Pascua de Negros
Según cuenta la historia, en tiempos de la colonización española, el seis de enero era de asueto para los esclavos negros, que salían a bailar a las calles. De ahí el nombre de Pascua de los Negros con que se conoce aún este día en nuestra América.
Andrés Sabella contaba que cuando niño, buscaba infructuosamente a estos negros y, gracias a su tío, quien le presentara al Negro John, pudo relacionar el nombre de la fiesta con su significado: 'Desde entonces, Pascua de Negros no es para nosotros la ternura del padre Alonso de Ovalle, su creador en 1637, sino John, el fletero jamaiquino de una hermosa niñez feliz; John con su pañuelito, andando, como si bailara; John, parado en el muelle, hablando sabe Dios qué cosas con el Mar; el negro John, en blanco y azul de asombro'.
En el Santuario de La Tirana, la Pascua de Negros comienza con la 'víspera'. Pobladores de diferentes lugares acuden portando los 'niños Jesús' de sus pesebres, los que se guardan al interior de una capilla para luego ser bendecidos en la misa principal.
Participan bailes religiosos de la localidad y de Iquique, Arica, Antofagasta y otras ciudades. Se entonan antiguos cantos: 'Arruarrú mi niño', arrúarrú sin par, ojos de lucero, boquita de coral'. 'Albricias, albricias, cantemos pastores que el Rey de los cielos nació entre las flores'.
Después del 16 de julio, esta es la segunda festividad en importancia en La Tirana. Cuenta con un alférez quien se hace cargo de atender a los asistentes. De un año para otro se 'recibe' el almirazgo, lo que es un honor (y gran tarea) para la familia.
En Arica, donde hay un buen número de chilenos afrodescendientes, se realiza una fiesta citadina, con pasacalle, baile, cabalgata y otras actividades auspiciadas por la municipalidad.
Mientras en nuestras ciudades 'grandes' apenas nos reponemos del 'síndrome comprador' de los días recién pasados, muy cerca, hay ciudadanos que conservan algo tan saludable como las tradiciones que les dan identidad y sentido.
Linterna