Moscú conmemora fin de la II Guerra Mundial con presencia de chinos
política mundial. La presencia de las tropas asiáticas fue interpretada como un signo del acercamiento entre las dos potencias, a 70 años de la victoria de ambas en el conflicto mundial.
Miles de tropas rusas marcharon ayer en la Plaza Roja, tanques avanzaron por las calles y aviones de combate surcaron los cielos en un gran desfile militar para conmemorar el 70° aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
Aunque líderes de Occidente boicotearon el desfile por el papel que desempeñó Rusia en la crisis de Ucrania, el presidente ruso, Vladimir Putin, fue acompañado en el Kremlin por unos 30 líderes extranjeros, incluyendo a su similar chino, Xi Jinping, que se sentó a su derecha.
En una señal de que las dos potencias están estrechando sus lazos, un batallón de tropas chinas también participó en el evento.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, también estuvo entre los asistentes al desfile. Dentro del poderoso y moderno armamento exhibido en el desfile se contó el Armata T-14, el primer tanque de batalla que Rusia desarrolla en 40 años y que tiene torreta completamente automatizada, entre otros avances.
"El Día de la Victoria es la festividad más importante para Rusia. Prácticamente en cada familia rusa alguien ha muerto", dijo Alexander Smolkin, un ex marino de 43 años.
Putin ha utilizado el aniversario para avivar el patriotismo y alentar sentimientos de prevención hacia Occidente: advirtió que el "fascismo" podría estar aumentando de nuevo y sugiriendo que otros países están rescribiendo la historia para restarle importancia al papel que tuvo Moscú en el triunfo en el conflicto. "Los principios de cooperación internacional han sido ignorados más a menudo en las últimas décadas, los principios que fueron adquiridos con esfuerzo por la humanidad dijo el mandatario.