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Voz de Oliver Welden

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Aún habrá, espero, quienes recuerden ese "Perro del Amor", con bella portada de Guillermo Deisler, publicado en Antofagasta en 1970.

El autor, Oliver Welden, no olvidó escribir, y sus libros aparecen de pronto sobre el hemisferio sur recordándonos su corazón y su pluma. Luego de Oscura Palabra, llega a mis manos este año Los Poemas de Suecia.

Esta, Los Poemas de Suecia, es una palabra que duele. A veces, el hablante parece perder el idioma de origen, o quizá este pierde su condición de idioma de origen porque palabras palabras palabras se mezclan en un cerebro y luchan entre ellas por salir a la luz, por prevalecer.

Hay en un cementerio lápidas con nombres suecos, de fechas añejas y perdidas, sin embargo transmiten algo así como voces de otros, de los amados-no-olvidados que ¿dónde están?

¿Qué hace la poesía en nuestro cerebro? ¿Qué hace la lectura de infancias y adolescencias que nos dejan pegadas frases y palabras? Aparecen en poemas de Welden pedacitos de canción Nacional: puras brisas, blanca montaña; del Mío Cid: Tornaba la cabeza y estábalos catando; trocitos de canciones. ¿Será inconsciente o deliberada esta introducción de imágenes de una vida que ya no está? Confieso que no puedo evitar mezclar al hablante con el poeta y su experiencia de largo exilio.

Me conmueve especialmente Svartskalle (inmigrantes- expresión despectiva) claramente un poema más que de exilio, de exiliados, que sobrevivieron, se adaptaron, pero nunca olvidaron.

Y ese hijo (de cuántos lo he sabido) que te dice que ese país nunca fue su patria. Y ese padre que tampoco sabe cuál es su patria, quizá esa que recuerda en el sueño. Y un cerebro que no sabe en cual de tres o cuatro idiomas expresar lo que está sintiendo. "Necesito write algo tonight". Y ese orgasmo tan Absolut como vacío a pesar de su timing perfecto.

Mis alumnos dirían: es el tema del viaje, "un viaje permanente, sin arribo ni destino" y yo quisiera decirles "… a través del tiempo que como una pena lo inunda todo".

Miguel Bosé asegura que se siente "fuera de las modas"

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A sus 59 años de edad, el cantante Miguel Bosé reconoce que se siente "fuera de las modas". Pero pese a eso por estos días comienza a prepararse para dar inicio a una gira mundial para mostrar su más reciente disco "Amo".

El artista español se confiesa "adicto al escenario" e incluso llega a calificar como una "terapia" para solucionar todo tipo de problemas continuar con su carrera musical.

"Me he subido al escenario con 40 de fiebre y he bajado sin ella. He actuado con un tobillo torcido y se me ha arreglado allí y he empezado un concierto queriendo matar al mundo y he salido suave como un guante. Cualquier problema se me esfuma sobre el escenario, es tan beneficioso para mí como la meditación y el yoga", aseguró el músico a Efe.

Bosé ya dejó atrás el período que bautizó como el capítulo de los "Papitos", que estuvo comprendido por sus discos "Papito" (2007) y "Papitwo" (2012), en los que revisó sus propios éxitos haciendo dúos con otros artistas, para dar paso a una nueva etapa.

Y de cara al tour que por ahora lo llevará a México y a realizar un recorrido por su natal España, Bosé reconoce que se siente "fuera de esas modas", porque no ha estado tan presente en el último tiempo en las presentaciones en vivo.

El artista destacó el gran interés que despiertan los conciertos en América Latina. "La actitud del público ante un concierto es diferente en España respecto a Latinoamérica. Allí la cesta de la compra se compone de huevos, pan, leche y música en directo", dice sobre el consumo de conciertos en la región.

Esto porque en España ha causado polémica entre los artistas el cobro de un 21% por IVA a las presentaciones de música en vivo, lo que ha remecido a la industria.

Miguel Bosé se ha mostrado contrario a la medida tributaria e incluso se plegó a la convocatoria de un "día sin música" como protesta que ha sido planificada para el próximo 20 de mayo.