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Los Llano Ayoroa, orgullosos de su rica herencia boliviana

forjadores. Matrimonio se estableció hace más de 30 años en la zona, contribuyendo con su trabajo y esfuerzo en favor de la región.

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Llegaron a Antofagasta sólo por dos años motivados por compromisos laborales, pero ya pasaron treinta años y continúan establecidos en la zona, siendo un aporte y contribuyendo con el progreso de la ciudad.

La familia Llano Ayoroa arribó procedente de La Paz, Bolivia, y hoy sus hijos y nietos llevan orgullosos el apellido, las raíces y también están agradecidos del país y de la ciudad que los acogió.

Rosario Ayoroa recuerda que con su esposo Víctor Llano llegaron hace más de treinta años porque él viajó a Viña del Mar para participar en unos cursos de comercio marítimo.

El es especialista en comercio exterior en el área de minerales. Fue así que llegó a trabajar en una empresa española, chilena y boliviana. Lo contrataron por dos años para que se estableciera en Antofagasta.

Establecidos

"Al principio no me agradó mucho la idea, porque yo tenía mi trabajo y estaba estudiando Derecho. Pero finalmente nos vinimos con las dos hijas que estaban pequeñas, Verónica (dos años y medio) y Patricia (un año y medio). Mi esposo decía que quería comprar una casa en Antofagasta y yo le decía que no, porque pensaba en Bolivia", comentó.

Estuvieron un tiempo en la Coviefi y después de dos años decidieron hacer un viaje a Iquique. "Mi esposo iba a trabajar para allá y yo aproveché de ir en otra camioneta. Desafortunadamente antes de llegar a la ciudad el vehículo en el que viajaba fue chocado por un camión. Víctor sacó la peor parte ya que sufrió la amputación de su pierna izquierda y tuvo derrame interno", dijo.

El accidente les cambió la vida y debieron posponer su retorno a Bolivia. Como fue accidente de trabajo tuvieron que trasladarse a Viña del Mar para iniciar el proceso de rehabilitación.

Algunos familiares de Bolivia tuvieron que venir a Chile para ayudar en los cuidados de las dos pequeñas, ya que el matrimonio tuvo que estar largo tiempo en recuperación.

Hijos

"Eso nos motivó a quedarnos, porque las niñas ya estaban en el jardín, en el colegio, y mi esposo dijo que nos quedáramos en Antofagasta porque a él le gustaba la ciudad y era tranquila, ya que podíamos estar cerca del puerto. Además nacieron dos hijos más, Víctor Rodrigo y Orieta", manifestó Rosario.

Mientras su esposo se dedicaba a la actividad naviera formó su empresa. "Hubo tiempos difíciles, pero gracias a Dios a nosotros siempre nos fue bien. Mi esposo siempre trabajando, pese a la limitante de haber perdido una pierna, él siguió adelante. Los médicos siempre le decían que tenía una gran fortaleza, pero él siempre ha sido así, luchador", dijo.

Pero el propósito de esta familia boliviana era no perder sus tradiciones. Rosario comentó que mucha gente desconoce la riqueza de la cultura boliviana. Fue así que formaron junto a un grupo de compatriotas y amigos chilenos, el Instituto Chileno Boliviano de Cultura.

Trabajo

Entonces se dedicaron de lleno al trabajo y también a difundir y rescatar la cultura boliviana. De hecho, la familia Llano Ayoroa participaba en su totalidad en todas las actividades como, por ejemplo, en el festival de colectividades extranjeras.

Para los aniversarios patrios la familia hacía celebraciones. "Había mucha gente que quería difundir la cultura boliviana sin pedir nada a cambio, sólo por amor patrio. No se recibía dinero ni nada, pero pese a todo había gran motivación. Muchos antofagastinos también se mostraban interesados en conocer nuestra cultura, y nos hacíamos partícipes de este entusiasmo. Trabajamos mucho en el aspecto, trayendo grupos de baile, libros, teatro, etc.", confidenció.

En forma paralela, Rosario Ayoroa se dedicó a la pintura. Fue socia fundadora de la agrupación Mujeres por el Arte. Participó en muchas actividades, abriendo caminos para integrar a muchas mujeres.

Sus hijos hoy son profesionales, ciudadanos íntegros que también están siendo un aporte para la región. Patricia es profesora; Verónica es sicóloga; Víctor Rodrigo es metal mecánico y Orieta es ingeniería comercial.

Familias con historia