Sincera, solidaria y agradecida son algunas de las cualidades que mejor representan a la notario Camila Jorquiera Monárdez, que en poco tiempo se ha forjado un camino y un prestigio en la ciudad, a base de esfuerzo y perseverancia.
La abogada, orgullosa madre de tres hijos, ha enfocado sus esfuerzos para ayudar a diversas instituciones. Brinda asesoría y atención gratuita, a modo de agradecer a la vida. Dice que para ella es un "deber" ayudar al más necesitado.
¿De qué zona eres y quiénes integran tu grupo familiar?
-Nací en el sur y fui criada en Punta Arenas. Mi infancia se desarrolló allá. Parte de mi familia está aún en esa zona.
Mi grupo familiar está conformado por mis tres hijos. Tengo unos mellizos de 21 años; uno estudia Derecho y el otro Ingeniería. Son Matías y Nicolás. El menor es Ignacio, que tiene 12 años. Soy separada y he asumido la crianza de mis hijos, que son mi tesoro.
¿Desde pequeña tuviste ese sentimiento de compromiso social, de justicia?
-Todo estudiante de Derecho ama la justicia. Antes de ser notario yo trabajaba en distintas organizaciones, como el consulado de Perú en Santiago. Hacía asesoría gratuitas a los inmigrantes, incluso se hizo un libro de ayuda. En ese texto yo recogí todas las necesidades legales que tenía la gente.
Desde niña vi el ejemplo de mis padres que participaban en distintas organizaciones. Elegí estudiar Derecho porque es una carrera con la que uno puede ayudar en distintas áreas. El tema social está vinculado con nosotros.
Llegada
¿Hace cuatro años llegaste a la ciudad, y ya te sientes una antofagastina más?
-Efectivamente, llegamos hace cuatro años y de inmediato recibimos el apoyo, sentimos el cariño de la gente.
Como jefa de hogar soy apoderada de curso, tengo responsabilidades, las que debo compatibilizar con mi trabajo en la notaría.
En lo referente a mi trabajo, estoy comprometida al ciento por ciento.
Tengo un equipo de 20 mujeres y un varón, que me respaldan en la actividad diaria. Casi todas las funcionarias de aquí son jefas de hogar, separadas, con distintas realidades, pero hemos asumido la tarea de brindar el mejor de los servicios a la comunidad.
Además hay un fuerte compromiso social de tu parte. ¿Cómo se gestó eso?
-Hace dos años a mi padre le detectaron un cáncer al estómago y por eso tengo esa sensibilidad de trabajar con distintas organizaciones que han surgido en Antofagasta. Esta enfermedad genera un tremendo desgaste emocional y también económico.
Hay enfermos que están en estado terminal en sus casas, que no pueden moverse, pero que requieren hacer trámites legales, entonces hicimos un convenio con el Centro Oncológico. Yo me traslado a sus domicilios y les tomo la firma de esos documentos. Hago personalmente ese trámite en forma gratuita, porque veo tanta necesidad.
¿Cuáles fueron tus inicios profesionales?
-Comencé mi carrera en la comuna de Palena, y el 2008 nos tocó el volcán Chaitén. Me quedé literalmente con mi casa tapada. Hubo muchas familias que lo perdieron todo.
La gente quería rescatar su historia, las fotografías, mucha gente lo logró. La enseñanza que dejó es la unión familiar.
Siento que debo agradecer a la vida, a Dios, por las cosas que tengo, unos hijos maravillosos, que son mi principal pilar y mi orgullo.
Mis padres me inculcaron valores, el amor a la familia y al prójimo, a retribuir lo bueno que uno recibe. Yo no siento que es una obligación ayudar, sino que es un deber para el ser humano hacer algo por la sociedad.
¿Entonces te sientes bendecida, y quieres retribuir a quienes más lo necesitan?
-Voy a cumplir cuatro años en Antofagasta y de alguna forma debo agradecer a la tremenda acogida que me dio la ciudad. Tenemos empresas pequeñas y grandes que nos han dado la confianza. Yo soy la cabeza, pero tengo un equipo que me apoya.
¿Actualmente estás apoyando a varias instituciones?
-Hay gente maravillosa que integra estas organizaciones, como por ejemplo la Corporación "Laureles" que lidera Patricia González. Actualmente formo parte del directorio.
También apoyamos al Centro de la Mujer. Hemos atendido a mujeres que vienen por ejemplo a certificar lesiones. Vienen con sus heridas, pasan por momentos difíciles, pero siempre hay tiempo para una conversación, para apoyarlas.
Apoyamos a la Corporación de Atención al Ciego, en todos los trámites. Ayudamos al Centro Oncológico y a la fundación "Canis", que se preocupa de nuestros hermanos menores.
¿Cuál es la clave para salir adelante, para superar obstáculos?
-Hay que pensar en lo más importante, en nuestros afectos. Hay que cuidar y proteger a nuestros padres. A las mujeres les digo que siempre tengan esperanza, optimismo, fe. No soy quién para aconsejarlas, especialmente en esta zona donde veo a mujeres que trabajan en duras condiciones, pero sé que ellas salen siempre adelante por sus hijos.