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Vivir y querer nuestra ciudad

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Muchas veces el discurso sobre Antofagasta está marcado por un indudable sesgo negativo. Que es una ciudad cara, sucia, que carece de atractivos y otra infinidad de problemas que se repiten con insistencia en el tiempo.

En un primer análisis, puede ser cierto. Como cualquier urbe en plena expansión y con un crecimiento demográfico explosivo que ya roza los 400 mil habitantes, la capital regional enfrenta una serie de dificultades y contradicciones que son propias de su desarrollo.

Sin embargo, nuestra gran casa acoge generosamente a ciudadanos de todo el país y a una significativa ola de inmigrantes, tal como ocurrió en el siglo pasado con la bonanza del salitre y los derroteros generados a través de esta actividad.

Quizás, el agitado ritmo de vida no permite visualizar en su justa medida lo que significa esta ciudad para miles de personas, quienes llegan atraídas por sueños de un mejor futuro para sus familias y de una palabra sumamente importante en estos tiempos: trabajo.

La llegada de más de 15 mil inmigrantes a la región durante el año pasado no es casualidad. A ello se suma una creciente población flotante de origen nacional, que tiene mucho que decir y aportar.

Ahora el tema pasa por cómo seducimos a todos ellos para lograr un mayor cariño e identificación con esta tierra en apariencia inhóspita, pero que es el motor de la economía nacional junto a Calama, también muchas menospreciada por el centralismo.

Es aquí donde surge el desafío de generar un efecto dominó para resaltar sus virtudes más que defectos, donde todos deben ser protagonistas de una historia en común para lograr una mejor calidad de vida.

Obviamente, esto requiere de un cambio de mentalidad para saber reconocer sus ventajas comparativas, sin perder nunca la sana crítica a fin de tener una urbe cada día más amable, con nuevos proyectos y con autoridades y ciudadanos comprometidos con su destino.

Quienes viven aquí tienen una responsabilidad con la ciudad. Eso es una razón más que suficiente para sentir orgullo de vivir en Antofagasta.

Millares de personas marcharon en París clamando por un mundo de libertad de ser en convivencia humana. Sorprendentemente participaban gobernantes de países en tensiones belicosas. ¡Qué ocasión de haber acordado!: "Nosotros no invadiremos vuestra libertad, y, ustedes tampoco la nuestra porque ambos estamos aquí para enarbolar la libertad". La libertad es un bien, como el oxígeno, superior a todos nosotros.

Sin embargo, "En tu nombre Libertad": ¡Cuántos crímenes se han cometido!. ¡Cuántos seres humanos abandonan sus tierras para no vivir soyuzgados!. Los griegos crearon el ícono de "Prometeo encandenado", quién se rebela contra sus dioses que encandenan su cuerpo pues, celebraba su conciencia de ser dueño de sí mismo, de responder por sí mismo.

Pero también, se filtra un miedo a la libertad, bajar al sótano de sí mismo hasta encontrar su tesoro perdido. Están quienes les acomoda las jaulas de oro, o las jaulas de mimbres. Ante estas antonomias, Jesús irrumpe la historia: "¡He venido a liberar a los oprimidos!, la letra mata, el espíritu vivifica!", trasciende todos los poderes humanos, incluso los religiosos que osan dominar la libertad.

¿Quién eres tú, Libertad?, ¿Quién eres tú, Libertad?. ¿Eres la semilla que se puja en árbol? ¿Presencias los primeros pasos que se abren caminos para los brazos que los esperan?. ¿Eres la voz en el "desierto de los anonimatos", la voz con alas de verdad, de belleza, de justicia?.

¿Quién eres tú, Libertad?: ¿Naciste para elegir madrigueras?, ¿para encandilarte de fantasías?. O ¿provienes de las lágrimas que surgen de los partos?. Reinas en todas las pupilas. y, más brillas en aquellas que penetran los mensajes, aún de las estrellas. Sí, porque estuviste en aquel silencio que explosó en la magna decisión creadora de galaxias, del reino de latidos, de corazones que funden el coraje de la libertad al calor del amor.

Hace dos mil años, El Nazareno, martilló: "¡La verdad os hará libres!", pero ¿cuál verdad?, la verdad de las vertientes, la verdad de la sangre a la piel, y de la piel al océano del nosotros.

Se anunciaba para febrero una presentación de boxeo muy interesante. Heriberto Rojas, que había derrotado al Negro Respress en Valparaíso, aceptaba la revancha y para ello se había concertado el match entre estos campeones nacionales en Antofagasta. El sitio del pugilato estaba aún por definirse.

Tres oficinas de servicios públicos visitó el gobernador del Departamento, Alfedo Castillo Ramírez. El primero que revisó fue el Registro Civil y Gabinete que deberá dejar el ruinoso inmueble que ocupa. Luego se dirigió a la oficina de Impuestos Internos que cuenta con condiciones favorables, pero tiene escasez de elementos.

"No puede ser que un estudiante pague precios de contratista en Antofagasta".

Rector Universidad Santo Tomás

Antofagasta

"Es urgente, cada día que pasa es un día más en que estamos colapsados".

Presidente de la Asociación Nacional de Fiscales del Ministerio Público

La construcción de un hotel y un museo se encuentra gestionando el Sernatur en la exoficina Chacabuco.

El servicio estima que de esta forma se concretará un proyecto que dará el punto de partida para un circuito por las oficinas salitreras en las regiones de Antofagasta y Tarapacá. La iniciativa suma $3 mil millones.

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