Por tratarse de un proyecto que excede el periodo de la actual administración municipal, requería siete votos para su aprobación, pero sólo consiguió cinco.
Las ausencias de los concejales Roddiam Aguirre, Jaime Araya y Antonio Cárdenas, más las abstenciones de Patricio Reyes, Andrea Merino y Doris Navarro, impidieron que la alcaldesa Karen Rojo cumpliera su deseo de dejar sellado ayer el contrato con la empresa Santa Marta por el diseño, construcción y operación del relleno sanitario Chaqueta Blanca.
Desde un principio se pronosticaba que en su primera votación la propuesta de la edil corría serio peligro de fracasar.
El alto quórum requerido (dos tercios del concejo) y la ausencia tres de sus integrantes, dejaba casi sin margen de error al municipio. De ocho votos posibles, tenía que conseguir siete y estaba claro que varios concejales tenían demasiadas dudas como para dar su apoyo de inmediato.
Al final, si bien no hubo rechazos, la propuesta de la alcaldesa no logró el mínimo requerido, lo que obligará al municipio a agendar una nueva votación los primeros días de marzo.
POSTURAS
La sesión fue tensa desde un comienzo debido a las interrogantes planteadas por varios concejales, sobre todo los tres que al final se abstuvieron.
El tema que más inquietaba a los ediles era la presencia de pertenencias de explotación minera en el terreno elegido para el relleno sanitario, asunto que también ha sido materia de consultas permanentes por parte del Gobierno Regional y la Subdere, socios del municipio en este proyecto.
Además, la concejala Doris Navarro pidió aclarar si existe una solicitud de exploración minera de parte de la empresa KDM (la otra postulante al contrato), interrogante que en definitiva no quedó resuelta.
PROYECTO
Otro tema que concentró la atención de los concejales fueron las eventuales consecuencias de la nueva evaluación técnica realizada al proyecto.
Tal como se ha informado, Chaqueta Blanca perdió su RS el 31 de diciembre y lo que hizo el municipio fue presentar el proyecto nuevamente a evaluación para reponer este permiso, sin el cual no puede recibir financiamiento público.
La RS fue repuesta por la Seremi de Desarrollo Social apenas unas horas antes de la votación, pero la duda que surgió a continuación era si el proyecto que finalmente obtuvo este visto bueno era el mismo que el año 2012 se estudió y recibió el financiamiento.
La inquietud fue alimentada por la propia directora de Control del municipio, Cecilia Aqueveque, quien dijo a los concejales que no estaba en condiciones de certificar aquello por el poco tiempo que pasó entre la llegada de la recomendación y la sesión.
MOLESTIA
Las interrogantes planteadas por los concejales en varias ocasiones despertaron la molestia de la alcaldesa Karen Rojo.
"Existen pertenencias minera en toda la región, entonces, por qué estamos poniendo piedras en el camino (…) Qué es lo que les cuesta entender", manifestó en un instante la edil, con una mezcla de enojo y frustración.
"Es el colmo, es el colmo", siguió reclamando Karen Rojo ya con el micrófono apagado.
Tras la votación, y un poco más tranquila, la edil lamentó que los concejales no hayan dado los siete votos que se requerían para aprobar el contrato con Santa Marta e insistió en que estaba todo dado para haber resuelto el tema ayer mismo.
Por su parte, Víctor Silva, líder de la agrupación No Más Quemas, que representa a las familias que habitan en las inmediaciones de La Chimba, manifestó que dilatar el proceso, aunque sea pocas semanas, es una tragedia para las personas que permanentemente sufren por la presencia del actual basural.
Silva también calificó como "una vergüenza" que concejales lleguen "desinformados" a una votación tan relevante para los intereses de los vecinos y fustigó la ausencia de tres ediles en la sesión de ayer.