El despertador del hogar de Eduardo Fres, padre de Alexandra (12) y Paulina (10), suena a las 7.30 horas. Aún está oscuro y comienzan su día con lentitud. Ambas estudian en el Colegio Providencia y cuando los tres salen de su casa se enfrentan a peligrosos jóvenes parados en una esquina de la población Matta.
"A la hora que uno pasa están angustiados, drogados. Entonces la necesidad puede llevarlos a cometer cualquier error o a asaltar a un niño. De hecho he visto mamás que se esperan para pasar con los niños, porque está muy oscuro a esa hora", dice este padre descontento con el horario actual.
Luego de dejar a sus hijas en el colegio parte al centro, donde trabaja como artesano. Allí pasa todo el día y vuelve a su hogar de noche. Relata que se siente perdido dos horas y le cuesta empezar su jornada.
"El consumo de luz ahora es mayor, porque gastas en la mañana y después en la noche. Antes amanecía y había sol, ahora es de noche y es todo lo contrario a lo que planteó el gobierno", explica Eduardo.
Un caso similar a sus hijas vive Brandon Arancibia, un niño de 10 años que vive en un campamento y estudia en el colegio Juan Pablo II.
"Por querer ahorrar, como dicen ellos, arriesgan a tantos niños como él, que se van a oscuras a la escuela", cuenta su padre Antonio Arancibia.
En su caso, como inspector del TransAntofagasta, comenta que "nosotros somos gente adulta, nos acostumbramos, si los que más que la pasan mal con esto son los niños".
¡a levantarse!
El bibliotecólogo de la UCN, Rinaldo Vidal, reconoce que no tiene problemas para levantarse a las 7.01 horas sin luz solar y empezar su jornada laboral de 8.00 a 17.30 horas.
"Estoy de acuerdo en que tengamos un horario único, pero creo que se equivocaron en no consultarle a los expertos y erraron la normalización. Nos dejaron súper lejos de la GMT que nos corresponde y debimos haber tomado el otro horario", expresa Vidal.
El diseñador gráfico, Claudio Cárdenas, cuenta que se levanta a las 7.00 horas a oscuras para ir al trabajo. "Entro a las 8.30 y claro, se trastoca la idea de ir al trabajo en la mañana. Es como acostarse en la noche y levantarse en la noche", dice.
Un caso similar lo vive Sophia Torres, alumna de tercero básico, quien confiesa que le cuesta poner atención en la segunda jornada escolar.
A su madre Marcela Vargas, como solución al tema, se le ocurrió acostarla a las 20.30 horas, pero no le sirve, "porque a esa hora todavía hay luz".
¿Es una buena solución la de Marcela? El psiquiatra y académico de la Universidad de Antofagasta, Dr. Luis Barra Ahumada, explica que "probablemente sí, en especial si se asocia a actividad física temprano, no menos de 3 horas antes de acostarse, una cena liviana, ojalá de 2 a 3 horas antes de dormir. Y evitar el consumo de cafeína después de las 17.00 horas".
Reloj biológico
A principio de año el ministro de Energía, Máximo Pacheco, anunció que el horario de verano permanecerá por todo el año en el territorio nacional.
El director del Instituto del Sueño y neurólogo, Walter Avdaloff, no está de acuerdo con esta medida, porque "esto significa una alteración significativa de los ritmos del sueño y conlleva a que el sueño no tenga la misma capacidad reparadora".
Y luego argumenta que con este horario se altera nuestro reloj biológico, "que es un mecanismo que tenemos en el cerebro, que nos permite mantener un ciclo de vida de luz y de oscuridad".
Respecto al cambio en la hora del gobierno, menciona que "ha habido mucha resistencia por parte del ministro. La verdad es que deberíamos volver al horario de invierno, o mantener un horario único".
Aprendizaje
¿Qué significa esto para nuestro rendimiento? El doctor Barra precisa que "existen reportes de mayor somnolencia y desconcentración entre los escolares, lo que impacta negativamente su aprendizaje. En los adultos probablemente el impacto sea menor, aunque esto se ve subsanado artificialmente con sustancias como la cafeína".