemos sacar a Cobreloa de la B, llevarlo a Primera. Para eso, no nos debemos quedar con el partido del fin de semana pasado, pese a que nos ayuda para ir tomando cada vez mayor confianza. Este domingo la hinchada debería apreciar que los movimientos están mucho más aceitados.