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Las Tinas

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Antofagasta siempre ha tenido problemas con el agua. Ya sea porque es privada, por los frecuentes e inesperados cortes en el suministro o por la calidad del líquido, que mata lentamente. Aunque se diga otra cosa. (Que es lo mismo que decir "hay otros que lo niegan").

Sabedores de esta situación, los hogares de antaño disponían en los patios de una tina o un tambor, situado siempre al lado de un pilón. Esas tinas y tambores eran la mejor manera de asegurar la disponibilidad de agua ante cualquier eventualidad. ¡Hasta para sofocar algún amago de incendio sirvieron más de una vez…!

Muchos tambores fueron revestidos interiormente con cemento, lo que les permitía mejorar la calidad del agua, evitando el contacto del líquido con el óxido del tambor. Por lo demás, el agua se mantenía fresquita y agradable de beber.

En otras casas existían tinas de madera. De aquellas en que llegaban las aceitunas o que sirvieron para traer mostos desde los viñedos sureños. Había que tener sumo cuidado con las tinas, para que no se secaran, porque dejaban escurrir el agua. Era una preocupación permanente velar porque los zunchos se mantuvieran tensos y firmes.

Tambores y tinas, tenían en su interior un gran trozo de azufre. Sí, de azufre. Se sabía que el azufre impedía la proliferación de zancudos, de manera que en el fondo de todas ellas se advertía aquel enorme terrón de color amarillo.

¡Daba gusto llegar a casa, ir a la tina y beber un sorbo de agua…! ¡Cómo resultaba agradable hacer un vaso de ulpo con agüita fresca…!

Ya no existen ni tambores ni tinas. Falla el suministro de agua y al no tener reservas en casa, todos corren a los supermercados para proveerse de bidones. O esperar los camiones aljibes.

Hoy, queda de manifiesto que sería muy necesario volver a disponer de tambores o tinas en los patios. Nadie sabe cuándo se pueda necesitar el agua…. Y -cuando se requiera- allí estará la tina o el tambor, atesorando el valioso líquido que nos calma la sed… Y muchas veces la angustia.

"El cine es una caja de resonancia de lo que somos los seres humanos"

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En sus más de 30 años de carrera los romances profesionales del periodista, académico y escritor Víctor Bórquez Núñez han sido varios. Sin embargo, hay un idilio que ocupa gran parte del tiempo en la vida del profesional. Sagradamente cada jueves (día de estrenos) el periodista de 55 años tiene una cita con aquella pasión que es parte indisoluble de la existencia de Bórquez: el cine.

Una estrecha relación que Víctor Bórquez viene cultivando desde 1979 en pro de la difusión y estudio del cine. Una ardua labor que hoy finalmente se ve recompensada tras ser designado por Consejo de Rectores de la Universidades Chilena, CRUCH, como representante ante el Consejo de Calificación Cinematográfica (CCC), por un período de cuatro años.

Esta es primera vez que alguien de esta ciudad ocupa un lugar en el CCC. Sin duda, un importante reconocimiento que viene a ratificar el prolijo trabajo que ha llevado adelante el crítico de cine que cada semana en El Mercurio de Antofagasta nos entrega su análisis de los estrenos de la industria del cine con su particular sello.

criterios

¿En qué consiste su rol como representante ante el Consejo de Calificación Cinematográfica (CCC)?

-Mi trabajo consiste en viajar a la capital semanalmente para participar dos días en las sesiones habituales del Consejo de Cinematográfico, con el objetivo de revisar el material que llega al país y así poder calificar, es decir, dar el visto bueno a las películas y determinar qué público es el que podrá ver esos filmes: todo espectador, mayores de 14, mayores de 18 o advertir si las películas contienen material pornográfico o de extrema violencia o si, por el contrario, constituyen un aporte especial a la cultura y las artes.

¿Existe una pauta de criterio para calificar?

-Desde luego, una pauta base con la cual se analizan los aspectos técnicos, complementado todo esto con el criterio y el conocimiento que cada consejero aporta a la discusión que se realiza inmediatamente después de cada visionado.

¿Cuáles son los criterios claves para calificar bien una película?

-Aspectos técnicos, de montaje, de iluminación, de guión y de puesta en escena, por ejemplo, a los cuales se agregan elementos más finos como la capacidad que tiene un determinado director para tocar temas clave en el desarrollo social, la manera en que un tema es abordado con inteligencia y elementos estéticos.

¿Qué significa el cine en su vida?

-Parafraseando, más que una pasión, un sentimiento (ríe). Es un arte gigante, en constante evolución y una caja de resonancia de lo que somos los seres humanos y nuestro destino.

Si tuviera que escoger una escena de película que lo identificara ¿Cuál sería?

-(Piensa) ¡Qué difícil pregunta! Porque elegir una es dejar de lado millones… pero me inclino por tres escenas que son el paradigma del cine arte: la llegada del tren a la estación, de los hermanos Lumiére, porque nos abrió la magia del cine para siempre. El comienzo de 'Cabaret', un placer absoluto de montaje, música, historia, canciones y baile en un contexto terrible de preguerra y por cierto, los planos estáticos de 'Barry Lyndon' de Stanley Kubrick, una verdadera joya estética por descubrir.

¿Cuál es la peor y la mejor película que ha visto en el último tiempo?

-La peor, lejos, ha sido hasta ahora 'Fuerzas especiales', un bodrio absoluto y la más estimulante ha sido 'La Gran Belleza' de Paolo Sorrentino en lo internacional y 'El Bosque de Karadima' en el plano local.

¿Cuál fue la primera película que vio y qué impacto tuvo en usted?

-Siendo niño, a eso de los siete años, vi 'El bebé de Rosemary' de Roman Polanski, que de ninguna manera era para menores en ese tiempo ni ahora. Me quedé pegado con un primer plano de Mia Farrow avanzando por un pasillo con un cuchillo, en pantalla grande y en el desaparecido Cine Latorre. Un recuerdo imborrable.

¿Cuál es su opinión sobre el actual momento del cine nacional?

-Muy estimulante, están emergiendo creadores, aparecen autores y nuevos temas y se mejora cada día el aspecto técnico, faltando solamente que se haga ahora un cruce perfecto entre calidad y taquilla.