Bombal, mujer de letras
Mujer-ídola que supo y pudo empatizar con la esencia del ser mujer. Magistralmente conectar la vida con la muerte. María Luisa fue una grande de la literatura chilena, por esos años en que, para la mujer, los brillos públicos eran caros y difíciles.
Una chilena que -con la fuerza que era su gran valía- dejó sentimientos transversales. La búsqueda eterna y porfiada de la esquiva felicidad, desamor, frialdad en las relaciones.
En El Árbol muestra a la mujer risueña que se cuelga del cuello del marido rogándole 'cinco minutos de atención' pero él, nunca puede. Ella vive como muchas, a la sombra de un árbol que crece en su ventana y va minimizando con su sombra la decadencia de los días y de paso, envolviendo en una irreal penumbra la solitaria existencia de la que ya no es más risueña. El imposible 'nosotros' jamás logrado en el matrimonio que termina con dos preguntas claves: ¿por qué te vas? ¿por qué te quedabas?
En La Ultima Niebla, entrega el sentimiento puro y ancestral de la negación femenina a vivir sin amor. La protagonista, casada con un primo viudo, sólo vive una noche de pasión (con un desconocido) y es, este único encuentro, el que da sentido a su vida. Luego nos lleva a un final que nos deja pensando y cuestionando la propia existencia.
¿Y la muerte? ¡María Luisa pudo empatizar magistralmente con la muerte! en La Amortajada, allí la mujer nos habla desde el féretro, narrando, a medida que van apareciendo en su velatorio los protagonistas de su infeliz existencia, una compleja trama de egoísmos, frustraciones y desencantos.
La esencia de la mujer, sensible más que instruida por naturaleza, es el núcleo de sus historias. 'Supo', vivió intensamente y sufrió, pero se dio un lujo y esto fue escribir, decir su verdad… 'Qué agradable es ser ignorante, no saber quien fue Mozart, desconocer sus orígenes, su técnica. Dejarse llevar de la mano por su música, por un puente de aguas cristalinas que corren por un lecho de arenas rosadas...'.
Linterna