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La ONU cuestiona la legalización de la marihuana en Uruguay

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El organismo de la ONU encargado del control de los estupefacientes reiteró ayer su "honda preocupación" por el hecho de que Uruguay se haya convertido en el primer país del mundo en legalizar la compraventa, distribución y consumo de cannabis.

En su informe de 2014, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) vaticinó que el paso dado por Uruguay "afectará negativamente a (...) la lucha contra la droga" en otros países.

"Uruguay se ha convertido en el primer Estado parte en la Convención de 1961 que ha legalizado la producción, la distribución, la venta y el consumo de cannabis y sus derivados con fines que no sean ni médicos ni científicos", recordó el informe.

La Junta subrayó que la ley que autoriza al Estado uruguayo a "asumir el control y la regulación de las actividades" de compraventa, distribución y almacenamiento de la marihuana, aprobada en diciembre de 2013, "es incompatible con lo dispuesto" en la citada convención.

En capítulo especial dedicado a Montevideo, la JIFE insta al Gobierno uruguayo a elaborar "medidas eficaces y exhaustivas de fiscalización de drogas cuyo objeto sea reducir la demanda ilícita de drogas". El órgano de Naciones Unidas asegura que "proseguirá su diálogo con el gobierno de Uruguay", para el cual enviará "una misión de alto nivel" al país sudamericano.

La JIFE también dijo estar "preocupada" por la legalización de la marihuana en cinco estados de EE.UU. En Colorado y Washington ya se puede comprar y consumir libremente cannabis, mientras que en los estados de Alaska y Oregon, así como en la capital, Washington, se aprobaron iniciativas para legalizar el cannabis para uso recreativo.

El reporte, consigna, además, que alrededor de 5.500 millones de personas tienen nulo o muy limitado acceso a analgésicos opiáceos -como la morfina y la codeína- usados para paliar los intensos dolores de enfermedades como el cáncer. Por ello, la Junta instó a los gobiernos a "considerar la disponibilidad de drogas con fines médicos como una prioridad de salud pública".

Netanyahu critica acuerdo con Irán desde Washington

EE.UU. En su polémico discurso en el Capitolio, el líder israelí dijo que las negociaciones allanan el camino de Teherán a armas nucleares.

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En un discurso que ha provocado controversias políticas en los dos países, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo ayer ante una sesión conjunta del Congreso de EE.UU. que las negociaciones que adelanta Washington con Irán serían "casi una garantía" de que Teherán llegue a tener armas nucleares, un paso que, dijo, el mundo debe evitar a toda costa.

"Irán ha probado una y otra vez que no merece confianza", sin importar lo que diga sobre permitir la verificación de los términos de cualquier acuerdo creado con el fin de evitar que tenga armas nucleares, dijo.

Netanyahu advirtió que "es un mal acuerdo. Es un muy mal acuerdo", y vaticinó que éste llevará al mundo a afrontar "un Irán más peligroso, un Oriente Medio lleno de bombas nucleares, y una cuenta atrás hacia una pesadilla nuclear potencial".

Netanyahu habló poco después que el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se reuniera durante más de dos horas en Suiza con el ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, con la esperanza de acordar un marco internacional para un acuerdo que reduzca las ambiciones nucleares de Teherán.

La exhortación del líder israelí ocurre dos semanas antes de las parejas elecciones en su país, donde aspira a un nuevo periodo, y después de que la invitación de dirigirse al Congreso extendida por el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, provocara una tormenta política en EE.UU.. Más de 48 representantes y senadores demócratas dijeron que no asistirían al discurso, algo muy poco común dados los estrechos lazos entre ambos aliados.

Muchos de los planteamientos de Netanyahu fueron recibidos con fuertes aplausos por parte de los legisladores federales, y no sólo republicanos. Pero la retórica no persuadió a todos.

Nancy Pelosi, líder de la minoría en la Cámara, hizo un esfuerzo visible por no aplaudir. Y cuando el líder israelí pidió un mejor acuerdo con Irán, abrió los brazos a manera de exasperación e hizo un gesto negativo con la cabeza. La Casa Blanca expresó su disgusto con el discurso, y despachó al vicepresidente Joe Biden a un viaje al extranjero, lo que significó que no ocupó su lugar tradicional en la tribuna de la Cámara durante la alocución. Netanyahu tampoco se reunió en la Casa Blanca con Obama.

El Gobierno de EE.UU. calificó ayer de retórico y carente de alternativas el discurso de Netanyahu. Exigir que Irán "se rinda no es un plan", comentó en un comunicado enviado a EFE un alto funcionario estadounidense que pidió no ser identificado. "Hemos sido absolutamente claros sobre que las actuales negociaciones están a punto de evitar que Irán obtenga un arma nuclear. Estas negociaciones no son una apertura a la reconciliación con Irán", subrayó la fuente.