"Houston, tenemos un problema"
Esta histórica frase fue pronunciada por uno de los astronautas del Apolo 13 y que anunciaba una falla técnica en la nave. Esta expresión se ha instalado en el lenguaje coloquial y no exenta de un tono bromista cuando sucede algo imprevisto.
A la razón de lo expuesto, imaginemos a la selección de Brasil haciendo un llamado de socorro producto de sus fracasos en el Mundial del año pasado y ahora en la Copa América. Su llamada a la Confederación Brasileña sonaría más o menos así; ¡Aló Río de Janeiro, se nos han acumulado dos problemas".
Este fracaso tiene sus explicaciones y lo explica un exjugador brasileño Zico al periódico español Marca. Dijo que una de las claves es que el fútbol carioca se ha quedado estancado en los esquemas., es decir, adaptando a los jugadores a un determinado patrón de juego, siendo este monolítico.
"Llevamos 20 años jugando igual" dijo. "No jugamos con un 10 que organice". Y donde dio la estocada y un reconocimiento a la soberbia que atesoran fue al decir que en Brasil no existe formación para técnicos, no hay una escuela o un método.
Debemos calzarnos las sandalias de la humildad y reconocer que hay gente que sabe más que nosotros, tampoco hay entrenadores extranjeros en Brasil.
Se dice que Brasil prepara los partidos con un discurso muy emocional. El corazón es importante, pero sobrepasar sus pulsaciones, solo conduce a la ansiedad. No salen a jugar un partido, salen a cumplir una misión. Brasil lleva mucho tiempo más preocupada por el volumen de su himno que por el toque de la pelota.
Y ahora, en la Copa América Chile 2015 viene Paraguay y les deja fuera. Ha sido otro mazazo al herido orgullo del país de la samba.
Como en todo orden de cosas, la evolución forma parte de la vida y por lo visto Brasil se ha quedado dormido y no ha sabido subir al carro de los nuevos métodos del alto rendimiento deportivo.