Secciones

Trincheras

E-mail Compartir

Hace unos días, un conocido empresario local, Iván Simunovic, habló de la necesidad de atrincherarse ante el centralismo que todo lo invade, lo aprisiona y lo subyuga. Avasalla y atropella. Y ello cobra mayor relevancia cuando los locales no nos oponemos y -mansamente- aceptamos lo que se nos da, aunque sea lo mínimo y sabedores que merecemos más.

Valientes palabras que hay que aquilatar, para asumir una actitud diferente, corajuda, sin ambages y sin miedos. Para demostrar que los nortinos seguimos siendo hombres enteros y no un puñado de serviles del centralismo.

No podemos aceptar -bajo ningún argumento- que los capitalinos nos vengan a enseñar cómo ser más nortinos… O que los gringos nos vengan a enseñar a ser chilenos. Nosotros tenemos nuestra esencia y debemos manifestarla cada vez que sea necesario. Aprendamos a alzar la voz, con respeto, con apego a la verdad -a nuestra verdad- pero sin temores.

Es el momento de comenzar. Hay que hacerlo hoy, porque -sin duda- mañana puede ser demasiado tarde, si vemos cómo avanzan los tiempos.

¿Cómo?

Optando por lo local, por lo regional. Por preferir/elegir lo que es nuestro. Por estar/compartir con lo que nos es propio. Mirarnos y vernos cómo somos, con la intención de mejorar. Decidir lo que nos parece adecuado a nuestra realidad. Tenemos que "encabritarnos" cada vez que nos quieran imponer visiones afuerinas, visiones que no siempre son mejores, sino que -por el contrario- tienen un sesgo de interés foráneo. Y lo que es peor, muchas veces poseen un trasfondo comercial/económico que no nos es fiable.

Por eso me gustaron las palabras de Iván. Porque "se montó en el macho" y dijo lo que tenía guardado desde hace mucho tiempo. Nosotros, todos nosotros, debemos hacer lo mismo: no temer a la palabra, cuando esta es cierta. No callemos cuando la verdad nos grita sus razones… Callar, será entonces, señal de cobardía.

¡Gritemos nuestra verdad! Seamos nortinos como siempre lo hemos sido: decididos y valientes. Nada más.

Bradley Cooper subió 20 kilos para su rol en "Francotirador"

cine. El actor debió ingerir 8 mil calorías diarias.
E-mail Compartir

A estas alturas que Bradley Cooper sea nominado como Mejor Actor en los Oscar, no es una sorpresa. En los últimos años, el protagonista de "Sin límites" se ha destacado por actuaciones notables, que dejan atrás sus inicios en "¿Qué pasó ayer?". Prueba de ello son sus nominaciones al Oscar por "El lado bueno de las cosas" en 2013 y "Escándalo Americano" en 2014.

Y en su último trabajo, "Francotirador" ("American Sniper"), no decepcionó. Es por eso que, tal como lo hacen los grandes actores, Cooper tuvo que someterse a un cambio en su alimentación para prepararse para su rol como Chris Kyle, llegando a subir 20 kilos en tres meses.

"Él comía cada 55 minutos o algo parecido, unas 8 mil calorías diarias", reveló a la revista "People" Jason Hall, guionista y productor de la película dirigida por Clint Eastwood.

Pero el peso no era lo único que importaba. El actor debió ganar músculo, para lo que se sometió a una intensa preparación física, alejada de esteroides u otro tipo de estimulantes.

"Bradley usó su propio entrenador. Creo que entrenaba cuatro horas cada día. Quería conseguirlo de manera natural, no quería usar hormonas, esteroides, ni nada. Era muy disciplinado y se llevaba a su entrenador allí donde fuera", explicó Hall.

Francotirador" está nominada a seis premios de La Academia.

Documental aborda el tema de la contaminación en Mejillones

producción. La realizadora antofagastina, Daniela Trujillo, estrenará en febrero el trabajo audiovisual "Abre los ojos: el costo del progreso".
E-mail Compartir

Seis meses de grabación e investigación y más de 15 testimonios, son algunos de los ingredientes que dan vida al documental "Abre los ojos: el costo del progreso", de la realizadora antofagastina, Daniela Trujillo.

Un trabajo audiovisual de largo aliento que documenta a través de entrevistas y testimonios los problemas medioambientales que afectan al vecino puerto, abordando el tema desde el punto de vista de sus habitantes.

Durante las dos últimas décadas Mejillones ha experimentado una explosión industrial importante. Este crecimiento ha significado para la comuna un impulso relevante en la creación de empleos. Sin embargo, el progreso además de traer buenos dividendos económicos para la comuna, éste también ha implicado un alto costo medioambiental para los mejilloninos.

Hoy son nueve las termoeléctricas que operan en la bahía, junto a los Puertos de Angamos y Mejillones, la fábrica de explosivos Enaex, además de Cementos Polpaico, entre otras industrias.

Ese contraste entre desarrollo versus calidad de vida, es justamente el debate que busca instalar el documental de una hora de duración que será estrenado a fines de febrero.

contexto

¿Cuál es el hilo conductor de este documental?

-El documental es un proyecto que pretende contar la historia de Mejillones con respecto a la problemática medioambiental que está sucediendo hoy en día, tanto en el borde costero como también en la ciudad como tal. Es decir, no solo en la bahía, sino, qué es lo que pasado con los habitantes de Mejillones.

¿Qué papel juega la comunidad en este proyecto?

-El documental está compuesto de varios testimonios. La protagonista es, María Brevis, dirigente vecinal de Mejillones, quien va narrando la historia. Este documental no tiene financiamiento de ningún tipo. Es una iniciativa que nació a pulso y a pulso va a terminar.

¿Por qué escogió Mejillones para su primer documental?

-Encontré que había una historia que era bastante interesante de contarla. Por eso decidí empezar a tejer la historia en base a sus protagonistas que son personas que viven en Mejillones, estudiantes, trabajadores, dueñas de casa, y personas que están más involucradas con movimientos sociales con respecto a la problemática ambiental.

¿Cuántas horas de grabación suma el documental?

-Son seis meses de grabación. Viajo al menos dos veces a la semana a Mejillones para realizar entrevistas a la comunidad pesquera. En total son cerca de 15 entrevistas.

Además de los testimonios de la gente de Mejillones, el documental también incluye la opinión de expertos, ¿puede adelantarnos de qué se trata?

-Al comienzo solo quería contar la historia de la gente de Mejillones, pero después quise darle un peso más científico al documental. Con el paso de las semanas me di cuenta que había algo súper delicado que es el tema de la salud de las personas. Por eso decidí tomar muestras del polvo sedimentado del techo del Liceo Juan José Latorre, que es un establecimiento que se encuentra aproximadamente a 100 metros de la planta Enaex. Las muestras fueron analizadas por el investigador y jefe de la carrera de Química Ambiental de la Universidad de Antofagasta (UA), Domingo Román.

¿Durante estos meses de grabación hubo algo que le llamó la atención en su investigación?

-Lo que me llamó la atención durante de este trabajo es que la gente está bastante desinformada. Creo que como comuna los mejilloninos no tienen un canal de información en donde ellos puedan estar al tanto de qué está pasando en su comuna con respecto a la contaminación. Son pocas las personas a las que les interesa el tema. Los pescadores son los que están más atentos a este problema. Ellos mismos son quienes han llevado adelante esta batalla.