A tres meses de la Copa América
Cuando la Copa América ya entró en su cuenta regresiva, se extraña en Antofagasta una mayor difusión y promoción de este evento deportivo. Bien podría decirse que las gigantescas inversiones públicas realizadas hasta hoy para la concreción del evento, estimadas en unos $7 mil millones, no están en sintonía con lo que debiera ser una potente ofensiva en el área de las comunicaciones y el marketing.
Esta situación contrasta con el importante despliegue desarrollado en otras sedes, donde está claro que la promoción es sinónimo de la llegada de turistas, mostrar las ciudades en el país y el extranjero y de una importante inyección de recursos para diferentes sectores.
La Serena no descuidó este detalle y puso en marcha un plan de difusión nacional y al otro lado de la cordillera, siempre pensando en el concepto de aprovechar esta oportunidad y no quedarse en el conformismo.
El panorama dista en forma sideral de lo que sucede por estas latitudes. Al parecer, el ya acostumbrado turismo de negocios tiene atrofiado el concepto de saltar a una nueva escala, de ir más lejos, y quedar peligrosamente en la inercia de la nada.
Se extraña un mayor protagonismo del Servicio Nacional del Turismo (Sernatur) para proyectar una estrategia bien pensada, a fin de dar valor agregado a un evento que paseará el nombre de Antofagasta por todo el mundo, tanto antes como después de los partidos programados para el 13 y 16 de junio en el estadio "Calvo y Bascuñán".
Cuesta entender que una fiesta del deporte de estas características esté alejada de una difusión acorde a la magnitud del torneo, mirando sólo de reojo una oportunidad que puede traer grandes dividendos.
Es el momento de decir que en esta tierra de cobre también hay tesoros como las salitreras, sitios arqueológicos a nivel mundial, zonas únicas como San Pedro de Atacama, mostrar la astronomía y la belleza inconmensurable del desierto.
Hay que pensar en grande y no quedarse en lo mismo de siempre. Aún es tiempo.