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Avance de los desiertos

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Esta semana se conmemoró el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía. Chile es un país que sabe de qué se habla cuando se abordan ambos fenómenos, y es por eso que la lucha por la sustentabilidad hídrica se ha transformado en una de las tareas que está abordando el actual Gobierno.

La Unesco reconoce que la desertificación es "la degradación de las tierras en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas".

Uno de los principales problemas asociados a la desertificación y la sequía es la merma en la capacidad productora de alimentos. El lema para este día fue "Lograr la seguridad alimentaria para todos a través de sistemas alimentarios sostenibles".

Entre 2012 y el 2014, una de cada ocho personas a nivel mundial no tuvieron acceso a los nutrientes necesarios. Mientras la población sigue aumentando, el porcentaje de suelo disponible para cultivar disminuye y cada vez resulta más difícil recuperar tierras degradadas para garantizar la seguridad alimentaria.

Según las estimaciones, 24 billones de toneladas de suelo fértil desaparecen cada año y durante los últimos 20 años se ha perdido una superficie equivalente a la superficie agrícola de los Estados Unidos. En Chile, la desertificación avanza un metro al día, según informaba el Museo Nacional de Historia Natural. Son datos que deben llevar a todos a mantenernos prestos a trabajar para enfrentar esta realidad.

Es un trabajo que puede tener muchas dimensiones. Primero, la comunidad científica y académica a través de propuestas tecnológicas que impulsen una agricultura sustentable y capaz de enfrentar el cambio climático. El Estado busca asegurar estándares ambientales y entregar el apoyo necesario para mejores prácticas que hagan sostenible la conservación y recuperación de suelos.

Pero en el fondo, se trata de que el ser humano, en todo ámbito de la vida, tome conciencia del impacto que puede provocar cualquier actividad que realiza, más si se trata de aquellas reconocidas como atentatorias contra el medio ambiente.

Nuestro archivo

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100 años | 20 de junio de 1915

Oferta de empleos

Se publicaban los siguientes avisos: "Mecánicos para el interior se necesitan" y "habiendo ya prendido sus fuegos la oficina salitrera Eugenia, se necesitan particulares. Aumento de jornales y pulpería barata". Esto daba cuenta del gran auge que registraba la industria en la pampa del norte del país, decía el cronista.

50 años | 20 de junio de 1965

en salitreras

Dos presupuestos presentó a la consideración de la Municipalidad la Oficina Provincial de Pavimentación Urbana.

10 años | 20 de junio de 2005

110 mil escudos costarán obras en Costanera

Uno es por 110 mil escudos para la pavimentación de un tramo de la Costanera Norte de Antofagasta y otro por 90 mil escudos para la pavimentación de la avenida Miramar.

Dramáticas cifras

Las impactantes cifras de cáncer pulmonar que afectan a hombres y mujeres de la Segunda Región fueron analizadas en el Congreso Oncológico que comenzó ayer en Antofagasta. En la zona, son 70 casos por cada 100 mil habitantes los ocurridos, en tanto que a nivel nacional la cifra llega a 20 por cada 100 mil.

de cáncer en la región

Problema de urbanismo

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La polémica suscitada por la exportación de nuestro principal producto, el concentrado de cobre, usando un galpón construido para tal efecto, nos hace olvidar que un tiempo atrás, en donde hoy es Villa Codelco, era el lugar de acopio de minerales a granel y que posteriormente se acopiaban para embarque los minerales a granel en el puerto a la intemperie sin ninguna protección.

En el entendido que los estándares han cambiado, y por consiguiente gracias a las nuevas tecnologías se levanta un galpón para estos efectos, existe oposición al respecto.

Si en nuestro puerto se embarca dicho producto cabe preguntarse cómo se desembarca en los puertos de destino sin producir contaminación. Si así fuere, sería lógico exigir que dicha tecnología sea incorporada en nuestro proceso de embarque.

Pero la realidad nos indica que el gran problema de Antofagasta no es el galpón en cuestión, es de urbanismo, siendo una ciudad que por vocación presta servicios a la industria minera de gran escala y no tiene barrios industriales consolidados, con agua potable, alcantarillado, electricidad y calles para el desarrollo de nuestras Pymes, encareciendo el valor del suelo innecesariamente.

No contar con una visión urbana macro y un plan de urbanismo definido, a través de un plan regulador moderno, que dé cuenta de las actuales necesidades y proyecte a futuro el desarrollo de la urbe, genera una visión cortoplacista, donde siempre los escasos recursos se malinvierten en obras que no son prioritarias para un desarrollo armónico y sustentable de la ciudad.

Por ejemplo, está el puente en la quebrada Carrizo, para la conexión de Coviefi con Jardines del Sur, que exigió una inversión de $13 mil millones, mientras el presupuesto anual para reparación de calles es de $5 mil millones.

O está la construcción de un complejo deportivo escolar con una inversión superior a los $10 mil millones de pesos, dineros que serían suficientes para construir un par de tramos de Paseo del Mar en el sector norte, donde el déficit de espacios públicos para la recreación de las familias antofagastinas es el gran ausente en el sentido de que el habitar la ciudad sea un agrado y asi mejorar la calidad de vida de todos los días.