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"Mi aporte va por repensar o releer la historia para las nuevas generaciones"

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Es una creadora nata, una artista visual que siempre está innovando, analizando, empapándose de la realidad y la historia del lugar que la cobija.

Dagmara Wyskiel, presidenta del colectivo "Se Vende" es una polaca que se enamoró del norte chileno. Aquí quiere ser un aporte, ofreciendo una mirada diferente a la cultura.

¿Cómo recuerdas tu infancia?

-Nací en Cracovia, Polonia. Tengo lindos recuerdos de mi formación y vida en esa bella ciudad. Soy una de una familia con generaciones de hijos únicos. Mi padre ejercía como profesor universitario y mi madre como profesora de lenguaje y periodista.

Mi vida se orientó posteriormente a las artes visuales, y tengo un magíster.

¿Cómo se gestó tu arribo a esta zona?

-Llegué a Antofagasta a principios del año 2000 y me quedé acá. Llevo más de una década en esta zona desarrollando proyectos individuales de creación, de artes visuales, como también de gestión, producción. Soy presidenta del colectivo "Se Vende" donde nos enfocamos en formación y en organización de exposiciones.

Lo más conocido es la semana de arte contemporáneo, que ya estamos preparando la cuarta edición.

Pelota

¿De qué manera enfocas tu actividad creativa?

-Personalmente como artista me enfoco mayormente en lo que es instalación de fotografías, objetos.

Mi último trabajo concluyó hace pocos días y es "juego mixto", que es una pelota de golf que el público antofagastino conoce ya que estuvo en el Parque Cultural Ruinas de Huanchaca.

El proceso de "juego mixto" debe durar tres años y medio. Empezamos el 2012, y se trata de una actividad compleja. Vamos a cerrar con broche de oro con una exposición en el Museo de Arte Contemporáneo en Santiago, en mayo de 2016.

¿Este año ha sido escenario de muchos logros profesionales?

-Particularmente este año estoy muy contenta porque tuvimos la posibilidad de estar en el radiotelescopio Alma. Me siento orgullosa de haber tenido cabida allí, de que la gerencia de Alma haya elegido mi proyecto y me auspiciaron.

Estuvimos con mi equipo de producción y registro durante unos días en esas instalaciones. Tuvimos una tremenda suerte que nos hayan acogido.

Me imagino que ese objeto (la pelota de golf) llega del cosmos. Están las respuestas, pero son herméticas, enigmáticas, no sabemos qué hacer. El mundo científico no sabe cómo interpretar esta situación.

Hay varias vistas posibles, yo no quisiera imponer alguna lectura. El video va a estar visto en algunos meses y cada espectador puede encontrar su propia lectura.

¿Piensas que haces un buen aporte a la cultura, a la creación?

-No sé si estoy haciendo una contribución, pero si me gustaría aportar mi granito de arena en repensar la historia. Uno aporta cuando viene desde afuera con una mirada distinta, fresca.

Si eso sirve, genial. Cuando la persona es de un lugar pierde la capacidad de asombro, de descubrimiento, que todo está dicho o escrito, pero cuando llega alguien de afuera es como dar una mirada de niño.

Mi aporte va por repensar o releer la historia de Chile para las nuevas generaciones.

Estabilidad

¿En lo personal también estás en una etapa de mucha estabilidad?

-Estoy feliz porque estoy viviendo una conjugación de consecuencia, de trabajo y de fortuna. Tengo un equilibrio y estoy en pareja hace más de diez años. El es chileno, nortino, Christian Núñez, un hombre trabajólico, respetuoso que no tiene miedo de estar con una mujer inteligente.

Cuando el hombre es seguro de sí mismo, no necesita ser machista para marcar su posición. Con él armamos una dupla genial porque trabajamos juntos. El aterriza todas mis voladas, todos mis sueños.

¿Tus otros amores son tus hijos. Cómo es tu relación con ellos?

-Tengo esos dos amores, son Maryna (15) y Janusz de 7. Ambos son trilingües, porque hablan español, inglés y polaco. Son fantásticos, aunque soy una madre dura, exigente, pero les doy mucha libertad y confianza.

En mi forma de proceder son europea, pero les enseño, los premio cuando en cada etapa por ser independientes. Desde primero básico que ellos se preparan su mochila, se visten solos.

Yo los formo para el mundo para que ellos se sientan bien, y no para mí. Ellos no están para satisfacer mi ego, o para rellenar mi soledad, o para solucionar algún problema mío.

Es importante darles espacio y confianza.