Tras el bullado dictamen de Contraloría respecto a la posibilidad de realizar bingos benéficos, cabe preguntarse dónde se encuentra la capacidad de establecer criterios lógicos sobre nuestra normativa y hasta cuándo nuestras autoridades escudaran sus resoluciones en textos anquilosados.

Es cierto que la autoridad sobre el accionar civil es prioritaria para la sana convivencia de la comunidad, por lo mismo es que se establecen las leyes y normativas, pero sin duda, debe existir acuerdo civil sobre éstas y deben ser aplicables, lógicas y actualizadas a los tiempos.

Es por ello que no son leyes divinas, las creamos nosotros, todos vamos construyendo la legislación que nos rige al elegir a los legisladores que deben, en estricto rigor, representarnos. Es a nuestros representantes a quienes otorgamos el poder de estructurar los márgenes sociales en los que nos desenvolvemos y por lo visto la ejecución de dicha responsabilidad no está dando el ancho en temas básicos, y ni que decir de los fundamentales.

En tanto vemos como aparecen normas irrelevantes ante las necesidades reales de nuestra sociedad, como la ley de salero o la del piropo, en tanto leyes de gran trascendencia como la Ley de Pesca o los márgenes de la probidad en debiese operar el mundo político, resultan ser trajes a la medida de los interesados y no acorde a los intereses de toda la comunidad.

Mientras permitamos que quienes nos representan asuman una posición de "seres superiores" que tienen una visión milagrosa y mágica sobre nuestro futuro como nación, y que merecen nuestro voto sólo por aparecer en bata blanca, por haber sido perseguidos en dictadura o por defender acérrimamente los intereses "económicos" de los Chicago Boys, seguiremos a la espera de que un iluminado llegue a solucionarnos la existencia.

Ahora si realmente queremos construir en conjunto un Chile para todos, debemos ser exigentes y disciplinados, debemos exigir programas de gobierno reales y dejar de lado las ideologías sesgadas que sólo representan a los pocos que hoy se han repartido una torta que es de todos.

Finalmente la gran mayoría del país somos aquellos que no militamos en ningún partido político. Somos nosotros realmente la nueva gran mayoría, entonces exijamos un proyecto de país que nos represente y no nos dejemos envolver de nuevo por ideologías añejas que sólo nos mantienen divididos, no por nada el dicho "divide para ganar".

La Asociación Nacional de la Prensa, Inacap y El Mercurio de Antofagasta, inician mañana una nueva versión de las Olimpiadas de Actualidad, en la que participan liceos y colegios de nuestra ciudad. La actividad tiene como objetivo fomentar la lectura entre los estudiantes y a la vez, promover un sentido de pertenencia con nuestra actualidad regional y nacional, incorporando así a los jóvenes como parte vital de nuestra sociedad.

Y es que el protagonismo que muestra la juventud nacional no es una novedad, ni menos un fenómeno desconocido. Más allá de las movilizaciones estudiantiles que iniciaron procesos reformatorios nacionales, por ejemplo, e nivel educacional, existe también un incipiente posicionamiento juvenil en la actividad política.

Probablemente, la prueba más evidente de aquello sea el nacimiento de la llamada "bancada estudiantil" en el Congreso, que tiene en el parlamento a exdirigentes de dicho movimiento, quienes desde diferentes ópticas están aportando al debate.

Y es fundamental que los jóvenes sigan participando de lo público, interesándose por lo que ocurre en nuestra sociedad en el mundo, ya que ellos pronto deberán tomar la posta.

Las proyecciones que ha realizado el Instituto Nacional de Estadística (INE) dan cuenta de que la población entre los 15 y 25 años hacia el 2020 superará los 101 mil habitantes en nuestra región. Muchos de estos jóvenes antofagastinos y antofagastinas se encuentran hoy en edad escolar, ya sea en educación básica o media.

Hoy, las Olimpiadas de Actualidad ofrecen un espacio para leer, comprender y razonar, además de informarse. Son los objetivos de una iniciativa transversal, que buscan mejorar uno de los principales desafíos que tienen los chilenos, y en particular los estudiantes, que es leer más y mejor.

No cabe duda que la lectura es un medio notable para el fortalecimiento de nuestro espíritu crítico, para la contrastación de ideas y un mejor entendimiento de lo que nos rodea.

La lectura nos abre mundos.