Un Peugeot rojo incrustado en la pared de un dormitorio, un microondas cubierto de barro junto a una pequeña muñeca, rostros cansados son el mejor retrato de la tragedia. El esfuerzo de años se perdió en unas pocas horas.

El hogar de Byron Zúñiga quedó totalmente cubierto de escombros y barro, al igual que cientos de hogares en Antofagasta, que fueron azotados por el frente de mal tiempo. La intensa lluvia no perdonó, no respetó clases sociales. A todos los afectó por igual.

En diversos puntos de la ciudad se viven episodios similares, unos más otros menos, miles de vecinos sufrieron con los embates de la naturaleza.

Pero indudablemente los habitantes del sector alto y aquellos que están instalados en quebradas y puntos aledaños son quienes tuvieron mayores inconvenientes y aún trabajan en la recuperación de sus casas.

Es difícil cuantificar por ahora la cifra total de afectados por las intensas lluvias, ya que poco a poco están surgiendo nuevos catastros. Muchos hogares sufrieron filtraciones y anegamientos. Los vecinos han tenido que sacar fuerzas de flaqueza para superar la emergencia.