Secciones

Virgen de La Tirana: la historia de amor que dio vida a la leyenda

devotos. La imagen de "La Chinita" se encuentra en la ciudad visitando parroquias, capillas y colegios.
E-mail Compartir

Venerada por miles de fieles chilenos y otros tantos que vienen desde países cercanos y de otros muy lejanos. Todos con un mismo anhelo, con un solo deseo: honrar a la imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana.

Cada 16 de julio el poblado de La Tirana, emplazado en la comuna de Pozo Almonte, en la Región de Tarapacá, se celebra la fiesta religiosa más grande del Norte Grande de Chile, que honra a la "Reina del Tamarugal". La misma imagen de la Virgen del Carmen de La Tirana que desde ayer se encuentra visitando Antofagasta regresando a nuestra ciudad después de 24 años.

En la jornada de ayer se efectuó una eucaristía de bienvenida oficiada por el arzobispo de Antofagasta, monseñor Pablo Lizama. Ceremonia en la también participaron más de 60 agrupaciones de bailes religiosos rendir homenaje a La Chinita.

La leyenda de La Tirana y de su milagrosa Virgen se remonta a los albores de 1535 en plena pampa del Tamarugal. Una trágica historia de amor que tiene como protagonistas a una joven "ñusta" (nombre quechua para las reinas o princesas en el imperio Inca), quien se enamoró perdidamente de un joven expedicionario portugués.

Hija de Huillac Huma, último sumo sacerdote del extinguido culto al Dios Sol, la princesa llegó junto a su padre al ejército español en su expedición de conquista en Chile. Pero con un grupo de indígenas se rebeló contra los conquistadores españoles.

Según cuenta la leyenda cuando el ejército se encontraba cerca del actual pueblo de Pica, muchos de los prisioneros incas huyeron hacia la pampa del Tamarugal, entre ellos, Ñusta Huillac y su padre. Refugiados en los bosques de tamarugos, Ñusta Huillac organizó una rebelión para restablecer el poder de su nación, llegando a ser temida tanto por sus enemigos que la nombraron como la 'Tirana del Tamarugal'.

Trágico final

Sin embargo, un día llegó un apuesto joven expedicionario portugués llamado Vasco de Almeida que había perdido su ruta hacia la mítica 'Mina del Sol'. La princesa condenó a muerte al portugués por su fe en el catolicismo, pero cuando lo conoció quedó perdidamente enamorada de él.

Los enamorados vivían juntos en plena Pampa del Tamarugal pero al ser descubierta su relación, ambos fueron condenados a muerte. Almeida, como una forma de que su amor sea eterno, convence a Ñusta Huillac para que se bautice y así tras la muerte, renacerían en el más allá y vivirían unidos para siempre.

Tras su muerte, en el lugar de la tragedia quedó una cruz que simbolizaba la muerte de los enamorados bajo la religión cristiana. En 1540, pasaba por el pueblo de 'La Tirana' el misionero mercedario Antonio Rendón, encontrando entre las ramas de tamarugos una tosca cruz de madera. Enterado de lo sucedido, ordenó construir una iglesia dedicada a 'Nuestra Señora del Carmen de La Tirana' en honor a la historia de amor que había protagonizado la bella pareja.

Hoy la imagen de la Virgen continúa con su peregrinaje en Antofagasta con visitas en parroquias, colegios y capillas.