La creciente presencia de personas en situación de calle
comunidad. Vecinos alegan por daño en plazas y aumento de inseguridad. Indigentes aseguran que alto costo de vida no les deja otra opción.
Cristian Tapia tiene 43 años y es oriundo de Calama. Es soldador con gran experiencia, pero vive en la calle. No tiene una red familiar de apoyo. Duerme en una plaza de avenida Argentina, abrigado con cartones.
"Estoy de paso por acá y como no tengo dinero para pagar un arriendo, tengo que dormir en la calle. Hago trabajos eventuales, pololitos, pero no me alcanza para solventar una vivienda establecida, entonces opté por estar en esta situación", confidenció.
Así como Cristian, hay decenas de hombres y mujeres que ocupan los espacios públicos, como parques, plazas, avenidas, el borde costero y algunas casas abandonadas, para dormir, cocinar, bañarse y también -en algunos casos- para consumir alcohol y drogas.
Junto a él, abrigado con un polerón y comiendo lechuga, su compañero de andanzas argumenta que en Antofagasta cuesta vivir porque "los arriendos son ultra caros. Además los extranjeros trabajaban por la mitad de la plata y nos dejan sin opción. Tengo que pagar una multa y no tengo dinero, y por eso me vive desde Arica", comentó.
No quiso dar su nombre pero dijo que sus palabras representan el sentir de muchos en situación de calle.
Cada persona es un mundo distinto, tienen una historia muy particular, una vida cargada de ingratas experiencias.
Muchos consumen alcohol y drogas, y por eso es difícil que puedan romper el círculo de la pobreza y la marginación.
Denuncias
En la contraparte de este problema social están los vecinos de diversos sectores de Antofagasta, que deben enfrentar una serie de inconvenientes precisamente a causa de la presencia de personas en situación de calle que se toman las plazas cercanas.
Por ejemplo, los vecinos de Antonino Toro con O'Higgins tienen alegan por un grupo de indigentes que vive en el Parque Brasil, los que han sido detenidos muchas veces y liberados al día siguiente.
Los residentes de ese sector argumentan que estas personas siembran prácticamente el terror en las madrugadas con asaltos y peleas callejeras.
Un residente de ese sector residencial, donde se ubican varios restaurantes, comentó que habitualmente advierten la presencia de dos hombres y una mujer, que son consumidores de pasta base y protagonizan numerosas peleas.
"Como ciudadanos hemos ido perdiendo espacios. El parque está tomando por esta gente que constantemente causa problemas. Si bien son detenidos por carabineros, al otro día regresan", dijo.
Agregó además que estos individuos defecan en los accesos a restaurantes y en edificios de departamentos.
"Cuando están bajo los efectos de las drogas pelean con fierros y se lanzan botellas y piedras. Los residentes ya no pueden caminar tranquilos, ni pasear a sus mascotas, porque el parque está tomado", acusan.
Intervención
En el Hogar de Cristo están haciendo frente a este problema, por ejemplo, con el Programa de Acogida, que brinda acompañamiento psicosocial y atención básica a personas en situación de calle, ya sea en dependencias propias o en el trabajo realizado en la calle.
El propósito de esta intervención consiste en apoyar a personas sin hogar o residencia, de forma temporal o permanente, producto de una situación de crisis individual, familiar o social.
El Hogar de Cristo tiene 9 programas sociales que atienden a más de 300 personas en situación de calle. Entre ellos, destacan los Comedores Fraternos que son una alternativa y ofrecen servicios de alimentación, principalmente almuerzo y cena, con un fuerte apoyo de voluntarios, con la finalidad de reducir daños. Están también las hospederías, que son un espacio de alojamiento nocturno, que entrega alimentación, acceso a servicios de higiene y orientación social. Sumando todas las líneas temáticas, el Hogar de Cristo en Antofagasta acoge a más de mil 100 personas.