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"Antofagasta en 100 palabras" cierra con más de 3 mil cuentos

llamado. Concurso literario finalizó su convocatoria con las mejores historias nortinas, siendo los jóvenes los más interesados en participar del certamen.
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Las tradiciones, identidad cultural y las historias más íntimas fueron la inspiración de los miles de cuentos que reunió el concurso "Antofagasta en 100 Palabras". Este año se recibieron un total de 3.021 cuentos breves que relatan el mundo de los habitantes de la segunda región, donde se ha constatado nuevamente que cada vez son más las personas que quieren contribuir con sus relatos al imaginario local.

El concurso, cuenta con seis versiones, fomentando año a año el vínculo con la escritura y lectura en personas de todas las edades, abriendo los espacios públicos como escenario y foco de desarrollo cultural.

El destacado escritor nacional y periodista antofagastino, Patricio Jara, y este año jurado del concurso, opina al respecto que "más que el premio, es una invitación a escribir. Mucha gente se anima por primera vez y luego lo transforma en un hábito, independiente si gana o no".

Es importante destacar que el público que participa es transversal, desde los más pequeños hasta los más adultos, sin necesidad de ser escritores. En términos de género, la diferencia entre ambos sexos es casi nula, con solo 46 cuentos más en el caso de los hombres. Y en rango etario son cada vez más los jóvenes que quieren expresar sus impresiones de su mundo, lo demuestra el importante número de cuentos del rango etario entre 19 y 24 años, seguido por los de 13-18 y en tercer lugar los menores de 12 años.

Esto último representa una tremenda noticia, ya que este año se presenta un nuevo premio al Talento Infantil para menores de 12, lo cual fue incentivado a través de una campaña con colegios para que los educadores aprovechen la instancia del concurso para abrir espacio para la escritura y lectura. El resto de los participantes se mantienen en brechas parecidas.

Respecto al ámbito geográfico, en su mayoría fueron los de la comuna de Antofagasta que participaron con más de dos mil cuentos, seguido por Calama y luego Tocopilla, con un aumento en los cuentos recibidos de otras comunas respecto a los años anteriores.

Ilustración

Por su parte, Paz Balmaceda, gerente de Fundación Plagio, dice que desde la Fundación están muy entusiasmados con el proceso que comienza ahora, la lectura de los tres mil nuevos cuentos.

"Se han recibido en las seis versiones de 'Antofagasta en 100 palabras' más de dieciséis mil cuentos originales, cada uno de ellos fragmentos íntimos y personales de un retrato colectivo de la vida contemporánea en la Segunda Región. Serán por primera vez este año, ocho los cuentos ganadores que esperamos con ansias conocer y difundir".

La iniciativa aún mantiene vigente la invitación a artistas que quieran representar los relatos en ilustraciones. Los interesados pueden participar enviando su dossier con sus trabajos a info@antofagastaen100palabras.cl hasta el 31 de julio.

Milicos y militantes

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La novela Milico de nuestro premio nacional de literatura 2006, José Miguel Varas, nos acuartela y nos lleva al encierro del exilio. En ella nos habla de ambas milicias, el ejército chileno y el PC, y nos muestra cómo fueron mutando sus filosofías y modus operandi a través de sucesos políticos e históricos, en donde ambos bandos combatieron disciplinadamente por concepciones del mundo que, cada cierto tiempo, se revelaban ilusorias para ellos mismos.

Esta obra de Varas no es una novela de tesis, como podría pensarse, es decir, no construye el relato para probar nada, sino que mezclando autobiografía, memoria, investigación periodística, historia y ficción logra recrear atmósferas vívidas de lo ocurrido en Chile y el mundo más de cuarenta años atrás. Podría decirse que es una novela coral, en donde no sólo habla el protagonista, periodista, militante del PC, exiliado en Moscú e hijo de un coronel del ejército formado en la época de Carlos Ibáñez del Campo. Hablan también militares que muestran la transformación de una institución que, a partir de los años sesenta, inicia su relación con la Escuela de las Américas y la doctrina de la seguridad nacional y, sin idealizar, señala el paso desde una formación más humanística a una de carácter marcadamente tecnocrática.

La biografía del autor presenta muchas similitudes con Jaime Román, el protagonista, quién relata ex post, con cierto escepticismo lúcido, como si supiera el desenlace de esa época, las acciones y misiones en las que se verá involucrado, cumpliendo con la fórmula gramsciana, según Varas, de actuar bajo "el pesimismo de la razón y el optimismo de la voluntad". José Miguel Varas fue él mismo un periodista y escritor comprometido desde muy joven, trabajando en diferentes radioemisoras nacionales, como Radio Magallanes, en medios de prensa y televisión, llegando a ser director de El Siglo y de Televisión Nacional de Chile el año 71. Esta labor la continuó desempeñando durante su período de 17 años de exilio, trabajando junto a Volodia Teitelboim en Radio Moscú, para el famoso programa Escucha Chile. Su primer libro, Chacón, lo publica a los 18 años y, tras su regreso a Chile, da vida a textos memorables como El correo de Bagdad, Los sueños del pintor y Las pantuflas de Stalin, en los que muestra su gran capacidad para contar historias con un estilo humorístico, sobrio y directo.

María Constanza Castro M.

Académica Escuela

de Periodismo UCN

Máster en Literatura.