Los Sommerville muestran su legado escocés en el desierto Familias con historia
Inmigrantes. David y Elena llegaron procedentes del Viejo Continente, para dejar una numerosa descendencia que hoy está comprometida ciento por ciento con el deporte y la ciudad.
El escocés David Sommerville Morris recorrió miles de kilómetros para llegar a Chile y emprender una aventura, tener una nueva vida. Junto a su esposa Elena Viola Helena, nacida en Italia, vinieron al norte en busca de un mejor porvenir.
Llegaron en 1914 y se establecieron junto a unos familiares en Iquique. Estando en Chile tuvieron dos hijos, James y Claire.
Al término de su estada en Chile (1926) regresan a Escocia (James tenía apenas 6 años). Estando allí y producto del fallecimiento de su padre a temprana edad, la familia materna se hace cargo de la educación de James.
En 1938 realiza su servicio militar y regresa a Chile para trabajar en una compañía inglesa. A raíz del inicio del conflicto bélico mundial, en 1939 se traslada a Liverpool y participa activamente en la Segunda Guerra Mundial con el ejército del Imperio Británico, siendo enviado a distintas colonias británicas que eran ocupadas por el ejército imperial Japonés. Estuvo también en Borneo, Sumatra y Birmania, entre otros.
Guerra
En combate en el frente asiático contra el imperio japonés, fue reconocido por sus extraordinarios servicios prestados a la corona Británica recibiendo las medallas de las campaña realizadas y la de su regimiento (la Reina Isabel II le hizo llegar copias de esas medallas).
Sus hijos orgullosos relatan que una vez finalizado el conflicto bélico sirvió en el periodo de post guerra en la India como policía militar. Contrae matrimonio en Escocia, pero luego se divorcia y se traslada a Chile donde contrajo nupcias con Adriana Ulloa, pero a los años enviudó, por lo que nuevamente se casó, esta vez con Elena Clift. La descendencia de James Graham Sommerville es bastante numerosa, ya que con sus tres matrimonios sumó 12 hijos. Con su esposa escocesa tuvo a Bety Claire y a Caroline, ambas fallecidas.
En Chile y de su segundo matrimonio tuvo a Bruce (fallecido), Oscar, Karen y Ellen. Finalmente, de su tercera relación nacieron Zvonimir, Ian, Graham, Christian, Heather y Hazel.
Matrimonios
Estando en Chile, James se dedicó a los negocios de la familia durante su estada en Viña del Mar. Gracias a sus notables habilidades en la contabilidad y sistemas de archivos se trasladó luego al norte, donde trabajó en la oficina Alemania y en la oficina Dupont donde conoce a la que sería su tercera esposa.
Estuvo en la Mina Amincha (cerca de la frontera con Bolivia propiedad de Mantos Blancos). Terminó su vida laboral en Minera Mantos Blancos en Antofagasta, donde se desempeñó como jefe de bodega general.
James Summerville siempre se destacó en los deportes, especialmente los de origen británicos. Practicaba rugby y criquet, pero como en Chile no había criquet, apoyó al béisbol, deporte donde le tocó ser presidente de la asociación local.
Deportistas
Ese fue el origen para el surgimiento de destacados deportistas. Destacaron siempre sus hijos Zvonimir, Ian, Graham, Christian, Heather y Hazel, y posteriormente sus nietos.
Fue colaborador activo del béisbol antofagastino y su gestión resultó clave para conseguir el actual diamante donde se practica el béisbol local.
Además fue presidente del Comité de Padres del Grupo Scout "Fátima".
Le gustaba mucho jugar a los bolos. Sus hijos destacan sus valores, virtudes, si buen carácter y el hecho de ser un hombre trabajólico, emprendedor, que luchó por el crecimiento de la ciudad.
Amaba el deporte y la vida familiar, y eso fue lo que le inculcó a sus hijos. Sus restos descansan en el mausoleo de la colectividad británica (cementerio de Antofagasta).
"Era un hombre muy responsable, trabajólico, sano de mente. Era además muy generoso, y poco a poco nos fuimos enterando de eso. Cuando falleció muchas personas se acercaron a nosotros para decirnos que él los había ayudado, que les había dado trabajo", cuentan sus hijos.
Sentimiento
Siempre quiso lo mejor para Antofagasta, para la zona donde se estableció y dejó sus raíces. Fue impulsor de muchas iniciativas, y sus hijos y nietos siguieron por la misma senda.
"Nos entregó muchos valores, el amor por la familia. Nuestro padre no hablaba mucho de la guerra, y muchos años después cuando le amputaron sus piernas, eso no le importó, porque él decía que en la guerra hubo momentos muy duros. De hecho, tenía las huellas de esquirlas en su cuerpo", precisaron sus hijos.
El apellido Sommerville en Antofagasta está ligado al béisbol, al deporte, al sentimiento de superación y a la unión familiar. Las actuales generaciones están cumpliendo precisamente el rol de contribuir al crecimiento de la ciudad.
Hace casi un siglo que el primer Sommerville arribó a Chile y hoy sus descendientes lucen orgullosos tal apellido.