"Esta obra no es sólo un espectáculo, es una experiencia comunitaria". Así define la directora, Arlette Ibarra, la nueva apuesta teatral de la compañía antofagastina La Favorecedora "La Tierra está Viva". Una obra de teatro paisaje, pionera en el norte de Chile que reúne a 20 artistas regionales y nacionales, para la creación de un espectáculo que tiene como escenario principal el desierto más árido del mundo.
Una puesta en escena única encabezada por artistas locales, científicos invitados y la comunidad antofagastina, quienes tras un arduo trabajo, que se extendió por más de tres meses, lograron levantar un nuevo concepto de arte dramático que incorpora el reciclaje en la elaboración escenográfica para la creación de un espectáculo teatral de paisaje, que utiliza como ambientación natural el sector la Corporación GEN, un oasis emplazado a 22 kilómetros de Antofagasta en plena pampa.
El montaje que ya fue estrenado en abril pasado, ha concitado el interés del público y la crítica, destacando la incursión de la compañía en esta nueva forma de hacer teatro. Su directora, Arlette Ibarra, en esta entrevista nos cuenta detalles de este nuevo montaje y el difícil camino que han recorrido para sacar adelante a "La Tierra está Viva".
Cuando usted hace mención que esta es una obra comunitaria ¿a qué se refiere?
-En esta apuesta teatral se mezclan varios temas. Por un lado tenemos el arte y el acercamiento con la comunidad. Este es un proyecto que lo hicimos en conjunto con la comunidad antofagastina porque trabajamos con cuatro instituciones que ayudan a niños con riesgo social. Tuvimos una primera etapa en donde los niños de estas instituciones participaron del proceso de creación de la obra. Los niños tuvieron la oportunidad de conocer la historia del desierto, trabajaron con material de reciclaje (que son elementos que están dentro de la obra) y además pudieron vivir una experiencia comunitaria artística en la que contaban con todos estos elementos.
¿Cómo fue se llevó a cabo el proceso de creación de la obra?
-Esta es la primera vez que un grupo de artistas regionales y nacionales se va a radicar por 3 meses al desierto a trabajar en un proyecto de esta envergadura, con destacados invitados como Jorge Muñoz, quien fue participe de la compañía "Royal de Luxe" y director de la "Gran Reyneta". Fue un trabajo de residencia artística, de experimentación con el espacio del desierto y también de creación de piezas a partir de los elementos que nos estaba entregando el desierto con la basura y los residuos que hay allá. Y por supuesto con la geografía del paisaje.
¿Cuál es el concepto de teatro paisaje?
-Es una experiencia inédita porque estamos generando el concepto de teatro paisaje. A diferencia del teatro callejero en donde hay una obra que viene y se inserta en un espacio, pero que no tiene relación con el lugar, nuestra obra sí tiene una conexión con el lugar. "La Tierra está Viva" ocupa el espacio real y se cuenta una historia que tiene relación con su entorno.
¿Cuál es la historia o el mensaje detrás de "La Tierra está Viva"?
-La historia cuenta la travesía de tres niños que son sobrevivientes de un desastre ecológico y que andan en busca de un lugar donde allá vida y se encuentran con el oasis de Gen. Luego el grupo de niños sale a recorrer el desierto donde se encuentran con distintos personajes que van apareciendo en este peregrinaje. También en esta obra contamos la historia del Desierto de Atacama a través de un niño indígena. En este montaje el público nos acompaña por el paisaje siguiendo esta historia. Ese es el sentido de este teatro paisaje.
¿Cómo ha sido la respuesta del público al enfrentarse a esta nueva forma de proponer teatro?
-Extraordinaria. La gente no sabe a lo que va y obviamente se encuentra con esta invitación a recorrer el paisaje. Son familias completas las que asisten. Los adultos vuelven a ser niños y los niños toman conciencia porque es una obra para todos que entrega un mensaje respecto a nuestro habitar en el Desierto de Atacama, en la Región de Antofagasta y en el planeta. En ese sentido, los niños se sienten sumamente tocados con este compromiso de respetar y cuidar el planeta. Por supuesto como la mitad de la obra la hace el paisaje que tiene una energía y está vivo, nos está colaborando constantemente en esta seducción hacia el público, quedan fascinados porque no solo van a ver una obra de teatro, sino que va a ser parte de una experiencia sensorial.