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Suministros eran insuficientes para evacuados desde quebradas

Colapso. Problemas para habilitar albergues marcaron caótica jornada por las fuertes precipitaciones.

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Albergues inutilizables, falta de colchonetas, frazadas y plásticos, y familias no dispuestas a dejar sus casas deshabitadas, fueron algunos de los problemas que encontraron los organismos a cargo de la evacuación masiva realizada ayer, que pretendía movilizar a 50 mil habitantes de Antofagasta de los sectores con más peligro de alud: las quebradas Uribe, Farellones, La Chimba y una zona de Jardines del Sur.

El general de Ejército, Claudio Hernández Muñoz, quien asumió el control de la emergencia después de decretado el Estado de Excepción Constitucional, manifestó que "por ahora tenemos problemas con el abastecimiento de nylon, frazadas y colchones, que están de a poco adquiriéndose para trasladarlo a los albergues". El general reconoció que estos insumos no eran suficientes para el número de albergados que llegó hasta los puntos de encuentro, unas 500 personas a las 22 horas de ayer, pero que se estaba trabajando para reunir el material.

También hubo problemas para implementar los recintos como albergues. Por ejemplo, en el caso del sector Farellones fueron destinados en un primer momento -antes del decreto de Estado de Excepción- los establecimientos escuela E-80, Liceo La Portada y Escuela Fundación Minera Escondida, pero el primero de ellos también había sufrido los estragos de la lluvia, por lo cual finalmente no pudo ocuparse. En el caso de la Escuela Escondida, ésta fue la primera en alcanzar su máxima capacidad (245 personas), mientras que el Liceo La Portada a las 18 horas de ayer ya albergaba 100 personas (su capacidad era alrededor de 250).

A ese último recinto llegó un grupo de pobladores de diversos campamentos ubicados en el borde de los cerros cercanos, quienes primero habían acudido a una Iglesia Adventista a solicitar ayuda. Posteriormente la Policía de Investigaciones tomó contacto con ellos y logró convencerlos de ser trasladados hacia el liceo.

En el lugar se generó una discusión entre los pobladores, ya que un grupo quería volver a sus viviendas por temor a sufrir robos.

Ese temor generalizado marcó la evacuación y finalmente el gobierno decidió decretar Estado de Excepción Constitucional. La medida fue anunciada por el subsecretario del Interior, Mahmud Aleuy. Esto permite que las instituciones de seguridad desalojen por la fuerza a los pobladores de sectores en peligro. Pero el general Hernández, sostuvo anoche que hasta ese momento no se veía como necesaria una acción de fuerza y se esperaba incluso que a medida que la lluvia empezara a declinar, la gente pudiera volver a sus hogares.

También explicó que la ayuda comenzaría a llegar hoy por vía aérea desde Iquique y Santiago.

Pedido de ayuda

Por su parte, la alcaldesa Karen Rojo Venegas, había expresado horas antes un dramático llamado de ayuda durante un despacho con Canal 13. "Por favor si nos pueden ayudar con nylon, frazadas y comida", dijo. Agregó que los 6 albergues habilitados ya estaban repletos y "Antofagasta está completamente colapsada… es una pena, es angustiante".

Fuentes del municipio también manifestaron que no había capacidad en los establecimientos para albergar a todas las personas que quería movilizar el gobierno.

Albergados

No sólo había familias provenientes de campamentos entre los damnificados. Es el caso de Giovana Zuleta (20) quien vive en la población Prat A y sufrió el anegamiento de su casa, por lo que junto a su hijo y además embarazada de cuatro meses, decidió dirigirse al albergue y dejar a su pareja cuidando el hogar inundado.

"Estuve todo el día sacando agua, se formó una piscina en el segundo piso y llegó hacia el primero por lo que mi casa quedó toda mojada. Logramos recuperar algunas cosas pero los colchones y otros objetos quedaron húmedos. Decidí ir al albergue porque estoy embarazada y no puedo estar en un lugar así", dijo la afectada.

Campamentos

En los campamentos del lado norte no hubo mediagua que no sufriera daños por la intensa lluvia. "Por lo menos tiraremos risa hasta que nos quedemos dormidos, pero no podemos dejar las casas solas", dijo un poblador que vive junto a 7 personas en el campamento Mujeres Unidas.

La mayoría manifestó que no querían dejar sus hogares por miedo a que le robaran sus enseres. Eliana Martínez, vicepresidenta del campamento Mujeres Unidas explicó que ahí viven 55 familias y casi todos decidieron quedarse. "No sufrimos alud, pero las casas están todas mojadas. En la mañana vino la municipalidad a dejar plásticos y también vino la gente de Techo, pero estamos esperando que vengan otra vez".

En el caso de Ingrid Saa, vecina de la misma toma, junto a sus tres hijos fueron una de las familias más damnificadas al estar su casa muy cerca del cerro. "Entró el agua como un río y también se nos mojaron nuestros colchones, tuve que mover las camas a otra pieza", explicó.

Sandra Espinoza vive en el campamento "Víctor Jara". Junto a su marido y un hijo de 10 años, pretendía pasar la noche ahí pese a tener sus colchones mojados, pues no quiere que ser víctima de robos. "No recibimos plásticos y sólo nos ayudó una vecina, pero igual nos entró agua. No queremos irnos porque esto nos ha costado mucho y pedimos que nos ayuden", expresó.

En el campamento "Nueva Esperanza", su presidente Nelson Guajardo informó que el sector quedó colapsado y al igual que otras tomas, piensan no irse del lugar por razones de seguridad. "Estamos todos mojados y sólo esperamos la ayuda de las autoridades, si bien recibimos nylon en días anteriores, no fue lo suficiente".