En 1956 las familias antofagastinas vivieron momentos dramáticos por la escasez de agua y los problemas de cortes de energía eléctrica. La crisis preocupó a un científico oriundo de la ciudad, quien por ese entonces tenía hijos pequeños. La angustia vivida dio origen al atrapanieblas, invento que por estos días revivió al ser llevado a París, Francia, a la exposición "Le bord des mondes", la cual reúne en el museo Palais de Tokyo, obras de científicos, coleccionistas y de personas que no se consideran artistas, provenientes de distintas partes del mundo.
La creación pertenece al físico y académico de la Universidad Católica del Norte (UCN), Carlos Espinosa Arancibia.
La estructura que forma parte de la exhibición en París es una réplica de un atrapanieblas realizado en 1978, y que fue reconstruido por la Escuela de Arquitectura de esa casa de estudios superiores, con la asesoría de su creador y la ayuda de uno de sus hijos.
Dentro de su sencillez, por toda esta situación, al profesor Carlos Espinosa lo invade una gran satisfacción y a la vez sorpresa, porque algo que nació con un fin científico termina siendo algo valioso y reconocido, por su utilidad y diseño estético.
Una vez finalizada la muestra internacional, en mayo próximo, piensa llevar la estructura a su casa como recuerdo de un regalo que le hizo la Unesco, organismo que financió los experimentos en sus primeros años. La idea es que puedan verlo los más jóvenes de la familia, sus nietos y bisnietos, para que sean testigos de un trabajo de 30 años.
UN SUEÑO
"Ver una ciudad que sufría, la motivación familiar recibida y el trabajo de un equipo de investigadores del Departamento de Física de la universidad, fue el origen a esta iniciativa. Logramos salir del apuro con esta idea que en esa época era un sueño o parecía una chifladura", recuerda Espinosa, Doctor Honoris Causa de la UCN, quien a sus 91 años de edad es un activo docente vinculado a esa casa de estudios, a la Escuela de Arquitectura y a la Carrera de Ingeniería en Construcción.
Cuenta que desde sus inicios recibió apoyo de mucha gente y también de la Universidad, institución que en esta ocasión nuevamente lo respaldó para llevar la estructura a la exposición en París, proceso a cargo del director de la Escuela de Arquitectura, Dr. Sergio Alfaro Malatesta.
Espinosa pensaba que esta tecnología, que rescata el agua de las nubes, ya estaba olvidada, sin embargo, se llevó una gran sorpresa al recibir la invitación para participar en la exposición internacional que está abierta en el Palais de Tokyo, ubicado en el distrito 16 de París, un monumental edificio construido en 1937 dedicado al arte moderno y contemporáneo.
En el evento internacional, la estructura ha causado un gran impacto entre artistas, científicos y visitantes, quienes no solo aprecian su funcionalidad, sino también su belleza y diseño. El científico antofagastino recuerda que para lograr la forma final, el equipo pionero fue armando la idea con fósforos, levantando distintas configuraciones, con el propósito de elegir el mejor modelo, alcanzando una estética valiosa y agradable a la vista.
EXPOSICIÓN
El trabajo del "padre de los atrapanieblas" es exhibido junto a obras de destacados exponentes como el físico y artista holandés, Theo Jansen, y el escultor griego Takis, quienes presentan estructuras que "caminan" y campos magnéticos, respectivamente.
El director de la Escuela de Arquitectura de la UCN, Dr. Sergio Alfaro, quien estuvo a cargo del traslado y de la presentación de la estructura en Francia, explicó que esta mide 2,76 metros de altura por 1,65 de ancho y 2,85 de largo.
Presta la utilidad de captar 300 litros de agua diarios de las nubes o camanchacas. Es una forma orgánica inspirada en la macro estructura del diamante, que en sí puede ser considerada una verdadera obra de arte, ya que está basada en los principios geométricos y para llevarla a cabo se requiere de un orden y un sentido.
Alfaro destaca el sentido social del trabajo de Espinosa, que en la actualidad es reconocido a nivel internacional como precursor de esta tecnología.
El académico de Arquitectura se siente orgulloso y satisfecho de la participación de la UCN con el atrapanieblas, y señala que con el montaje de la estructura tuvo la oportunidad de encontrarse con diversidad de exponentes y sus creaciones. Todo esto, destaca, le permitió ver de cerca la importancia del trabajo desarrollado desde hace varias décadas en Antofagasta.
Considera que en las distintas disciplinas siempre está presente el arte, y que la muestra "Le bord des mondes" rescata las fronteras difusas entre el arte, la ciencia, la estética, la literatura e incluso el teatro. "Se trata de un evento notable de alto nivel donde se encuentran críticos de arte, periodistas especializados, y que es todo un éxito, lo cual reconocieron también los curadores de la exposición".