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Karla Sepúlveda: la versátil actriz que apostó por las comunicaciones

perfil. La conductora de TV ahora incursiona en la producción de programas.
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Actriz, comunicadora, productora, entrevistadora, mamá de dos mujeres y hace poco tiempo abuela. Karla Sepúlveda (37) es la versátil conductora de "Boulevard, la cultura es estelar", uno de los programas con más años al aire en la pantalla local. Una propuesta televisiva que durante sus ocho años de vida ha sido visita obligada para artistas nacionales y se ha transformado en una importante plataforma de difusión de la cultura local y el trabajo de sus exponentes.

Al igual que su conductora el programa Boulevard ha sabido reinventar en cada temporada aire con nuevas secciones, incluido viajes al extranjero y apuestas como lo fue cobertura in situ del Festival de Viña Mar.

En esta entrevista la multifacética actriz quien lleva más de 10 años en Antofagasta y se considera una hija adoptiva de esta ciudad (nació en Santiago), nos cuenta las novedades que trae la nueva temporada del programa y de paso nos habla sobre la agencia de comunicaciones Factor Geek Producciones, su nuevo emprendimiento enfocado en la producción de programas de televisión.

desde cero

¿Cómo fueron los inicios de Boulevard?

-Comenzó como un programa de radio. Lo llevan a la televisión bajo el nombre de Boulevard Musical y eran videos de clásicos románticos latinos. De ahí el programa fue mutando partió en el canal Antofagasta TV con la conducción de Andrea Páez. Luego me hago cargo del programa y nos empoderamos del proyecto.

¿Cuál fue el sello que buscabas imprimir en el programa?

-El programa se vuelve un desafío personal y un hijo más. De ahí en adelante Boulevard comienza a tener una característica de darle una identidad y un sello. Ya no es solo la música por la música y, comenzamos a hablar de los músicos locales, de la bandas, de los referentes artísticos, del teatro y de todo lo relacionado con el mundo de la cultura y las artes.

En lo personal, ¿cómo han sido estos años a la cabeza del programa?

-Ha sido una lucha mantenernos al aire. Estás todo el día diseñando una visión y creando contenidos. Hemos ido profesionalizando el programa desde el punto de vista de la estética generando un look en el caso de la animadora ofreciendo una propuesta atractiva para quienes nos ven. A mí me motiva el Boulevard porque como artista me gusta la cultura y la cultura está en todos lados. Nos hemos ido de viaje a Brasil, China y Estados Unidos, para mostrar al público lo que está pasando en materia de cultura en otros países.

En ese sentido el programa ha ido evolucionado contigo…

-El formato no para de reinventarse. En esta nueva etapa vamos una vez por semana como "Boulevard, la cultura es estelar". Quisimos dejarlo en ese formato porque de alguna manera era poder dirigirnos a un público a las 22.15 horas y dejarlo tematizado. La idea es tener un rato para conversar, para reconocernos. Es un espacio para todos los que quieran estar en el Boulevard. El programa es una vitrina increíble para los artistas locales.

Hoy Boulevard goza de un prestigio que se ve validado con la cantidad de artistas que han pasado por el programa, ¿a qué atribuyes ese éxito?

-Eso ha sido gracias a una gestión y un trabajo bien potente que me ha tocado realizar y abrir puertas. Por ejemplo hablar que un canal de región tenga cobertura del Festival de Viña estamos hablando de un programa que está en las ligas mayores.

Factor Geek Producciones es tu nueva propuesta ¿de qué se trata?

-Estamos en un proyecto asociativo con Luis Ocaranza en esta agencia de comunicaciones. Lo que nosotros hacemos son programas de televisión y uno de ellos es Boulevard. También asesoramos comunicacionalmente. En este momento estamos trabajando con algunos políticos, canales de televisión y autoridades, pero siempre desde una mirada de trabajo técnica. Otro de nuestros productos televisivos es el programa Cuento Contigo.

Nuestro propósito es generar una estrategia comunicacional y un plan de medios para nuestros asociados. Queremos trabajar con producto que de alguna manera tengan lo mejor de nuestro equipo. El desafío es dar que hablar en el buen sentido de la palabra. Queremos ser unos emprendedores de las comunicaciones.

Recuerdo sentimental

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Mario Bahamonde (en la vida civil, Héctor Mario Bahamonde Silva), nació en la Bahía de Nuestra Señora de Taltal, el 17 de abril de 1910 y falleció en "el patio norte de Taltal", es decir Antofagasta, el 30 de noviembre de 1979.

Lo conocí sólo hacia los años finales de su vida y en la soledad que le trajo el autoexilio y la salida de sus ámbitos universitarios y liceanos. Tengo la imagen de un hombre concentrado en sí mismo. Parco de palabras cuando no quería proferirlas, pero alegre cuando recordaba algunas anécdotas, literaria o de su intimidad, con esas andanzas de sus "familiares" gatunos de alta estirpe, con nombres y apellidos vinosos o, tal vez, de su blanco regalón "Anónimo".

Más de una tarde lo vi trabajar sobre su máquina de escribir, mientras "Anónimo" merodeaba por sus espaldas y cabeza. Lo hacía casi de un tirón, hecho que se refleja en la mayoría de sus cuentos, todos muy bien hilvanados. Debemos suponer que sus largos silencios eran producto de todo un proceso de elaboración. Sin embargo, el primer recuerdo que tengo de él, es de muchos años antes, tal vez 1958. Es la fría Rectoría del Liceo de Hombres, cuando me señaló frente a mi madre la siguiente pregunta: ¿A qué vienes tú al Liceo? La idea completa es que estábamos en el mes de diciembre y me había quedado repitiendo por primera vez. De seguro debo haber sentido pena -y a lo mejor vergüenza- pues eso significaba mi salida del establecimiento.

Pasaron muchos, tal vez demasiados años, para que pudiera reencontrarme con el valor que fue y es Bahamonde. El hombre que coleccionó inmensos y azules mapas salitreros, el que guardaba en pequeñas cajas, cientos de fichas y papeles que el tiempo conservaba; el que tenía una amplia biblioteca, el que mantuvo miles de fichas demostrando su labor de investigador; el que añoraba, en lontananza la antigua Bahía de Nuestra Señora de Taltal, que lo hacía decir socarronamente que nuestra "Antofagasta, era el patio de atrás de Taltal, su puerto natal".