Daniela Bravo estaba desconcertada. Hace tres semanas las autoridades de Salud le informaron que su hijo, Alejandro, había arrojado 59,9 microgramos de plomo por decilitro de sangre (ug. por dl.), situación que lo ponía en el rango donde era necesaria una intervención médica urgente.
Sin embargo, los nuevos exámenes que ayer recibió corrigieron dicho escenario.
El niño, alumno de transición menor del jardín infantil Semillita, ahora apareció con 2 ug. por dl., indicador que, según le explicaron los doctores, significa que no tiene riesgo inminente y, por lo mismo, no requiere tratamiento.
"Es mucha la diferencia entre el primer examen y el que me entregaron ahora, cuesta entender lo que pasa" comentó la mujer, de 30 años, mientras abandonada el Policlínico Pediátrico Medioambiental habilitado en el hospital.
EXÁMENES
La situación de esta apoderada se está repitiendo con muchos de los exámenes que desde el lunes comenzaron a recibir padres de los jardines Semillita y Los Pollitos.
Este nuevo muestreo fue solicitado a fines de enero por el gobierno debido a los altos niveles de contaminación que evidenciaron estudios realizados previamente en el Departamento de Química de la Universidad de Antofagasta.
La casa de estudios analizó 99 muestras y en todas detectó presencia de plomo, pero lo más inquietante es que en 94 casos el indicador superó los 10 ug. por dl., que es el nivel a partir del cual los niños deben recibir tratamiento para eliminar el metal pesado.
El estudio universitario incluso mostró a niños en rangos cercanos a 90 ug. por dl., lo que supera las mediciones hechas en el tiempo que el plomo era almacenado a granel en el puerto y los patios del ferrocarril.
Con la entrega de las primeras contramuestras del ISP esos niveles de contaminación comienzan a quedar descartados.
Hasta ayer, de 39 exámenes entregados, todos estaban bajo los 5 ug. por dl., registro que en el protocolo definido por las autoridades implica que el paciente no requiere cuidados especiales.
DIFERENCIAS
El director del Servicio de Salud, Zamir Nayar, confirmó diferencias importantes entre las primeras contramuestras conocidas y los exámenes practicados antes en la UA.
"Frente a los exámenes que hace un tiempo nos generaron cierta preocupación, porque eran poco consistentes, ahora tenemos nueva información que es más consistente con lo que clínicamente se observa en los niños", indicó.
En efecto, las contramuestras conocidas se alejan bastante de lo que midió el Laboratorio de Química de la UA.
Aunque existe plomo en los niños, la contaminación no llega a niveles peligrosos para la salud, tema que por cierto tranquilizó a las autoridades.
Apoderados
Gisela Contreras, vocera de los apoderados del jardín infantil Semillita, dijo que la información compartida por los padres que ya recibieron los exámenes efectivamente apunta a resultados mucho más bajos, pero aclaró cuál, a su juicio, sería la real explicación.
La vocera comentó que las últimas muestras fueron tomadas cuando los niños ya no estaban en clases. De ahí la diferencia con los exámenes de la UA, que corresponden a un periodo de alta exposición.
"En mi opinión, los dos exámenes están bien. Las muestras que arrojaron niveles altísimos (UA) y las de ahora (ISP), el tema es que fueron tomadas en dos momentos distintos", indicó.
Contreras explicó que los únicos exámenes confiables para los padres serán los que realice la CMDS a contar de la próxima semana, pues en esos se utilizarán muestras de pelo y uña de los niños.
"Esa es una técnica que mide exposición histórica y no puntual, como hace el examen de sangre", argumentó.
La apoderada acusó al gobierno de insistir en el uso de exámenes de sangre para reducir artificialmente la cantidad de niños que necesitarán medidas de control hasta la edad adulta y con ello el costo económico de la emergencia, acusación que Zamir Nayar negó de plano, asegurando que "todos los niños recibirán atención por temas asociados a contaminación para siempre".
Nayar también afirmó que si bien el momento en que se toma la muestra puede influir, la distorsión es mínima y no afecta la validez del examen.