Dan la vida por sus hijos. Llevan una carga difícil pero la asumen con perseverancia, tenacidad y principalmente con mucho amor.
Son madres y padres antofagastinos que luchan a diario junto a sus hijos enfermos, y que deben solventar cuantiosos gastos, ya sea en medicamentos, insumos, cuidados especiales, alimentación y tratamientos.
Casos en Antofagasta hay muchos, como el de Agustín Beltrán. Para solventar los gastos, sus jóvenes padres trabajan vendiendo empanadas en un sector de la tradicional feria de "Las Pulgas".
"La gente sabe que estamos trabajando para él, reuniendo todo el dinero que podamos para solventar la alimentación especial", manifestaron sus progenitores.
También está el caso de Alejandro Castro y Jaime Irigoyen, niños que deben soportar intensos tratamientos. Sus familias hacen grandes esfuerzos por proporcionarles una mejor calidad de vida.
Pero dentro de este sombrío escenario surge una luz de esperanza, luego que el Congreso despachara el proyecto que crea un Sistema de Protección Financiera para Tratamientos de Alto Costo, como homenaje póstumo a Luis Ricarte Soto Gallegos.
Legisladores
Durante del debate los legisladores reflexionaron acerca de la calidad de la salud pública, los derechos de los pacientes y la necesidad de contar con políticas preventivas.
La idea es considerar enfermedades oncológicas, inmunológicas y raras o poco frecuentes que, cumpliendo las características que se establecen, sean determinadas a través de un decreto del Ministerio de Salud.
La iniciativa apunta a que el Fondo Nacional de Salud deberá asegurar esta protección financiera a todos los beneficiarios de los sistemas previsionales de salud de Chile (carácter universal), exceptuándose únicamente las prestaciones cubiertas por los seguros de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, el seguro obligatorio (seguro automotriz) y las pactadas en los contratos de salud previsional para enfermedades catastróficas (CAEC).
Se busca otorgar cobertura económica no sólo al tratamiento asociado a determinadas enfermedades, sino que también al diagnóstico de las mismas, cuando ello sea de un alto costo, lo que se determina por la circunstancia que su valor impida el acceso al diagnóstico o al tratamiento, o impacte catastróficamente en el gasto de los beneficiarios. Muchos padres claman por ayuda.
"Si él tiene un paro cardiaco o se le tapa la cánula, yo sé cómo actuar. Soy su mamá, su enfermera, su kinesióloga, pero aunque yo trabajara y ganara mucho dinero, el presupuesto no me alcanzaría".
Mamá de Alejandro