Incomunicados
Simplemente, desaparecimos del "mapa" por varias horas. Incomunicados de la región, del país, del mundo, de todos. Incomunicados de nuestros propios seres queridos a unos pocos metros de distancia, sin saber qué hacer.
La fuerte lluvia dejó al descubierto la grave fragilidad de nuestro sistema de comunicación ante este tipo de emergencias. No se trata de buscar culpables ni mucho menos, sino una solución rápida y efectiva a un problema que puede costar la vida.
¿Qué pasaría si hay un terremoto o tsunami en la noche? ¿Cómo la comunidad se informa de manera oportunidad? ¿Quién es el encargado de liderar las emergencias en la ciudad? ¿Por qué tantas recriminaciones entre las autoridades y poco trabajo en conjunto? No sacamos nada de realizar una serie de evacuaciones de día o de noche durante el año, si lo esencial no funciona. La incomunicación es tan dramática como peligrosa, alimentando el rumor, el pánico y la desinformación.
Cuesta pensar que en pleno Siglo XXI la tecnología se transforme en un enemigo silencioso y que puede detonar consecuencias difíciles de predecir. Esta vez el canal Antofagasta TV cumplió el rol de comunicar y ello merece un justo reconocimiento, al informar sus periodistas cada alternativa y llevar el bálsamo de la tranquilidad a la comunidad.
En este análisis tampoco puede obviarse algo fundamental: la falta de los teléfonos satelitales. Estos aparatos resultan fundamental para mantener conectadas a las nueves comunas de la región y sus autoridades. ¿Dónde están? El proyecto lleva más de cuatro años, sí, cuatro años, y aún sigue esperando su financiamiento, pese a los innumerables requerimientos para su adquisición.
Otro punto para considerar en el aspecto comunicacional. En esta emergencia las autoridades quedaron definitivamente al debe, ya que se dedicaron más a pelear y recriminar sus actuaciones a través de los medios de comunicación (cuando éstos lograron salir al aire) que buscar soluciones oportunas, algo que de igual forma deja al descubierto una descoordinación monumental entre ellos.
Hay que tener en cuenta las lecciones del pasado. La incomunicación del 27/F costó la vida de cientos de personas en el sur del país, quienes esperaron un llamado oportuno que jamás llegó. Aprendamos de una vez de esta triste experiencia.