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Antropología de la lectura

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Con el sugerente título de 'Antropología de la lectura. Representaciones académico interdisciplinarias en la Universidad de Antofagasta' (Sergraf Ltda., 2015), la académica Mailing Rivera Lam, Coordinadora de la Subsede de la Cátedra UNESCO para la Lectura y Escritura, ha compilado doce entrevistas realizadas a profesionales de las más diversas áreas, unidas todas por un denominador común: el amor que tienen por la palabra como acto creativo, todo lo cual se traduce en un texto de particular valor que trasciende el ámbito de la academia.

Lo que se agradece de entrada respecto de este libro, es que la autora no hace alarde de erudición ni pretende que tenga la estatura de un texto especializado. Muy por el contrario, lo somete al juicio de los lectores y lectoras como una experiencia de declarado amor por todo aquello que ha significado para los participantes ese minuto mágico cuando aprendió a leer y a escribir.

Así, Mailing Rivera Lam, guía a los lectores y lectoras por las respuestas que doce profesionales le entregaron en diferentes instantes del Programa Radial que ella mantiene semanalmente en la radioemisora de la Universidad de Antofagasta: Yesica Aguilera Covarrubias, Mixi Benítez Vega, Wilson Cortés Gómez, Cristina Dorador Ortiz, You Garmendia Ayala, Katherine Jara Alarcón, Patricio Lazo González, Tatiana Morales Silva. Ismael Riveros Araya, Juan Silva Urra, Catherine Urbina Pizarro y Ana María Wall.

Es a través de ellos, de sus recuerdos, de sus pensamientos expresados en este libro, que nos enteramos de cómo cada uno vivió esa interesante experiencia de entrar por primera vez al mundo de la lectura y la escritura, ampliando sus horizontes, enriqueciéndose de manera tal que para todos, sin excepción, el llegar a reunirse en la Cátedra UNESCO no fue sino la consecuencia natural de ese prodigioso instante primero.

Esta 'Antropología de la Lectura' se cierra con cinco reflexiones del grupo seleccionado, donde se abordan temas tan trascendentes como 'La escritura como un proceso de reflexión crítica' hasta 'El estado del arte en la formación pedagógica en Lenguaje y Comunicación', pasando por temas que se refieren a 'Comunicación en Ciencias', 'Sobre lecturabilidad y aprendizaje' y 'Habilidades de lectura y escritura en estudiantes del siglo XXI: un desafío para la docencia universitaria'. Cada una de estas reflexiones son miradas en donde se advierte la riqueza conceptual propia del área disciplinar, pero por encima de ello el profundo convencimiento de que el acto de leer y escribir -cualquiera sea el escenario o la época- constituye uno de los instantes más intensos de todos los que vive el ser humano.

Celebramos esta publicación de impecable diseño y formato amigable.

Lo hacemos con el convencimiento de que puede ser un valioso material para que no solamente los docentes lo lean y compartan en las aulas, sino también para cientos de personas que encontrarán reflejadas en estas páginas, lo que ellas mismas han sentido de ese libro que marcó una huella imposible de olvidar o para que evoquen, con emoción, ese instante en que por medio de un libro, de un cuento, de una palabra, se pudo atisbar que la vida era inconmensurable y un camino fabuloso por recorrer.

Ni Jara ni la Iglesia ni la FIFA

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En el fútbol y en el deporte en general, no hay nada mejor que la victoria. Pone a los deportistas en un sitial de privilegio; un país está en la vitrina mundial, los ciudadanos enfrentan la cotidianeidad de manera diferente, con ilusión, con alegría con entusiasmo.

Tras el paso de la selección nuestra en la Copa América a semifinales, ese es el ambiente, el sentir, el ánimo y la disposición. El hincha está contento y ya sueña con alcanzar esa meta que ha sido esquiva sempiternamente para el balompié nacional.

Mirando siempre las dos caras de la moneda, me parece que el análisis debe ser más fino, con un filtro mayor que el que hace el común asiduo al tablón. Lo ocurrido frente a Uruguay, sin duda que alegra, pero una vez más tenemos que lamentar situaciones antideportivas que no solo empañan un triunfo legítimo, sino que también ensombrecen la cultura de un país.

El buscar la exasperación del rival, la reacción violenta del contrario a partir de manoseos de las partes íntimas de un deportista me parece de baja estofa y más aún, cuando se trata de un acto repetitivo; fue le mismo, el que en actitud similar, hizo sacar de sus casillas a otro charrúa, Suárez, en una competencia anterior, buscando y logrando el objetivo a través de esta "viveza criolla" o "chispeza" como le llaman ahora.

No, no me parece, no me gusta, no estoy de acuerdo y lo reprobaré por siempre. Nos hemos querido pasar de listos en innúmeras ocasiones con las lamentables consecuencias que aún perduran: la adulteración de pasaportes de la selección que fue a Paysandú y el corte de Roberto Rojas para las eliminatorias del mundial de Italia '90, entre otras, aún nos pesan y no nos dieron ningún reconocimiento positivo en el orbe deportivo mundial, muy por el contrario.

Se podrán esgrimir muchos argumentos: que los uruguayos nos molieron a patadas, que el árbitro brasileño no tuvo la energía necesaria para detener el juego brusco, que la actitud rioplatense una vez más se puso en práctica para obtener dividendos a costa de nuestra supuesta ingenuidad deportiva, bien, pero nada justifica acciones como las vividas en el recinto de Ñuñoa.

Otros podrán decir, como lo escuché, las consabidas frases cliché de que los que no están de acuerdo "vayan a llorar a la iglesia" o bien "a reclamar a la Fifa", les respeto, pero no, por ningún motivo, algunos sacerdotes ya bastantes problemas tienen para intentar explicar acciones similares a las del futbolista chileno y los dirigentes del ente rector del fútbol mundial también están muy ocupados en buscar argumentos que convenzan a los oficiales del FBI de que han tenido un actuar recto en la dirigencia y manejo del deporte rey.

En una fiesta, no solo de fútbol, sino que de cultura, de hermandad, de sana competencia, la moral y la ética también debieran vestirse de corto para estar presente ante los ojos de todo el mundo.