Secciones

"Nuestro trabajo es vital y somos los primeros en las emergencias"

E-mail Compartir

Siguió el ejemplo de sus padres bomberos. Decidió estudiar Enfermería para ayudar a la gente, actuar en las emergencias y llegar con una solución real.

Comprometida al 100% con su trabajo, Francesca Carú Caniguante es la flamante enfermera coordinadora del centro regulador de llamados del Samu, unidad que es la primera en atender las emergencias que ocurren en la zona.

¿En tu infancia fue primordial el cariño familiar?

-Nací en Tocopilla y mi infancia fue muy bonita, hogareña, somos una familia unida. Tengo un hermano dos años menor que yo que se llama Rubén. Mis padres son Luisa y Alejandro.

Mi mamá trabajó en diversos lugares y después se quedó como radiooperadora del Cuerpo de Bomberos. Ahora está en casa descansando después de una vida de intenso trabajo. Mi padre es eléctrico y siempre está esforzándose para sacarnos adelante.

¿Cómo recuerdas tu época estudiantil?

-Estudié en el Liceo Técnico de Tocopilla la carrera de Auxiliar de Enfermería. Y después decidí estudiar en la universidad. Postulé a hartas becas y tras egresar el Samu fue mi primer trabajo.

Mis padres son bomberos y yo siempre los veía que salían a emergencias, que ayudaban a la gente y me gustó esa parte. Esa parte humanitaria de querer ayudar.

Nunca pensé que iba a seguir una carrera universitaria porque no estaban los recursos. Era complejo para mi familia, pero decidí dar la prueba y postulé a varias becas.

Me dieron el apoyo y los créditos, y a los cinco años de estudiar Enfermería en la UA, pude salir airosa.

Familia

¿Fue un tiempo de mucho sacrificio personal?

-Efectivamente, fue un tiempo de mucho esfuerzo porque a diferencia de mis compañeras, mis padres se quedaron en Tocopilla. Los veía cada dos meses, pero nos hablábamos por teléfono a diario para mantener el contacto. Ellos siempre me apoyaron, me daban confianza y apoyo.

Gracias a ellos soy lo que soy porque se esforzaron por educarme. Afortunadamente nunca tuve que trabajar para pagar mis estudios como otros compañeros.

¿Cuál fue tu primera destinación en el plano laboral?

-Mi primera destinación fue el Samu. Una amiga me dio el dato y como a mí siempre me gustó el área de urgencia, finalmente llegué a esta unidad.

Se me dio la oportunidad e hice mi pasantía como todos los enfermeros reanimadores. Me quedé un año trabajando en las ambulancias.

Después asumí como la enfermera coordinadora del Centro Regulador del Samu. La gestión de enfermera es gestionar el trabajo de la gente, de las ambulancias, ver qué llamado es pertinente y cual no, dar consejos a la gente vía telefónica, cómo actuar en una emergencia, ayudar a los radiooperadores, incluso a veces dar indicaciones por teléfono para reanimar a una persona.

¿Dado tu compromiso y capacidad asumiste otros desafíos?

-A partir de 2013 asumí la supervisión del Samu como enfermera supervisora subrogante. Ahora sigo siendo la enfermera coordinadora del centro regulador y continúo mi trabajo como reanimador. Si falta un enfermero o hay una emergencia, yo tomo mi bolso y me subo a la ambulancia para ayudar. Siempre estoy saliendo a terreno que es una gran ventaja que tiene mi trabajo.

¿Cuál es la misión del Samu?

-La misión del Samu es entregar la primera atención a las personas ya sea para evitar la muerte o secuelas.

Contamos con ambulancias básicas y avanzadas que son para atenciones diversas. Las primeras consideran un conductor y paramédico y son derivadas a la atención de casos de poca complejidad, en cambio las avanzadas debe contar con conductor, paramédico y enfermero, más toda la implementación que exige el protocolo.

Nuestra labor abarca lo que ocurre en la vía pública, en carreteras, llamados desde casas, hacemos traslados desde diversos centros asistenciales.

¿Qué fue lo más complejo de emprender este desafío?

-Lo más complejo de este trabajo en un inicio fue el manejo de recursos humanos. A los 23 años egresé de la universidad y el reanimador es un jefe de equipo y cuesta ser líder.

En el Samu hay 53 funcionarios que tienen mucha experiencia, pero para sorpresa me encontré con gente muy humana que trabaja en equipo, que me acogieron y me enseñaron muchas cosas.

Ellos se encargaron de formarse y de darme la oportunidad de trabajar y capacitarme. El 80% de lo que aprendí se lo debo a la gente de acá, que es como una familia.

Mi pololo Roberto Burr también ha sido un gran apoyo. El va a ser enfermero también, y entiende que de madrugada tengo que salir para trabajar en las emergencias.

¿Cuáles son tus proyectos, quieres continuar acá?

-Quiero seguir en el área de emergencia que es lo que me apasiona. Me gusta estar acá y quiero ayudar a mejorar esta red, creo que la urgencia es lo que a la gente más le importa.

La primera atención que depende como uno lo trate la persona no te va a olvidar nunca más. Te van a querer u odiar por siempre, entonces es vital y clave dar una buena atención a quien la necesita.