Turismo en Antofagasta: Sin permiso concedido
Cuando hablamos de turismo regional es San Pedro de Atacama "la niña bonita" del baile con cifras que la posicionan como uno de los tres puntos más visitados en Chile. Datos sobre los cuales descansan, desde hace décadas, las autoridades diciendo: "Hemos hecho bien el trabajo". A eso sumar el, siúticamente llamado, "turismo de negocio" que no es otra cosa que personas que están obligadas a venir pero si fuera por ellos estarían cerrando tratos en Reñaca o La Serena.
Pero nuestra región es mucho más que San Pedro de Atacama. Nuestra Perla del Norte es: La Portada, las mineras, salitreras, observatorios, bahía, en fin, su historia. Pero si vamos al desgloce, el panorama no habla de otra cosa que un cúmulo de lugares que no conversan entre sí, dejando al descubierto un retraso primitivo de servicios que impiden calificarlos como sitios "turísticos".
Para llegar a La Portada es necesario vehículo particular o tener una cuenta en el Banco de Suiza para pagar el taxi. Las oficinas salitreras no están al fácil alcance de quienes visitan nuestra ciudad o para quienes habitamos en ella. Si hablamos de nuestro orgullo: la minería, sus faenas no se pueden visitar sin previo permiso. Sumemos Paranal que, al igual que la minería, practicamente requiere permiso Papal para su ingreso.
¿Es muy descabellado pensar en un servicio que haga recorridos por las salitreras? ¿Un café-mirador o un hotel para turistas en Paranal?¿Un minibus para La Portada o un recorrido guiado y abierto todos los días en la mina de Chuquicamata? La respuesta es sí, es descabellado. Esto debido a que, pese a algunos pocos emprendedores que intentan rescatar nuestra historia, es necesaria una política pública que salte del papel a la práctica y logre unir estas individualidades. Falta también el compromiso de, al menos, la minera (Estatal) Codelco de entender que una forma de generar aquel cariño perdido con nuestra zona es conocerla en primera persona y no solo mediante balances anuales en papel couché.
Soy un convencido que esto se puede lograr pero con un golpe de timón radical. De lo contrario, lo único que nos quedará es que los turistas sigan conociendo un solo punto del resto de nuestra región: el aeropuerto de Calama que los lleva a San Pedro de Atacama.