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Literatura regional nortina

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La vieja literatura, la de José Martí, por ejemplo, permite recordar este elogio de Enrique José Varona: "Nunca olvidaré el embeleso en que estuve todo el tiempo que habló Martí. La cadencia de sus períodos, a los que sólo parecía faltar la rima para ser verso, mecía mi espíritu como verdadera música (…) Al mismo tiempo [que] pasaban ante mí (…) sus palabras sonoras, en tropel de imágenes deslumbrantes…"

Los personalismos olvidan que en literatura nos debemos, como mínimo, a los siglos recientes. Nada es nuevo por sí. La globalización arrinconó la originalidad ab origine. Todo y todos se deben a todos. ¿Las aguas del río han de remontar su propio cauce?

Consciente de estas eventualidades, aun así, se piensa en ¿qué le da sello personal a la Literatura Regional Nortina de estos días?

A principios del siglo XX, Carlos Pezoa Véliz vino a conocer estas tierras. Dejó páginas memorables. Eduardo Barrios mostró el Norte de su infancia. De Sady Zañartu, recién se estudian sus numerosos aportes. Salvador Reyes merece estudios que demoran en aparecer.

De Neftalí Agrella, apenas se saben algunas cosas. Viejos poetas y autores de teatro obrero pampino, siguen olvidados. Autores recientes: Ivo Serge, Sabella, Bahamonde, Manuel Durán Díaz, Floreal Acuña, Nicolás Ferraro y otros, menos conocidos, como Juan José Julio Elizalde, el sindicalista "Juanito Zola", Teodoro Plievier, etc. aún hablan desde rústicas publicaciones. Pero, en cada uno de ellos brilla una impronta singularizadora.

Hoy se crea, edita y vende. Las estadísticas mueven al mundo y dan fama. (Rendic editó sus libros. Su finalidad: obsequiarlos. Pocos saben cuántos libros publicó), pero la mentalidad común requiere entender el por qué tantos escritores hacen lo suyo sin que haya una preocupación por exponer sus motivaciones creativas. Es indudable: hoy, en el plano autoral, más de algo le falta a esta Literatura Regional.

"Antofagasta necesita un festival de cine que nos represente como nortinos"

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Durante toda su trayectoria el documentalista y realizador antofagastino Omar Villegas se ha encargado de forma incansable a capturar y poner en valor con cámara en mano la riqueza patrimonial del Norte Grande. Fruto de ello es que sus reportajes y documentales se han emitido en los canales locales e incluso llegando al extranjero. Sin duda un profesional con autoridad en cuanto a material audiovisual se trata.

Gracias a su desinteresada labor, recientemente fue nombrado para integrar el Consejo de las Artes y la Industria Audiovisual, a nivel nacional, en representación del audiovisual en regiones. Esta designación fue apoyada y propuesta por la Agrupación Gremial de Audiovisualistas de Atacama (AGAT).

¿Cómo recibe este nuevo nombramiento?

-Con mucho entusiasmo y expectativas, ya que es a nivel central en donde se toman decisiones, y se fijan pautas y normativas, ya que como consejero regional es poco lo que se puede hacer en esta materia.

El objetivo es entregar asesoría al CNCA , formular y elaborar las políticas de desarrollo estratégicos a nivel nacional del audiovisual, cómo así también definir los procedimientos para la asignación de recursos públicos para la actividad audiovisual.

¿Cómo surgió su postulación a este importante cargo?

-Me llamaron de Copiapó, la AGAT, que es una organización fuerte en el tema audiovisual regional a nivel nacional y me postularon. Fue un concurso con otros postulantes de regiones. Creo que es un reconocimiento a mi trayectoria y mi trabajo constante en este ámbito.

¿Cómo fue su comienzo en esto del audiovisual? ¿Cuáles fueron las motivaciones para dedicarte a esto?

-Bueno, comenzó desde muy pequeño, motivado por mi padre que amaba el cine y con un pequeño proyector construido por el mismo y una sábana por telón nos proyectaba películas de monitos animados. Luego ya más grande, me llevaba al cine, recuerdo haber visto ciclos de películas europeas en el cine Astor en calle Prat. Aún conservo revistas de cine soviéticas y chinas que le llegaban a mi padre.

Pero sabes, creo que el amor por la cultura y la sensibilidad por el arte está en los genes. En mi familia mi hijo Pablo, que es músico, es cinéfilo y mi nieta va por lo mismo. Tengo un hermano, Jano, que es artista de la serigrafía, un sobrino, Rinaldo Villegas "Bufón" grafitero y muralista. Estamos todos inmersos en la cultura, desde pequeños vivimos rodeados de libros, de música, de pintura, hemos recorrido casi toda América observando y conociendo su cultura y su gente. En el fondo como familia vivimos el arte y la cultura a concho.

¿Qué pasa con el audiovisual en nuestra ciudad?

-Bueno, creo que estamos en una etapa en que los jóvenes están experimentando, pero sin tener un espacio para compartir, dialogar y mostrar sus trabajos, en el fondo un espacio de libertad creativa y autocrítica. Hace algunas décadas atrás los colegios en especial los particulares se agrupaban y experimentaban en torno al Festival de Video Estudiantil del Colegio San Luis. Por ocho años realice este evento con mucho éxito y con el apoyo de la División de Cultura del Ministerio de Educación, y la motivación de Claudio di Girolamo. Creo que aquí nació el primer polo de desarrollo audiovisual regional a nivel nacional.

¿Y un festival de cine?

-Creo que hace falta un festival de cine de calidad, un mega evento con una buena organización con gente de experiencia que convoque un festival que realmente nos represente como nortinos, un festival para todos los gustos, con cine social, político, cine temático, para niños cine de otras culturas, un festival de cine democrático y abierto a la reflexión.

¿Cómo FICIANT?

-Fue una buena experiencia ser director artístico de tres versiones de este festival. Fue un festival muy bien organizado, que contó siempre con alta convocatoria con exhibición en comunas, colegios, sedes sociales, centros de rehabilitación social, con talleres para los jóvenes y con invitados extranjeros.

¿Por qué no siguió? ¿qué paso?

-Uno de los factores fue estar supeditado a un concurso de proyectos. Esto te tiene entre la espada y la pared, ya que las convocatorias e invitaciones para el festival partían en marzo, y el concurso de proyectos se abría en junio, los resultados se demoraban, y si es que ganabas, las platas que llegaban se demoraban otro tanto. Tu sabes que las películas extranjeras tienen que pagar impuestos e internación al país, hay que hacer trámites en Cancillería, los invitados extranjeros había que agendarlos de un año para otro, los pasajes hay que reservarlos con meses de anticipación, reservas de hotel, en fin, hay tramites que el jurado de estos concursos no tienen idea.

Te cuento como anécdota, que una vez estuvimos hasta las dos de la tarde en las bóvedas del BancoEstado con una mochila retirando treinta y cinco millones, a las tres, se vencía el plazo en el hotel, si no ponían todas las maletas de los invitados, que eran cuarenta, en las puerta, así que partimos corriendo con treinta y cinco millones en la espalda hasta llegar a cancelar al hotel. Además las empresas locales pequeñas dan más plata o lo mismo que las empresas grande, es increíble. El apoyo que nunca falló fue el de la municipalidad y todos sus concejales.

¿Cómo ve el ámbito cultural antofagastino?

-Creo que falta una política cultural como estrategia de desarrollo regional, que nos permita generar nuestras propias instancias de cultura, de acuerdo a nuestras necesidades, a nuestro ser como habitante del desierto y a nuestra geografía. Falta mayor participación en las tomas de decisiones, falta autonomía del poder central, falta un trabajo en los sectores populares, falta incentivar la sensibilidad y el gusto por el arte y la cultura a nivel escolar. El amor por la belleza y la búsqueda de la perfección nos lleva a un mayor desarrollo como seres humanos.

Hoy en día donde priman gustos estéticos muy opuestos a los conocidos (generalmente motivados por los medios y la globalización) es imperante una reeducación cultural. No olvidemos que según la Unesco define a la cultura como 'La que da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo". Y con respecto a esto, lamentablemente es poco lo que reflexionamos hoy en día.