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Proa dona libros a la biblioteca del Instituto Santa María

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Como parte de su contribución a reforzar la identidad de la ciudad, la Corporación Proa realizó la entrega del libro "Forjadores de Antofagasta. 148 años de historia" al Instituto Santa María (Isma), aporte que nutrirá los anaqueles del tradicional establecimiento.

Marcela Ramírez, presidenta del Centro General de Padres y Apoderados de la institución, contó anécdotas y detalles de la vida de Gilberta Feichtlbauer, quien fuera maestra suya, la primera religiosa directora del recinto y una de los 205 personajes que aparecen en la última edición de Proa.

Precisamente, Carlos Tarragó, presidente de la Corporación, entregó los textos a la sostenedora del Isma, hermana Delia Suazo, y a Helena Calfa.

"Me motiva salvar la vida de alguien que ni siquiera conozco"

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Sus padres le inculcaron valores y las ganas de servir a los demás. Desde pequeña admirada el trabajo de los bomberos, luchó por su sueño y hoy es una más de tantos voluntarios que prestan ayuda a la ciudadanía.

Karina Guzmán Arias está casada con Michel Parra, también voluntario de bomberos y es madre de Alejandro Antonio. Ella es un ejemplo de tenacidad, compromiso y entrega por los demás.

¿Cómo recuerdas tu niñez?

-Nací en Antofagasta y siempre en el sector central con mis padres. Provengo de una familia pequeña, éramos mis padres y mi hermano.

Tengo lindos recuerdos de mi infancia. Mi padre era carabinero y mi madre cuidaba enfermos, pero siempre estábamos juntos y salíamos para las vacaciones de verano. Íbamos a Santiago a la casa de mis abuelitos, tuve una infancia bien bonita.

¿Tus padres fueron el pilar fundamental para tu formación?

-Efectivamente mi familia, mis padres me inculcaron el tema de la solidaridad. Mi padre ayudaba a quien se lo pidiera, lo mismo que mi madre, siempre estaba dispuesta a ayudar.

Estudié en la Escuela Huanchaca y la media estuve en el Liceo de Niñas.

Estudié técnico en enfermería, me titulé, pero no me gustó mucho el área salud, entonces me cambié y estudié Derecho. Ahora me estoy preparando para hacer mi examen de grado.

¿Desde pequeña sentiste la necesidad de servir a los demás?

-Desde pequeña yo quería ser bombero. Me gustaban los carros, ayudar, atacar el fuego. A los 18 años me vine a la Sexta Compañía, me inscribí, estuve como aspirante hasta que pasé a ser bombero.

Ya han pasado 15 años desde ese día. Al principio fue complicado porque en la compañía no había mujeres.

Llegar a una institución donde había sólo "caballeros del fuego" fue un tanto difícil en la adaptación, debido a la infraestructura, pero después todo fue mejorando.

Era un doble trabajo, porque había que demostrar que uno venía a ayudar, a ser un aporte, a trabajar a la par con los compañeros. Nosotras tenemos las mismas capacidades.

Experiencia

¿Cuál es el balance que puedes hacer después de tantos años en la institución?

-Después de años de entrenamiento logré una óptima preparación para prestar el mejor servicio a la comunidad. Lo primero son nuestros beneficiarios.

Nuestra compañía se especializa en el manejo de sustancias peligrosas. Atendemos emergencias químicas, y luego de la institución es que da la posibilidad para que uno se pueda capacitar en distintas áreas. Por ejemplo, yo hice la capacitación de rescate vehicular, marítimo y urbano.

Trabajamos arduamente en el terremoto del 27/F, entonces uno va haciendo cursos y conociendo sus habilidades.

Trabajo

¿Cómo es la actividad bomberil, tienes tareas asignadas?

-Cada bombero se compra su radio portátil, y si hay una emergencia cerca y uno puede ir, no lo pensamos dos veces. Además tenemos que hacer guardia nocturna. Yo hago guardia una vez a la semana. Los jueves llego al cuartel y quedo disponible para atender cualquier emergencia, cualquier llamado, pueden ser incendios, emergencias químicas y escapes de gas.

Nosotros pagamos para ser bomberos, pagamos nuestras cuotas sociales, siempre estamos atentos a las necesidades que vayan surgiendo.

¿Por tus capacidades fuiste seleccionada para viajar a especializarse a Estados Unidos?

-Efectivamente, hoy parto a un viaje a Estados Unidos. Hace cuatro años nuestra compañía está con unos proyectos de capacitación a nivel nacional e internacional, ello para acceder a especializaciones que no se dan acá.

Voy a Texas junto a otros dos voluntarios. Me voy a capacitar en el manejo de sustancias peligrosas y armas de destrucción masiva.

Este es mi primera experiencia a nivel internacional. Fui seleccionada y estaré allí durante una semana.

¿Qué opinas de la incorporación de las mujeres a áreas que eran exclusivas de hombres?

-Me parece excelente el espacio que se les está dando a las mujeres. Ahora somos varias las que formamos parte de la institución. Pienso que somos un aporte, tanto en temas de rescate o en incendios.

Allí aflora nuestra sensibilidad, nosotras tenemos otra forma de ver las cosas.

A las mujeres nos gusta capacitarnos y estamos pendientes de cómo ayudar. Somos un aporte. Por ejemplo, me apasiona ayudar a alguien que ni siquiera conozco. Siempre estoy dispuesta a colaborar.

35 alumnos de Tocopilla aprenden sobre el uso de la energía solar

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Un entretenido y didáctico taller sobre energías alternativas impartió la ONG La Ruta Solar a 35 estudiantes del Colegio Sagrada Familia de Tocopilla. La iniciativa, con el apoyo de SQM, está en línea con su programa de educación ambiental dirigida a niños y jóvenes de sus comunidades vecinas.

La jornada que contó con una exposición acerca de las posibilidades del uso de la energía solar, tanto a nivel doméstico como industrial y, en este caso, para el uso en reemplazo de combustibles fósiles, más aún considerando las características propias de la región.

Además, los alumnos trabajaron en conjunto en la confección de autos solares, dando énfasis al uso de materiales reciclables.