El Dr. Rendic, profeta de la medicina (Parte 3) Llevar la vida a Marte es el próximo desafío de científicos portugueses
un santo para antofagasta
El sentido de respeto y cariño que reinaba en el hogar del Dr. Rendic le daba más grandeza a su tremenda calidad humana. Su nieta Amy, me hacía el recuerdo de cómo la dulce y querida Amy Jenkin Richard, que cautivó el corazón del Doctor, acogió en su casa a esa niña sordo muda, que sin familia encontró aquí el cariño y la comprensión para irse realizando como persona.
Sería después, la famosa Lila, tan útil y alegre en los quehaceres de la casa como experta en labores culinarias, que Amy con paciencia admirable, le había enseñado. Sentirse útil y sentirse querida, fueron dos valores que Lila no olvidaría jamás en ese hogar maravilloso. Quizás, contando con ella, fue como el matrimonio Rendic Jenkin, no dudó en acoger también a aquella prima lejana, la Zoilita como la llamaban todos, que encontró aquí el hogar que había dejado en la lejana Cuba.
Su ceguera no fue un impedimento para el cariño de la recepción que le dieron los esposos y con esa lúcida percepción de los no videntes, captó la invisible atmósfera de hogar que con tanta generosidad le era transmitida.
Ella, desde el principio, respondió con admirable discreción, procurando hacer sentir que era autovalente, que no buscaba compasión ni precisaba ayuda. Había asumido de mucho tiempo, llevar esa dolencia con gran naturalidad y ponía una nota alegre en todo lo que hacía. El Doctor la trató siempre con enorme tacto y cariño. Jamás hizo alguna mención que sonara a que esto fuera un problema para él. Al contrario, era feliz y agradecido, que a la muerte de su esposa, ella tomara en cierta forma, el papel de dueña de casa. Como Lila y ella se entendían muy bien, eran un dúo admirable, para que la casa funcionara sin problemas.
Si alguna preocupación tenía el Doctor, era que no se les exigiera más de todo lo que realizaban. Siguiendo su ejemplo, el resto de la familia, sobrinos y nietos las rodearon de un afecto siempre creciente y la Zoilita, como todos la llamaban, pasó a ser propiedad de cada uno de ellos… De las cosas simpáticas que se contaba, eran los diálogos entre Zoilita y Lila, una ciega y la otra sordo muda, que a ratos reían o bajaban la voz, como traspasando un secreto.
Siempre fueron amigas, ya que se ayudaban mutuamente. Era increíble como Zoilita recorría la casa y sabía de todos los que llegaban por el sonido de su voz. Todos los que frecuentamos esa casa, podíamos percibir que lo que las voces no decían y los oídos no escuchaban, se transmitía en ese misterioso lenguaje de los que se aman entre sí.
Ellos, en su relacionarse, hacían verdadera esa antífona de la Misa del Jueves Santo: "Donde hay caridad y amor, allí está Dios". En verdad, esta es la respuesta, para los que no sabían explicarse la felicidad de los que allí vivían.
El desafío planetario de un grupo de científicos, en su mayoría portugueses, consiste en enviar semillas al planeta Marte. Esta investigación tardaría unos años, llevando las semillas en 2018 a bordo de la primera gran misión de Mars One.
La propuesta de los jóvenes del grupo Seed, consiste en lograr que se cultiven plantas para explorar "la única solución para la ausencia de alimentos frescos" en otro planeta debido a la duración del viaje, unos 10 meses, periodo en el que muchos alimentos caducan.
El sistema utilizado constará de un contenedor externo, aislante, y otro interno donde se encontrarán los cartuchos con las semillas.
Así, los vegetales también ayudarían a la supervivencia de humanos en el planeta rojo por su producción de oxígeno.
sería la planta utilizada en el experimento. Esta especie es de la misma familia que la mostaza, ya utilizada en experimentos de la Estación Espacial Internacional gracias a su rápido crecimiento y a sus semillas de pequeño tamaño, aunque se baraja incluir además otras especies como la rúcula.
Cuando la nave llegue a Marte, el equipo activará su sistema para proporcionar calor y agua a las semillas congeladas, controlando con fotografías su proceso de germinación y crecimiento, según dijo a EFE Miguel Ferreira, uno de los jóvenes portugueses.
El grupo Seed que tiene su base de operaciones en la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Oporto, ganó un concurso de proyectos para experimentos en el Marte organizado por Mars One, fundación privada que ambiciona construir una colonia en Marte y ocuparla desde 2025.
El proyecto fue elegido entre otros 35 a través de una votación por internet, permitiéndole a los jóvenes científicos adelantarse por al menos dos años al proyecto de la NASA que tiene el mismo propósito con Mars Plant Experiment.
Otros competidores de Alemania, Inglaterra, EE.UU. y la India participaron con prototipos de estufas y sistemas para obtener agua a partir de la orina, entre otras cosas.
Equipo Seed
La mayoría de los jóvenes estudia Biotecnología Molecular o Ingeniería Biomédica en Oporto, también participa un español y un holandés.